En algunas fotos aparece vestida con estilo y clase; y aunque desde luego no pensaba que me recibiera así, la lencería que llevaba no tenía nada de especial y la impresión no fue la esperada. Lo que sí es real son esos pezones inconmensurables que se ven en alguna foto. Sin duda lo más destacable de su físico. Los pechos en cambio son de medianos a pequeños. El clítoris se le puso muy grande haciéndole sexo oral, pero el pubis no estaba bien depilado y en este caso llegó a ser incómodo lo que raspaba. Por lo demás, muy limpia y aseada.

Por wsp me aseguró que besa muy bien en la boca; y aunque no fueron simples piquitos, la verdad es que los besos no me gustaron mucho: abría poco la boca, apenas movía los labios y sacaba constantemente la lengua con poco morbo y menos gracia. Era todo como duro (no sé decirlo mejor) y nada jugoso ni dinámico. Le hacía ver y hasta le expliqué de palabra cómo prefería que fuera, pero nada: se mantuvo en su rara manera de besar.

Por wsp, lo mismo que en sus intervenciones en su hilo, me pareció que sería simpatiquilla y divertida; pero resultó ser paradita y un poco sosa. Eso sí, exquisitamente educada. Cuando íbamos a por el segundo me dijo que nos quedaba poco tiempo; pero compensó las fastidiosas sospechas que transmite este aviso con disponerse sin más a continuar y con dar una voz de “ya sé, deja…” a quien llamó a la puerta, dejándome seguir con calma.

Para el francés sin goma al principio parecía que le costaba decidirse, pero lo hizo; avisándome, eso sí, de que no lo hacía hasta el final. No le puso muchas ganas y no tuvo nada especial, pero cuando hizo falta le echó voluntad y paciencia por mucho tiempo; y hasta me dejó llevar la iniciativa de la penetración de su boca, que fue a ritmo suave porque tampoco se me pasó por la cabeza que admitiría ir fuerte.

El sexo oral a ella estuvo bien. Dio muestras de disfrutarlo desde el principio y de correrse. Bien puede ser que lo hiciera. Seguí con su poderoso culo y de nuevo transmitía que estaba a gusto.

El primero fue haciendo griego. Se puso a cuatro con los brazos estirados hasta tener la espada recta en horizontal. Se la presioné ligeramente indicando con claridad que prefería que bajara la cabeza y los hombros hasta el colchón; pero tampoco en esto se amoldó sino que se mantuvo en estricto a cuatro como si fuera un cuadrúpedo, posición que para mí tiene mucho menos morbo. No obstante, buena entrada, buen ritmo, buen orgasmo, buen post-climax ahí dentro y la salida perfecta y limpia.

Masaje en el periodo de recuperación. Vaya… algún apunte de saber de qué va, pero en general poca cosa. Como entretenimiento de entreacto puede pasar. Mejor fue echarle aceite en sus pechos y manosearlos a discreción (ella cooperaba con ganas) disfrutando como un loco de especialísimo tacto de esos pezones incomparables que tiene. Parece como si hubieran absorbido y engullido las areolas para incrementar con ellas de tamaño, dejándolas en poco más que la base de la que salen, grandes, largos, erectos y duros.