He estado este miercoles con ella y desde luego estoy de acuerdo con la mayoria de los comentarios,la chica es un pivon(gana mas en persona que en las fotos)y ademas es una chica muy simpatica que te hace pasar un rato agradable y con la que puedes mantener una conversacion amena entre polvo y polvo.

En cuanto a su implicacion es de 10,es una chica a la que se le nota que le encanta el sexo(su frances es impresionante)y es muy viciosa.
Para mi gusto es una chica muy recomendable y desde luego que yo cuando vuelva a tener liquidez repetire.

En cuanto a la experiencia como tal,no me gusta entrar en detalles,pero he de decir que despues de varias malas experiencias con supuestas escort vips,con raquel al acabar la experiencia sali con la sensacion de haber sido los 250 euros mejor gastados en mucho tiempo.
P.D.En cuanto al comentario que precede al mio,he de decir,que iba un poco nervioso por el tema de que le pudiese oler a fritanga ahi abajo,pero en mi caso no le olia ni mucho menos mal,y el aliento(a lo mejor porque no fumo ese dia)no le apestaba,sino que la boca le olia bien y por eso no pare de besarla durante toda la experiencia.

Un saludo puteros

Bueno, decir que esta chica fue al final la que elegimos mi pareja y yo.

Evidentemente todo un acierto, muy poco que añadir a lo que ya se ha escrito, muy recomendable si buscais una experiencia para parejas.

Más guapa al natural que en las fotos. Además transmite buen rollo y eso para nosotros es un valor a tener en cuenta.

de 10.

Después de muchas experiencias con vips de todo tipo, quede con Raquel un día en el que, por motivos de la crisis, se me terminaba por hundir todo lo que me rodeaba (negocio, trabajo, lo que me quedaba de familia, etc…) y me tenía que buscar la vida por otro lado. Me planteaba darme el “último homenaje” y ella fue la elegida. Buscaba alguien con quien pasar un buen rato que no me planteara problemas, disfrutar y punto.
Raquel es más que todo esto, lo primero que te dice es que le gusta su trabajo y que su trabajo es el sexo, y al final acabas por ver que es la pura verdad; es una máquina en todos los sentidos con ese punto sinvergüenza que a algunos tanto nos pone, con una naturalidad que sorprende y con un punto de sinceridad que te aleja de la realidad; se ve que no finge, sencillamente disfruta, hace y se deja hacer. Se ríe, bromea, te vacila y disfruta de lo que hace porque le gusta y por eso lo hace bien.
Total que casi con la maleta hecha, me doy cuenta que todavía hay cosas autenticas por las que luchar, y que merece la pena perseguir.
Es pura terapia.
PD. Sobre el resto de dudas que tengáis, por favor mirar las fotos…

Buenas,

esta semana han pasado dos cosas poco habituales en mi hacer 'puteril':

1. He repetido escort (Raquel, obviamente)
2. He contratado dos horas (normalmente con una hora, o menos, doy la faena por finalizada...)

No me arrepiento de ninguna de las dos. Repetí porque, como podéis leer un mi post de hace un mes, me lo pasé de narices la primera vez que estuve con ella. Y contraté dos horas porque en la hora y media de hace un mes, me quedé con la sensación de tener que salir del apartamento con prisas. La conclusión después de la experiencia de esta semana es que da igual la duración del encuentro: sean 60, 90 o 120 minutos, todos y cada uno de ellos Raquel los dedica al sexo. Puro y duro.

Me siento incapaz de describir en detalle toda la actividad sexual que llevamos a cabo en dos horas. Hicimos de todo (excepto anal) y en multitud las formas y variantes.

Si alguien todavía tiene dudas, que pregunte. En mi opinión, sigue en plena forma; muy recomendable.

Suerte!

