Recuerdos de otro tiempo: Del Cielo a la Gloria pasando por el Paraíso - Foro Spalumi

    
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Antiguo 18-06-2011, 12:28
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Recuerdos de otro tiempo: Del Cielo a la Gloria pasando por el Paraíso


N. del A.: Sé que en puridad este texto no debiera ir aquí pues refiere hechos reales. Sin embargo, dado el tiempo transcurrido (los hechos ocurrieron en 2008) y que quisiera compartirlo con vosotros, me atrevo a traerlo.

Aquellas tres tardes plenas de sensualidad y disfrute serán difícilmente repetibles. Hoy sus protagonistas y escenarios han cambiado. El primer lugar reseñado ya no existe como entonces, si bien su espíritu perdura, y su protagonista sigue ejerciendo por libre, aunque no ha perdido un ápice de su encanto. La segunda aún está en activo pero encamina su vida hacia una extraordinaria acción en pro de sus compañeras de profesión y su dignidad. Y en cuanto a la tercera parte... bueno, es absolutamente atípica. Fue publicado en su día en otros dos foros, por lo que se incluyen las fichas de entonces, aunque he borrado los datos de teléfono y ubicación, dado que han cambiado. Quede por ello como una evocación, más digna de figurar como relato que como experiencia, aunque fue rigurosamente autobiográfico. Lo juro por Venus Erucina, protectora de nuestras amigas en la vieja Roma.

No obstante todo lo dicho, por supuesto si el Administrador lo considera improcedente entenderé perfectamente que lo elimine. Muchas gracias.


DEL CIELO A LA GLORIA PASANDO POR EL PARAISO

1.- De Madrid al Cielo con Sofía (que significa sapiencia)

Tarde de viernes, víspera de viaje, horas de añoranza. Decido visitar nuestro templo favorito y llego al Séptimo Cielo tan querido por todos. Sólo dos ninfas, mejor dicho dos sumas sacerdotisas. La gran, incomparable, entrañable Ana, por supuesto, y su deliciosa compañera, mi adorada Sofía, tan conocida por mí desde hace más de una década, como siempre deseada y adorable. El Cielo, no podía ser de otra manera, se vuelve a convertir en un refugio donde olvidar los sinsabores diarios, conde descargar las tensiones cotidianas, donde la amistad y el cariño, antes que nada, ocupan sus lugares de forma generosa, el Cielo es un refugio, es una casa, es un hogar.
Tras más de una hora de charla, de risas, de amistad sincera y pura, acaricio a Sofía que se halla reclinada en el sofá, como en una antigua y elegante chaise-longue, y escucho la siempre sugerente voz de Ana “¿entonces qué hacéis?”. Nos miramos y decidimos que sí, que hacemos… lo que tenemos que hacer.
Siempre entre risas, de forma tan natural como amena nos dirigimos a la cámara que casi podría llamarse nupcial, dada la enorme confianza que reina entre nosotros, y despojados de vestiduras inútiles nos entregamos por enésima vez al conocimiento de nuestros cuerpos, en un acto que entre nosotros ya es familiar, pero nunca rutinario.

