Bueno, ahí voy que te doy.
Ayer me dije... vamos a ver qué tal está esta brasileña que en foto parece que está que cruje.
Pues allí que me presento, no sin antes concertar la cita telefónica con ella.
Al teléfono me pareció que estaba un poco dormida (serían las 11 de la mañana) pero bueno, las apariencias a veces engañan.
Después de unos dimes y diretes al teléfono cuando llego a la calle... que si espera que no estoy arreglada..., que me tendrías
que haber llamado 10 minutos antes...
, empiezo a pensar que efectivamente, estaba sobada cuando la llamé a las 11.
Bueno, el caso es que me llama y me da vía libre para subir.
En la primera planta se abre una puerta y veo una preciosidad dentro. No, no era una figura de Lladró, me refiero a la brasileña
protagonista de este hilo.
En ese momento me digo... sí, es ella la de las fotos, es más, está mejor aún que en ellas.
Casi 1.70, entre castaña y morena de pelo largo, una cara muy mona con unos ojos muy bonitos oscuros y piel clara. Me recibe
con una gran y bonita sonrisa.
Pasamos a la habitación y allí empiezo a confirmar que habla el español peor que Cruyff (y confirmo también que se había
levantado hacía 10 minutos), pero como dijo arriba otro forero, habla inglés y en ese momento me dije... hoy se va a hablar
otro idioma a parte de los clásicos francés y el griego.
Tras unos momentos de papeleo (50€-30 min, 90€-60 min), opto por la primera opción (menos mal que fue ésta, de haber
habido 15 minutos habría sido mi salvación).
Empieza la cosa muy bien cuando se quita la ropa. Un cuerpo, in my opinion, perfecto. Pechos preciosos y de una
talla 90 o 95, un vientre plano, sin un gramo de grasa, un culo perfecto, duro y... bueno, y me digo... la cagaste burlancaster
(no por mí, sino por ella).
Avisado iba de que no besaba y bueno... eso no me motivaba mucho pero puede ser un aliciente más para saber si es así o
puede cambiar la cosa... (por suerte no cambio).
Nos metemos en faena y me sugiere antes un poquito de aceite en la entrepierna para coger forma. Le digo que a mí el aceite
me gusta en rebanadas de pan con tomate por las mañanas y que prefiero empezar a darle a ella un poco de lengua corporal.
Empiezo por sus maravillosos pechos... su ombligo "soleado"... y noto un cierto sabor a... vida en su piel... llego
hasta su
¡¡¡nooooooooooo se ha duchadooooooooooooooo!!!.
Pero no sé cómo explicarlo, era consciente de lo que se estaba cociendo ahí abajo, en el agujero que lubrica, pero me puse
a lamer su clítoris como si me hubieran dicho, hazlo o muere. El caso es que había momentos en los que casi perdía el
conocimiento
, pero ahí seguía dale que te pego. Lo sé, lo sé, lo que nunca tendría que haber hecho es intentar (y lograr) meter
un dedo en la cavidad inferior pero así lo hice, provocando una erupción de olores propios de la lonja de Vigo.
En fin, siendo consciente de lo que se estaba produciendo allí, me dije... o me planto y se acabó lo que se daba
o me tiro a su culo... pues opté por lo segundo, encomendándome a san ojete purificador para que no estuviera esa zona tan
perjudicada como la anterior y por suerte, el santo escuchó mis plegarias y dió algo de luz a una zona muy devastada por la dura
y sombría noche. Ahí empecé un beso negro que fue mi salvación y recogimiento.
A todo esto ella estaba que no podía más, unos luchando contra los elemementos y otras disfrutando de las maniobras lengüetales
en la oscuridad, qué mal repartido está el pastel.
Total que de vez en cuando subía para coger un poco de aire fresco y la besaba el cuello, los hombros, los pechos e intentaba
robarle algún beso que otro, pero ella, con unos movimientos casi espasmódicos de cuello, lograba hacerme saber que su boca
estaba clausurada. Llegué a temer por su cuello y que en uno de esos movimientos se descoyuntara y tuviéramos que terminar
en urgencias, ella con el cuello roto y yo necesitado de oxígeno para abrir mis maltrechos alveólos pulmonares.
Pero gracias señor, gracias, a esos movimientos y a una frase dicha en esos momentos por ella pude comprobar que
¡¡¡noooooooooooo se había lavado la bocaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!.