Animados por vuestros comentarios y en especial por el comentario de Nemo, este fin de semana quedamos mi chica y yo con Raquel para darnos un homenaje, una fiesta, una orgía... No tengo palabras para describir a esta chica, son todo alabanzas de una experiencia que rozó la perfección, y en la que en determinados momentos te sentías el protagonista de una pelicula porno.
Ella es tal cual la describis fisicamente, como en las fotos. Pero con lo que mas nos cautivó, fue con su forma de ser. Mi chica iba bastante cortada y ella hizo que toda su verguenza se superara, nada mas conocernos. En seguida quiere saber que quieres y que buscas,y te lo pregunta abiertamente, sin rodeos, con un desparpajo y una naturalidad que en seguida notas una complejidad mutua. Notas que se preocupa constantemente de que estes a gusto, de que la fantasía que le has pedido, se cumpla.
Ciertos detalles de ella, hacen honor a su calificativo "de luxe", lo que hace que efectivamente estemos ante una autentica vip, como son, te confirma la cita, te espera puntualmente, no coge el telefono aunque suene mil veces y hace todo lo que dice que hace y lo disfruta.

En definitiva, nos encantó.

Sé que es un comentario excesivamente positivo, pero fue nuestra experiencia, y la he contado como la vivimos.

Ilustrísimo Señor don Quijote de la Mancha:

Por el natural liberal que sé que vos profesáis y por los años que ha somos amigos, compañeros de armas en ocasiones señaladas para los ejércitos españoles, tanto en el Mare Nostrum como en las tierras de Flandes, así como por el placer y gusto que sé recibís de mis aventuras, o desventuras, amorosas, os escribo estas letras desde el presidio de Cádiz, donde vos sin duda ya habréis oído que sirvo como capitán de artillería a Su Majestad desde hace 12 años poco más o menos, y en donde la humedad de los inviernos apenas me deja descansar la pierna derecha, la cual, como vos pudisteis comprobar con vuestros propios ojos, recibió en Lepanto un arcabuzazo de un turco jenízaro que sólo Dios sabe cómo lo estará purgando en el infierno.

Hace dos semanas estuve en la Corte a ver al Marqués de Calatrava para entregarle en su propia mano ciertas misivas de mi señor el Duque de Medina Sidonia, cuya importancia eran del tenor que había de recibirlas por alguien de confianza y, como vos estáis informado de los diversos y buenos servicios que he prestado al Sr. Duque, me las confió como si fuese de su propia sangre, y entonces no pude dejar pasar la ocasión para visitar a cierta amiga conocida en la Corte por sus loados y placenteros trabajos, aprovechando como dice el refrán que el Pisuerga pasa por Valladolid o, por mejor decir en esta ocasión, pasa por la villa de Madrid.

Tan celebrada moza es conocida con el nombre de Raquel de Luxe, lo cual supongo querrá decir de Luxemburgo, que debe ser costumbre en este mundo de meretrices intitularse con la patria de procedencia, cual lo es en el de la caballería andante, y así vos lo sois de La Mancha como Amadís lo era de Gaula.

Llegué tarde a la cita porque no hallé un carruaje que me pudiese llevar hasta el lugar a la hora señalada, y después de arribar al sitio donde me estaba esperando tras necesario y escueto aviso, apenas pude yacer una hora con la mencionada moza. Pero como sé muy bien lo aficionado que sois vos a oír historias verdaderas de otros caballeros, sobre todo si son batallas, y como el encuentro en el aposento con una mujer suele ser siempre una batalla no poca digna de memoria, os relataré franca y brevemente el encuentro armado que tuve con la tal Raquel y la impresión derivada del mismo que se llevó éste vuestro humilde servidor, omitiendo en ello los detalles que por nimios o impropios de la decencia y el decoro que guardáis en todo momento pudieran no ser de vuestro agrado:

Rondará la moza los 30 años, quizá algo menos, quizá algo más.

Es natural de la villa de Madrid, aunque como vos muy bien sabéis, establecida la Corte por nuestro Rey no ha muchos años en lo que apenas eran una cuantas chozas en medio de un erial en verano y un lodazal en invierno, esta mujer forzosamente ha de poseer ascendientes foráneos.

Sin ser excesivamente baja, tampoco puede considerarse una mujer alta. Eso sí, su cuerpo guarda muy buenas proporciones, siendo dignas de encomio unas generosas y curvilíneas posaderas que luce muy a su gusto sin un gramo de tocino; no poseyendo la belleza, ni término de comparación, de vuestra Dulcinea del Toboso, luce un punto de atracción no desdeñable, según unos labios y unos ojos avellanados y claros que recuerdan a ciertas fieras de las que el Duque mi Señor gusta traer de tierras africanas para mostrarlas cazando o luchando en sus espectáculos, de modo que en su cuerpo y facciones se descubre la primera razón de su fama.