Como tantas otras veces la venero por su más preciado rincón, y disfruto y me deleito con sus gemidos, sus estremecimientos, de sus oleadas de placer, me gusta devolverle así tantas horas, tantos buenos ratos vividos, tanto afecto y tanto gozo como siempre me ha transmitido. Cambiamos de posición, ahora es ella quien hace funcionar sus ágiles dedos y su sabrosa boca sobre mí, comunicándome y provocándome espasmos deliciosos, temblores inenarrables que me acaban llevando a desear hacerme uno con su maravillosa persona. Así se hace y la siento sobre mi, absorbiéndome, succionándome, con sabios y precisos movimientos que me van elevando a nuevas cotas de sensaciones, que no se pierden aunque sea yo ahora quien la domina o cambiemos a la atávica postura en la que su grupa se me enfrenta como en un reflejo de épocas evolutivas pasadas. Cuantas veces habremos repetido este ritual, aquí mismo, en clubes liberales, solos o acompañados, concentrados o dispersos con otras compañías. Tantas que no consigo recordarlas, tantas que hacen que aunque en el fondo siempre sea igual, siempre es también nuevo y distinto.
Y sin embargo… algo pasa, algo no funciona del todo bien. Nos comunicamos, nos entregamos, nos sentimos, somos felices, pero mi organismo se muestra avariento y se resiste a entregar su más preciada ofrenda. Ella pone en marcha todas sus armas, toda su sutileza, toda su sabiduría y me arranca nuevos gemidos de placer, nuevas oleadas de disfrute compartido, pero sin éxito por el momento. Dolido y frustrado, estoy a punto de abandonar, tampoco sería la primera vez, pero mi prodigiosa amiga no se rinde. Como una manola del 2 de mayo, como una Clara del Rey o una Manolita Malasaña inasequible al desaliento, decide atacar si no al francés, sí con él, si no con navajas cachicuernas, sí con cuidadas, gráciles y deliciosas uñas, que no apuñalan sino acarician, si no arrojando tiestos a las cabezas del invasor, sí acariciando delicadamente la cabeza de quien torpemente se resiste a invadirla de nuevo, y al fin, como justo premio a su terquedad y su cariño, logra su objetivo y obtiene su premio, el fruto de mi virilidad que al fin se derrama generoso y hace crecer en el fondo de mi pecho un nuevo y gigantesco árbol de afecto y gratitud, al que riega y con su generosa y fecunda entrega. Mientras, me deleito en el enorme placer de la contemplación de su sonrisa y sus ojos enormes y chisperos. Con el mucho placer que me proporcionan sus manos y sus labios, sus pechos y su sexo, creo que el mayor es el de esta sonrisa luminosa…


2.- Al Paradís amb la Montse (o sea, Con Montse en el Paraíso)

Y tras la chispa madrileña, tras la gracia de Lavapiés y las Vistillas, es el turno del seny catalán, de la elegancia del Eixample, de la serenidad y la belleza, de buscar la sombra del viento, entre los rincones de la ciudad de los prodigios, y terminar jugando el juego de un ángel moreno de mirada turbadora, cuerpo como una carnal catedral del mar y besos de seda. Es el turno, y de nuevo no podía ser de otra manera, de que Montse me lleve por los ríos del paraíso.

Una vez más llego a su barrio limpio y tranquilo. Una vez más subo a su coqueto y maravilloso apartamento lleno de libros por todas partes, discreta y sutilmente iluminado por la luz de unas candelillas que al tiempo, propagan deliciosos y sugerentes aromas. Una vez más es el turno de la sensualidad, en su más amplio sentido. Una vez más es el turno de alguien que, ya lo dije, es mucho más que una diosa.

Con la sencillez de la belleza, tomamos unos refrescos, con la naturalidad de lo sublime de pronto estamos desnudos y libres, besándonos hasta el infinito, sintiéndonos hasta la exasperación, acariciándonos hasta el límite. Y con terquedad ritual procedo también a su veneración íntima, y me complazco y congratulo de sentir el placer que ella recibe, y me excito con su excitación, y gimo con sus gemidos, y suspiro con sus suspiros y me asombro hasta el extremo cuanto siento las convulsiones de su liberación, cuando admiro la excelsa serenidad de su rostro relajado tras haber rozado la eternidad en un instante.

Me dejo hacer, me dejo corresponder, y ahora soy yo quien es elevado a las más altas cotas del deleite. Y si Sofía era sabia, Montse es excelsa y tras un tiempo inabarcable de recibir las caricias de seda de sus manos, el cálido terciopelo de su boca, la profundidad de su mirada mientras golosa me devora con pasión, al fin volvemos a enfrentarnos y me fundo en su interior, no sin un vago rumor en el fondo de mi alma que me hace temer un desenlace como la tarde anterior. Tras abrazarnos con todo cuanto podemos, tras enfrentarnos hasta fusionar nuestros pechos, tras penetrarnos mutuamente con vientres y boca, también cambiamos y vuelvo a situarla frente a mí de modo que gozo de la visión de su monumental dorso, entro en ella desde atrás y de nuevo trato de fusionarme hasta más allá del límite, de nuevo siento el calor y la suavidad de su interior, mientras mis manos se aferran a sus maravillosas nalgas, como si quisieran también penetrarlas, como si deseara convertirme en un monstruoso centauro con ella y no separarnos nunca más.

