Nombre de guerra de la lumi: Cambia de nombre cada cierto tiempo.
Nacionalidad: Brasileña
Forma de Contacto: No tiene ya el mismo teléfono, pero siempre aparece en una foto sobre una mesa de billar.
Hilo profesionales:
Web profesional:
Fecha aproximada:Hace tiempo
Lugar: Junto a San José Obrero
Instalaciones: Parece un bar.
Higiene: Todo correcto.
Precio: 50 media hora
Edad: Más de 40
Cara: Se conserva bien
Pelo: Rubio
Cuerpo: Se conserva bien para la edad que tiene.
Pecho: Natural. Algo caído.
Culo: Normal
Piercings y tattos: No
Defectos corporales: No le vi
Actitud: Inmejorable
Conversación: Bastante.
Besos: Todos los que quieras
Fuma: No.
Francés: Al natural
Forniqueo: De 10
Griego: Ni ella ni la compañera
Lo mejor: El de una mujer de +40 que se cuida
Lo peor: Nada.
¿Repetir? Puede ser
¿Recomendable? Sí
Valoración global de la experiencia:9. Quizás unos de mis mejores encuentros.
Relato: Salgo de la discoteca bastante caliente ya que me habían zorreado pero nada más, así que me voy por la vía rápida. Como me quedaba cerca decido ir y acerté de pleno.
Me abre y hay otra chica más (mulata, unos 30 años) y un chico. Se están haciendo rayas, pero eso a mí no me va. Le pago y me mete a una habitación, en donde me dice que si me atrevo a hacer una cosa. Le digo que claro, que qué más da. Se pone a chupármela delante de los otros dos y le dice a la mulata en portugués (lo hablo) que se una, que si no le gusto. La mulata accede y se arrodilla junto a ella para comenzar una mamada a dos bocas delante del tío. A mí el tío no me molesta en absoluto con el espectáculo que tengo y sigo.
Me llevan al sofá y me tumban. La mulata me pone el coño en la cara y ella comienza a cabalgarme. Como la mulata me tira más y parece que la pongo caliente, me voy y me la follo a cuatro mientras ella se va con el tío a seguir metiéndose. Se pasa la media hora y la mulata está chorreando hasta que nos corremos los dos.
El tío, que le ha gustado el espéctaculo, me dice que si podemos seguir, que él se encarga y yo, que todavía aguanto más, me las follo a las dos en la mesa de billar, cambiando.
Cuando salgo de allí, con las piernas temblando, han pasado 2 horas y media y sólo he pagado 50€. Es una de esas ocasiones en las que tienes suerte en la vida.
Ya no sé si seguirá la negrita.
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