Ahora está por Puerta del Ángel, calle Doña Berenguela. Cuando fui el sitio estaba muy destartalado, supongo que acababa de instalarse. Piso viejo, aunque la habitación es bastante grande y hay un fantástico espejo de cuerpo entero por si os gusta como a mí follar o que te la chupen viendo el reflejo. Ella sigue igual, tremendos melonazos naturales, bastante tripa cervecera, pero ultra implicada. Hacía más de un año que no la veía y se acordaba de mí, es de las profesionales que más me hacen disfrutar.
Por contrapartida, no me gustó nada que no quisiera sacar a los perros de la habitación. Tanto por higiene como que no me gustan los perros me cortó algo el rollo; estar dando a cuatro patas a la dueña y los perros asomados, no sé, a mí no me gusta. Sigue con sus tarifas de 50 euros media hora y 100 la hora, francés tragado incluido, que es principalmente por lo que voy a verla.
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