Pero tanto placer se agrupa en mis impulsos, que por gozar, ya gozo hasta el aliento (perdóname Miguel Hernández) y aunque en el fondo desearía seguir así hasta lo eterno, no puedo resistirlo y ahora sí me derramo, me vierto en ella, sintiendo un inmenso placer, y a la par una infinita nostalgia porque es el preludio del final.

Final que, sin embargo aún se demora, gracias a Montse y al exquisito masaje relajante con que me obsequia y que me permite recuperarme en todas las dimensiones, y que a la hora de partir, en lugar de la típica tristeza poscoital, me embargue una sensación de gran serenidad, relajación y, eso sí, añoranza de su dulzura y su calor, voluntad de volver a verla y a sentirla, deseo de sus besos y sus caricias, nostalgia de su bien cuidado Paraíso: velas, aromas, libros… y ella ¿hay algo más parecido al Jardín del Edén?


3.- El portón de la Gloria

Ya sé que este relato, en puridad no debiera estar aquí. Ya sé que chocará y que quizá genere una polémica que no deseo, pero constituye la cima de la divina por triple experiencia de este glorioso y único fin de semana, y no me resisto a compartirlo con vosotros, mis amigos. Al fin y al cabo, no deja de ser un milagro de sensualidad en un sentido amplio, no deja de constituir un canto a la unión en el Arte y al borde del abismo, de dos seres, de dos cuerpos, de dos impulsos…

La tarde era gris en Barcelona, pero algo anunciaba que sólo en apariencia. La expectación, enorme, la sensación de momento histórico, unánime. Me disponía, nos disponíamos a contemplar el juego entre el Amor y la Muerte de varias parejas insólitas, y entre todos se difundía una sensación indefinible, un avance de la mágica comunión que debía producirse, que se produjo.

Todo iba bien, las parejas se acoplaron de la mejor manera posible, unos demostrando experiencia, otros derrochando juventud, él con maestría inigualable. Se sucedieron los juegos, los abrazos, las profundas y definitivas penetraciones, todo lleno de vivacidad, de fuego, de pasión, de colorido, pero aún así, todo, aunque brillando a gran altura, era más o menos previsible.

Mas al fin la Gloria llegó con el ocaso. Cuando las luces se prendieron y el oro brilló más que nunca. Allí quedó él, solo frente a su oponente, a quien saludó como era de esperar, con abrazos de seda creando una hermosa danza de seducción. No todos lo vieron, pero en el curso de aquel baile de gracia infinita y temblores pasionales, sus miradas se cruzaron y supieron que aquella no sería una tarde cualquiera, un encuentro más, que estaban hechos el uno para el otro y aquel momento sería eterno. Jugaron sin descanso, ambos querían dominarse, poseerse. Impulso frente a Razón, la Fuerza frente al Arte. Y poco a poco, pues no podía ser de otra manera, éstos se fueron imponiendo. Hipnotizándola como una serpiente a su presa, la atrajo, la rodeó, la hizo seguirle dócilmente, la dejaba marchar para de inmediato volver a embeberla en un ballet infinito, en un vuelo de seda y oro, de sangre vivificante y arena dulce como un beso. Se acercaban, se acariciaban, volaban en la danza del deseo y del dominio, Y el aire se suspendió. Y el Sol se encarnó en sus pies y vimos cómo, al igual que un planeta obediente a su sino inevitable, le orbitaba, suave, armónica, parsimoniosamente. Danza matemática, embrujo cósmico hecho carne y belleza, besos de casta y pasión, abrazos de temple y dominio, baile de mando y orgullo, aquella tarde en la que el tiempo se detuvo asombrado ante la más pura Belleza.

