Ana portuguesa

Os cuento mi experiencia con esta moza.

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EDAD: Dice que 28 años, y no andará lejos, igual un poco más, 32 o así.
NACIONALIDAD: Portuguesa, dice. Puede serlo.
FÍSICO: Si te gustan las chicas grandes, un 9: tetas grandes, culo grande, piernas carnosas...Si no te gustan las chicas grandes, no es tu rollo.
PRECIO: 50 euros unos 45 minutos con mamada, cubana y griego.
HIGIENE: Muy buena.
GRIEGO: Sí.
BESOS EN LA BOCA: No sé, no los pedí, pero ella tampoco vino a ofrecerlos, así que imagino que no.
FRANCÉS SIN: Sí.
IMPLICACIÓN: Bastante buena.
¿RECOMENDABLE?: Sí.
¿REPETIRÍA?: Probablemente.
LO MEJOR: Unas tetorras de infarto, aunque el culo tampoco está mal...
LO PEOR: La cama era pequeñaja, casi no cabíamos.

De esto hará como dos meses y medio, fue en un piso entre la Universidad y el barrio de San Mamés. Bueno pues como me gustan las chicas rollizas la llamé y me pareció maja. Me dio la dirección con piso y todo y en 20 minutos me planté allí. Me recibió con una bata transparente, un corpiño y unos ligueros, parecía recién duchada, olía a perfume. Quedamos de acuerdo en el servicio, pagué y pasé a que me lavara un poco. Nos fuimos a la cama, nos metimos mano un poco y empezó a comérmela a saco. Me preguntó si quería una cubana, y con esas tetorras no me pude negar. Me la estuvo restregando entre sus globos un buen rato, parando para chupármela de vez en cuando, hasta que me corrí. Charlamos un poco, volvimos a meternos mano y en seguida se puso a chupármela otra vez. Cuando ya estaba bastante caliente me dijo que tenía la regla y que no podíamos follar pero que si yo quería podíamos "hacer el griego". Por supuesto que acepté encantado, ella se puso a cuatro patas y se puso crema en el culo. Yo me puse la goma y se la emboqué. Ella me pidió que fuese con cuidado, y así lo hice. Poco a poco se la fui metiendo, le pregunté si le dolía, me dijo que no, metí un poco más y así poco a poco hasta metérsela toda entera (cosa que normalmente no puedo hacer por cuestiones de tamaño). Le pregunté si le dolía, me dijo que no, y empecé con el mete-saca, primero despacio pero luego cogiendo más ritmo. Me estuve un buen rato metiéndosela hasta los cojones, cada vez más deprisa, y ella no se quejaba, así que me dejé ir y la di bien dada un rato. Cuando ya llevábamos un buen rato me pidió que parase porque ya le dolía. "He aguantado lo que he podido", me dijo. Teniendo en cuenta que pocas me aguantan la picha por ahí, no pude quejarme. Miré el reloj y se me había hecho algo tarde, así que me fui sin descargar. "La próxima vez pruebas mi coñito", me dijo al despedirme. No es mal plan.