Pero, con ser su cuerpo tal que pueda mover a locura de varones, lo principal de su persona consiste en sus servicios. Requeridos estos cortésmente, y después de invitarme a una pócima derivada de la cebada, negra como el bálsamo de Fierabrás, se establecieron los emolumentos en 250 escudos castellano europeos, cantidad que incluía el arriendo por una hora del hermoso aposento donde nos encontrábamos, el cual poseía un baño que ahora llaman en la Corte yacuzi o jacuci, aunque yo tengo para mi que eso es una alberca ventera de las de toda la vida.

Una vez limpio y oliendo a rosas como pocas veces en mi vida me vi, nos fuimos a la cama donde Raquel comenzó a besarme como si quisiera con su lengua extraerme de las entrañas el mismísimo demonio, tal es el empeño que puso en su oficio, a lo que por descontado no acerté por voluntad propia a poner ningún reparo. Antes bien, dejé a la moza solazarse en mi boca como lo haría si estuviese ante la hermosa princesa Micomicona.

Es un punto la moza dicharachera y bien hablada, además de sonreír de continuo. Pero todo esto acabó en cuanto desenvainé la espada cilíndrica y ella quiso clavársela antes en la garganta a verla recogerse en otras estancias aún más cálidas. Y esta suerte, como si fuese de toreo, que ahora llaman francés –como si esos gabachos la hubiesen inventado- la faenó con tal ahínco y profesión que no os exagero si digo que aún el escozor me acomete cuando voy a evacuar aguas menores.

Así mi espada bien afilada y engrasada, estuvo dispuesta para atravesar a la moza en sus partes más intimas y deseadas, lo cual hice con ella a la jineta, cabalgándome como si fuese una amazona mientras yo le degustaba sus mamas muy a su gusto, según me pareció por la cara de pícara que se le iba descubriendo y que desde abajo yo placenteramente observaba.

Como soy de usar otras armas además de mi espada, opté luego por visitar con mis dedos las partes íntimas referidas como si fuesen caminantes agotados que van a solazarse a la cueva de Montesinos, los cuales dedos en movimiento continuo de vaivén no descansé hasta sentirlos bien mojados, en la certeza de que la moza se había deleitado con tal ocurrencia lo suficiente, cosa esta que por lo demás sus mismos hondos suspiros delataban.

Acto seguido volví a introducirle mi espada en la entrepierna para realizar la fornicación en una postura llamada de misionero, seguramente en honor a los que en las Indias se están beneficiando salvajes socapa de frailes de las misiones que hasta el lugar se mandan para cristianizar a aquellas criaturas, y para esto se ve que han de comenzar por fornicarlas para que conozcan el demonio y el pecado antes y puedan compararlo con la vida de devoción que luego les aguarda.

Lo cierto es que a la moza la trabajé a placer como si fuese yo el que cobrase por tales menesteres, y puedo asegurarle, señor don Quijote, que la vista de sus ojos claros como salidos de sus órbitas y sus profundos quejidos valen tanto como lo que he sacado de mi bolsa para retribuir sus servicios.

Es por ello que puedo con conocimiento de causa aconsejarle que si alguna vez sus andanzas le trajesen a la Corte, piense muy bien en darse un homenaje con esta moza, y ello en previsión de que su Dulcinea no juzgue en lo que valen todas las hazañas que vos acometéis valerosamente y con riesgo de vuestra vida por este mundo y que siempre dedicáis a su recuerdo como grande y osado caballero andante que sois. Y tened en cuenta, como dice el refrán, que a nadie amarga un dulce, aunque este refrán es cierto que no pudo inventarlo nunca quien probó, como yo he probado, el dulce amargo de la mujer hasta las mismas entrañas.

Quedad con Dios, y saludad de mi parte a vuestro escudero Sancho Panza, y mostradle también de mi parte la inquietud y anhelo con la que aguardo el día que pueda ser nombrado por nuestro Rey gobernador de la ínsula de Cádiz para disfrutar del gobierno discreto y justo que ya hizo valer en otro no muy lejano y memorable tiempo en la ínsula Barataria.

Vuestro humilde servidor, el caballero Arturo de Cádiz.

Espectacular relato pardiez