La cosa pintaba más fea que hacía unos segundos pero en ese momento surgió una gran duda, quedarme arriba batallando
el asunto cuello o sumergirme en el fondo del mar para seguir luchando con el molusco. Decidí que ya era hora de intentar probar
otras cosas y pedí, cual participante en un duelo a vida o muerte, goma para el espada... pero... pero... la espada mostraba claros
síntomas de lo que mi cerebro había estado sufriendo hasta ese momento y se había cebado con mi miembro más sensible
(no, el cerebro es fuerte como el coral, ya que estamos metidos en historias de mares).
Total que me digo, ponte la goma que esto, con un par de lametazos a esos pechos que Dios le ha dado, sube como el Euribor.
Pues ahí tenía la goma colgando, cual banderita de cualquier pueblo de España en fiestas, pidiendo a gritos un relleno para poder
cumplir, que yo no le podía facilitar.
Ante tal situación pensé, y si me intento asfixiar el cuello con las manos a ver si consigo que la sangre deje de regarme el coral
y me baje para rellenar la banderita... en seguida lo deseché, prefería llegar a urgencias mareado por la falta de oxígeno antes
que insconsciente.
Intento por enésima vez un beso, a sabiendas de que si hubieran chocado nuestras lenguas, ahora, probablemente no estaría
escribiendo estas líneas y sería la vergüenza de mi familia y amigos.
Como ya llevábamos un buen rato en ese plan la digo, "a ver si tú, con esa boquita que Dios te ha dado, consigues algo"
(como tenía puesta la goma no temí en ningún momento por mi miniyo y su posible contaminación).
Ahí empieza a darle y la verdad, lo hacía muy bien pero es que la situación era tan surrealista (sobre todo en mi cabeza,
porque la chica estaba disfrutando desde el principio, no te jode
), que tampoco hubo manera.
Le digo, te voy a comer esa espalda tan bien puesta que tienes y me voy a lanzar a tu ojete de nuevo (que era lo más potable
que tenía esa mañana, ironías de la vida). ¡¡Así conseguí una erección!!!, pero con qué poco nos conformamos algunos... y me digo,
coge la goma echando leches que como me hable al odio me hunde... pillo la goma y con las prisas y que estaba que menos mentalizado
que Pachi López para empezar a aprender euskera, me la pongo y empiezo a tirar de ella para abajo y ... y... y... coño, ¡¡¡¡¡que me la
he puesto al revés!!!!!!!! y ahí, ante mis ojos, el pilar que había emergido de las aguas turbulentas, se desvaneció tan rápido como
se desinfla un globo....
La doy la vuelta, la miro y la digo... he pensado en amputarme el miembro y ponerme un kebab en su lugar (no me entendió, lo
mejor habría sido haber hablado de marisquería). Le echo la culpa al condón y me dice la pobre... "es que sin él no... es por salud"
y que lo digas hija y que lo digas.
Después de esta batalla sin fin ni sentido, seguimos hablando combinando la lengua de Cervantes con la de Obama, como, por otra parte,
hicimos en toda la cita y me rendí ante la evidencia. Eso sí, ante una observación por su parte sobre su pelo aproveché para decirle
que se diera una buena ducha, que el día era largo, pero era tarde para mí.
Resumiendo... La chica es una preciosidad, 21 años, tiene un cuerpazo, es simpática, disfruta porque otra cosa no, pero mojó
y jadeó y se le puso la carne de gallina muchas veces, no le hace falta maquillaje ni otros complementos, pero esa mañana,
pasó por alto la ducha y el lavado de dientes y fue lo peor que me ha pasado en la vida, sexualmente hablando.
¿Que podía haber parado en cuanto noté el olor? Cierto y por eso he contado así nuestro encuentro, como una anécdota
entre surrealista y virtual. Lo único que hizo que no parara era su cuerpazo y su belleza, de otro modo lo habría hecho.
La diferencia entre mi experiencia y las de los otros dos foreros que han posteado ha sido la falta de higiene de ella en la mía.
Se supone que si va bien lavadita la experiencia será buena (o no
).
Por cierto, sí dice que no sabe cuando se irá, pero cree que pronto. No sé, lo mismo la capa de Ozono está contando los días.
Ah, no pido disculpas por el ladrillo porque señores, el ladrillo está en crisis.
Me he permitido hacerlo tan largo porque me da que va a ser tan corto este hilo como la estancia de Camila entre nosotros.