Como hoy necesitaba un buen masaje para mis dolores de espalda y cuello he empezado a repasar experiencias en el foro sobre buenas masajistas, pero después de múltiples llamadas me he rendido y he desistido, los sábados son malos días para encontrar masajistas que trabajen.
Así que he empezado a buscar en páginas de anuncios y he encontrado el de Cristina, de la cual no he visto ninguna referencia en ningún sitio.
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Como se anuncia como masajista me arriesgo a pesar de la falta de experiencias previas. Llamo al 638206523 y me responde; me explica que sus servicios son masaje erótico mutuo en tatami, pudiendo terminar en manual, francés CON preservativo, o en penetración. Una hora son 80 euros; le pregunto por la hora y media y después de dudar un poco me dice 100 euros (como compensa, elijo este tiempo). Voy a la dirección indicada (una calle paralela a Avenida de América, cerca de la calle Cartagena, estación de metro también Cartagena, en un edificio novísimo).
Subo y me encuentro a una chica de 41 años como me dijo, bajita, proporcionada de cuerpo, mona de cara sin ser un pivón, y sonriente y amable. Rubia y con pelo rizado no muy largo. Parece que he acertado. El piso como dije muy nuevo, casi sin amueblar, muy limpio. Trabaja con otra chica (a la que no vi) que hace sólo relax manual.
Me ofrece una ducha que acepto a pesar de haberme duchado hace poco. Baño limpio y toalla también. Cuando vuelvo al dormitorio me pide que me tumbe boca abajo, y según lo hago empieza a desvestirse ella por lo que aún no puedo verla desnuda.
Empieza el masaje y me pregunta si me he dado alguno antes; le digo que sí y me reconoce que ella no es profesional del masaje, lo cual compruebo a los pocos segundos. Pero me gusta cómo lo hace, son caricias muy agradables. Empieza por las piernas, y cuando ha terminado con ambas sube hasta mis glúteos, acaricia mis testítulos, perineo y pene, me hace unas cosquillas muy agradables, vuelve a mi perineo, y como es evidente que me está gustando empieza a explorar por la zona hasta jugar con mi ano. Me pregunta si me gusta o molesta y le digo que me gusta, por lo que sigue acariciando la zona e incluso introduciendo un poco el dedo. Ya me han hecho esto varias veces y, aunque no me molesta tampoco siento placer, prefiero que simplemente me acaricien levemente por la zona del ano y perineo.
Poco después sigue subiendo por la espalda, hombros, brazos, y llega a mi punto débil: el cuello. A veces creo que podría correrme sólo con que me acariciasen aquí, y Cristina se esmera con esta zona de mi cuerpo. También se tumba encima de mi, restriega su cuerpo contra el mío, sube y baja rozando sus pechos. Luego vuelve a bajar otra vez a mis genitales, y me pide que me de la vuelta y me ponga boca arriba.
En la nueva posición sigue con mis piernas, pero al poco sube por mi cuerpo y alterna pene con ombligo, pecho, hombros, sube y baja, etc. Intento besarla en la boca pero no le gusta, sólo un leve piquito. No insisto y me dirijo a su cuello. A partir de este momento empiezo a acariciar yo más por todo su cuerpo, aunque debería haber ido más despacio. Le pido que se tumbe y después de unos pocos besos y caricias por sus brazos, pechos, ombligo, y piernas, le pido permiso para ir a su sexo, a lo que no opone ningún inconveniente. Después de acariciarlo un poco me pongo a mi práctica favorita, el cunilingus. Por cierto su sexo no está totalmente depilado; está recortado formando un bigotito vertical muy bonito.
Durante todo el tiempo que estuve lamiendo su sexo tuve bastantes dudas sobre si disfrutaba, porque no exteriorizaba ninguna sensación. Estaba tumbada aparentemente relajada pero sin dar muestras de placer. Eso sí, el clítoris parecía duro. Llevaba un buen rato (calculo que más de 15 minutos) cuando ante su falta de reacciones le pregunto si prefiere que lo haga de otra forma, que cambiemos algo, a lo que me responde que siga, que lo hago bien. Así que sigo y empiezo a alternar la lengua con mi dedo (que puedo mover de arriba a abajo bastante más rápidamente que mi lengua) y no sé si por causa del dedo o del tiempo transcurrido parece que empieza a pasárselo mejor, a mover su cuerpo, a respirar más agitadamente, y aparentemente terminó en un orgasmo.
