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Me recibió en un piso en Bilbao, por el centro. Es como en las fotos, una madurita delgadita y de tetas pequeñas, de unos 50 años, muy bien llevados. Cobra 60 pavos por media hora y 120 por una hora.
La llamo y quedo con ella. Cuando estoy en el portal la llamo otra vez, me abre, subo pero me tiene un rato en la puerta esperando, lo que me puso un poco nervioso por si bajaba alguien y me veía ahí plantado. Finalmente oigo sus tacones acercarse, me abre y entro rápido, después de darnos un par de besos. La primera impresión a simple vista es buena, como en las fotos pero más bajita de lo que pensaba. Voy tras ella para el baño mirándole el culo que se le marca con el picardías que lleva. En fin, arreglamos el tema del aseo y el dinero y vamos a lo interesante.
Se arrodilla en la cama y me la chupa estando yo de pie, al natural y despacio aunque usando las manos. No hace garganta profunda pero se esmera y está un buen rato chupando bien. Cuando me canso de eso me tiendo en la cama y le como las tetitas mientras le acaricio el sexo. No me deja meterle un dedo pero tampoco me importa. Le pregunto si hace griego y me dice que no, así que follamos a misionero, cuchara y finalmente de pie con ella apoyada en una silla. Estuve un buen rato bombeando mientras ella gemía suavemente. Le pregunto dónde puedo correrme. En la boca no pero en las tetas sí, así que allá que voy. Lo descargo todo, ella va a lavarse y cuando vuelve me da un masaje con crema mientras charlamos de forma amena. Se le nota que es buena gente y simpática. Me hizo sentir cómodo.
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