Tanta que lo inevitable dejo de serlo. Tanta que la Parca, admirada por lo que veía, dejó caer, inútil, la guadaña, y abrió el portón que anunciaba una nueva vida de idílico porvenir. Y hasta allí, como un antiguo hidalgo, como un caballero con su espada al servicio de nobles causas, la acompañó. Y con grave reverencia, despidió a su amante que corrió libre en busca de verdes praderas donde al fin perpetuarse.

Enloquecimos, sollozamos, nos abrazamos, vivimos un éxtasis sólo comparable al que proporcionan el Deseo y el Amor. Pues Amor es lo que allí había, Amor hecho carne y sangre, hecho riesgo y valentía, empuje y pasión, Arte y maestría.

Portentosa comunión de 18.000 voces, de 18.000 almas prendadas en el juego inagotable de los cuerpos. Él y ella, hombre y res, enfrentados, enamorados, hipnotizados cantando el triunfo de la Vida y la Belleza. Un Tomás que no necesitaba hurgar en la herida del costado, pues era lleno de gracia y de fe, fe compartida y gracia transmitida. Un Idílico que en su nombre anticipaba su Destino, alcanzado al fin a fuerza de bravura. Un solo ser de 18.000 cuerpos entregado a aquel momento tan efímero y eterno como el mayor de los éxtasis. Tan prodigioso como indescriptible. Vive Dios que me espanta esta grandeza…




Fichas:

1)
PISO/AGENCIA: Séptimo cielo
PRECIO:
TELEFONO:
DIRECCION:
INSTALACIONES: Lujo
NOMBRE CHICA: Sofia
MEDIDAS APROXIMADAS: 95-70-90
WEB:
FECHA EXPERIENCIA: 19/09/2008
DATOS DESTACABLES: Española, muy simpática, rubia. Besa, francés sin. Sexo arreglado. Pechos naturales. Pero, sobre todo, destaco su simpatía contagiosa y su implicación total.
VALORACION FISICO (DE 1 A 5): 4.5
VALORACION EXPERIENCIA (DE 1 A 5): 5, pero es como si hablara de mi novia

2)
PISO/AGENCIA: Independiente
PRECIO:
TELEFONO:
DIRECCION:
INSTALACIONES: Excelentes
NOMBRE CHICA: Montse
MEDIDAS APROXIMADAS: 1,75 98-66-99 (según confesión propia en su web)
WEB: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
FECHA EXPERIENCIA: 25 de febrero de 2008
DATOS DESTACABLES: nacionalidad: española (catalana para precisar), edad aprox. 43 años, cabello moreno, largo. muy bien constituida, sexo depilado. Implicación, aptitud y actud: "cum laude". Como en la canción de Ana Belén "Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura..."
VALORACION FISICO (DE 1 A 5): 4,5
VALORACION EXPERIENCIA (DE 1 A 5): 5! (recuerdo que el signo ! es matemático)

2)
PISO/AGENCIA: Monumental de Barcelona
PRECIO: Depende de altura, sol, sombra,…..
DIRECCION: Gran Vía / Marina. Barcelona
INSTALACIONES: Algo obsoletas pero más cómodas que su homónima madrileña
NOMBRE CHICO: D. José Tomás Martín ( Dios para sus incondicionales)
NOMBRE CHICA (RES): Idílico
MEDIDAS APROXIMADAS: 550 kilos
WEB: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
FECHA EXPERIENCIA: 21 de septiembre de 2008
DATOS DESTACABLES:
Ella (la res): Colorao, ojo de perdiz, noble embestida, bravura contrastada, inagotable
Él: poderoso, clásico, sobrio, auténtico, único.
VALORACION FISICO (DE 1 A 5): 4 (faltaba un poco de fuerzas)
VALORACION EXPERIENCIA (DE 1 A 5): 5!!!!! (recuerdo que el signo ! es matemático y significa factorial)
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Etiquetas
cielo, del, gloria, paraiso, pasando, recuerdos


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