Estaba en C/ Orense y se movió a Av. Gral. Perón

Hola a todos.
Hace unos años le cogí el gusto a un apartamento que había en la Calle Orense, creo que era el número 26, y que luego se movió a la Avenida del General Perón.
Allí conocí a una serie de maduritas que siempre me trataron muy bien. El apartamento era de Marina y no recuerdo ahora el nombre de las chicas que me atendían, porque solían variar, aunque al principio me atendía más una señora que se llamaba Ángeles.
La verdad es que todas ellas se entregaban mucho. No eran “bellezones” y no ponían sus fotos en ninguna web. Os estoy hablando de hace quizás 15 años. Pero eran todas aficionadas que lo hacían para sacar algún dinero extra y se entregaban a gusto. La tarifa era por una hora de unos 150 €, pero nunca miraban el reloj y siempre había sexo y charla y más sexo, o sea que, aunque no se promocionaban como 2x1 ni nada por el estilo, siempre salías más que satisfecho.
En la Calle Orense estuvieron en dos pisos distintos. En el primero entrabas todo derecho en el portal a los ascensores que había allí, sin que el portero preguntase nada. Aquello estaba lleno de apartamentos. Yo me enganché, como os dije, más a Ángeles, pero también había allí de vez en cuando otra señora que me recordaba a Encarnita Polo y que, si estaba, Ángeles no se molestaba porque variase un poco. Lo cierto es que Ángeles me hacía unas mamadas de impresión que aún recuerdo hoy en día y me cabalgaba con unas ganas que parecía que fuese su novio, de verdad. Quizás porque era como unos 10 años más joven que ella. A mí siempre me han gustado que sean más maduritas que yo. (Bueno, hoy en día ya no tanto!)
Lo curioso de ese apartamento es que Marina tenía un amante que la visitaba con frecuencia y te ponías cachondo sólo de oírla gemir al otro lado de la pared. Un día conocí a Marina (sí, se pasaba tanto tiempo con el novio que ya era yo asiduo y no la había conocido) y me pareció muy atractiva, bajita, regordeta, pechugona, pero con unos labios que prometían lo mejor de lo mejor, la verdad. Pero, bueno, yo seguía con Angeles y con la que se parecía a Encarnita Polo.
Luego se pasaron a otro apartamento que estaba en el mismo edificio, pero que había que entrar desde el portal en los ascensores que había inmediatamente a la derecha. Allí pasaron dos cosas, una que Ángeles se marchó con un cubano más joven que yo (jejeje… la historia de mi vida) y que allí empecé con otra más mayor, menos guapa, pero terriblemente viciosa. Lo que aprendí con ella!
Pero, al parecer, tenía problemas con el alcohol y dejó de ir o Marina dejó de llamarla. No lo sé. Y un día que no había nadie más que Marina y que no me apetecía esperar por ninguna de las amiguitas a las que podía llamar, todas ellas en plan jovencitas y con parecido, según Marina, a personajes de la tele, le propuse hacerlo con ella. Al principio se sorprendió y me dijo que ella tenía a su novio… Pero pronto cambió de idea. Me quedé un poco sorprendido, pero me entusiasmé.
Temblaba cuando la desnudé y me dio la impresión de que hacía mucho que no estaba con otro que no fuese su novio. Era unos 15 años mayor que yo, pero os juro que tenía la piel más suave que he besado. Sus areolas eran sonrosadas, pero sin apenas pezón. Eso sí, cuando le entraba a comerle chocho se le erizaban, tan solo un par de milímetros, pero ella se quedaba entusiasmada, porque nunca le salían los pezones.
Lugo se movió a General Perón, en una casa con mayor seguridad o con un portero más chinche y yo me eché una amante, por lo que dejé de ir a verla.
Ahora me gustaría pasarme por allí, pero ni tengo el teléfono, ni se si lo habrá dejando.
Hay alguien que me pueda dar referencia de ella?
Gracias