Cuado creo que ha terminado me incorporo para estar en paralelo a ella y aunque intento besarla otra vez no es lo que más le gusta, así que vuelvo a su cuello, pecho y hombros mientras con una mano sigo masturbándola (la noté mojada y no creo que fuesen restos de la saliva de mi boca). Mientras ella me masturbaba cada vez más intensamente, hasta que me propone (palabras textuales suyas) “hacer el amor”. Encantado. Va a por un condón, me lo pone, un poco de francés, y me pregunta qué posición prefiero: respondo que ella encima y yo debajo. Al lío. Me gusta verla encima de mí moviéndose, la encuentro atractiva aunque reitero como dije antes que no es un pivón. Después de unos pocos cambios de ritmo y de posición me corro y me quedo muy relajado, y ella sonriente.
Me ducho, vuelvo a la habitación y charlamos un poco: qué edades tenemos, planes para el puente, etc. Ella es andaluza y lleva en Madrid 9 meses, pero en este piso sólo 2 días. Parecía tener ganas de conversación, se la ve amable y simpática. Pero no sé por qué no me salía mucha conversación a mí; me fui pronto y me sentí un poco culpable y maleducado. Seguro que habríamos pasado también un buen rato sólo charlando.
Esto es todo. Lo siento, no consigo que los relatos me saltan más cortos.
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Aprovechando que estaba en Madrid este puente y que tenía este martes sin ningún compromiso, repasé experiencias previas y decidí repetir con Cristina debido al buen sabor de boca que me dejó cuando la visité por primera vez.
Tengo suerte al teléfono, quedamos y en media hora estoy en su casa, donde todo está muy limpio y es nuevo. A destacar que el precio por una hora es 80 euros, y por una hora y media 120; cuando fui hace un mes me cobró 100€ por 90 minutos, pero porque se equivocó, ya que la proporción no salía si lo comparamos con los 80€/h. No puse ninguna objeción a los 120€ porque eran lo razonable. Me ofrece ducha pero como hacía menos de una hora que me había lavado a conciencia en mi casa decliné el ofrecimiento.
Si cuento la experiencia completa sería una copia casi calcada de la que relaté hace menos de dos meses, hasta en el orden de los acontecimientos. Resumiéndola, una experiencia suave y tranquila de las que me gustan; no es buena masajista terapéutica (ella lo avisa) pero acaricia muy bien; y por poner un defecto diría que un poquito de más de aceite, pero en general todo muy bien.
Cuando le hice sexo oral pareció correrse, y ella me lo dijo al final; no es muy expresiva mostrándolo (no da gritos ni tiene espasmos) pero yo me esmeré lo mejor que pude y estuve un buen rato, así que sí es posible que le provocase un orgasmo.
Lo de los besos en la boca, fue como la primera vez, que es un poco reacia a darlos aunque alguno sí hubo, pero parece agradarle más el cuello (a mí también).
Y en el final en penetración, otra vez que me costó correrme; me dice que es porque no me concentro en lo que tengo entre manos. Pensaba que estaba superando este fallo mío...
Y algún consejo por su parte: que sea menos cortado, más lanzado, y que no pregunte tanto qué quiero hacerle a la chica (dentro de unos límites); si hago algo que no gusta ya me pedirá la chica parar.
Esta vez sí me quedé más rato a hablar con ella; es agradable y te encuentras a gusto tumabo junto a ella charlando.
Ducha final, me visto, nos despedimos con dos besos, y hasta la próxima.
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Ayer volví a visitarla, y ya van tres veces que estoy con esta chica. Me siento agusto con Cristina, su carácter me gusta, y aunque la pillé casi fuera de su horario laboral al final pudo recibirme.
A destacar que ahora parece tener su sexo un poco más poblado, pero bien recortadito. A mí me gusta más así, con más de pelo.
Como antes, caricias agradables, cuerpo a cuerpo, cunilingus, y terminando en penetración. No tardé mucho en correrme, pero no terminé de tener un orgasmo realmente explosivo (suelo disfrutar más con las pajas). Y eso me frustra, al igual que mi torpeza al acariciarla. Pensé que al haber ido ya varias veces con ella y sentirme más confiado me sentiría más suelto, pero no.... me lo tengo que hacer mirar Al releer los consejos que me dio en mi anterior visita pienso que es fácil, pero por alguna razón me bloqueo (con ella y con todas).
Yo estuve con ella hará un par de semanas, de tipo está bastante bien ( yo tengo debilidad por las pequeñitas) ya que lo tiene todo bastante bien puesto.
Me cobró 100 euros por una hora de masaje y dos relax. El masaje está bien, sobre todo cuando empieza la parte erótica pero en el sexo es un poco fría, yo creo que es un poco timidilla...
Al releer los consejos que me dio en mi anterior visita pienso que es fácil, pero por alguna razón me bloqueo (con ella y con todas).
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