Vero 641599233
Nombre: Vero
Nacionalidad: Colombiana. Me dijo que de Cali.
Forma de Contacto: Whatapp
Hilo profesionales: Destacamos
Fecha aproximada: Septiembre 23
Lugar: Las Delicias
Instalaciones: Habitación pequeña con un ventilador y un aire acondicionado que no sé si funcionaba
Higiene: Como el valor en la mili, se presupone. Yo iba duchado y ella también iba limpia pero no hubo paso por el baño
Precio: Veinte minutos 30 euros. También había tarifas de media hora, 50 euros y una hora que no recuerdo cuanto. Puede ser que 100.
Edad: Jovencita. Diría que veinteañera.
Cara: Normal aunque a mi me pareció guapa. Cuestión de gustos.
Pelo: Negro
Cuerpo: Pequeña
Pecho: No grande pero firme.
Culo: Lo encontré algo más pequeño que en las fotografías, cosa que agradecí pues suele ser al contrario.
Piercings y tattos: Una rosa con una serpiente en el entreteto. Le alabé el gusto. Le quedaba bien.
Defectos corporales: No vi ninguno
Actitud: Dulce
Conversación: Hablamos antes y después.
Besos: Se dejaba besar pero ella no besaba
Fuma: No lo sé pero oler no olía
Francés: Con goma
Forniqueo: Suave
Griego: No lo pregunté
Lo mejor: El cuerpo que tiene de teen
Lo peor: No se me ocurre nada
¿Repetir? Sí
¿Recomendable? Sí
Valoración global de la experiencia:. 10
Le escribí hace unos días para que me diera algo más de información. Me dijo que recibía en calle Terminillo. Así que el día de autos le volví a escribir para concretar la cita. La casa es vieja y la calle es peatonal y concurrida ( al menos por la tarde) con niños jugando y adultos hablando tranquilamente.
Vi como el hombre que andaba delante de mi se paraba en la puerta y entraba. Así que le escribí a mi cita preguntándole si había mas chicas (o eso o se me habían colado) Me dijo que estaban varias muchachas en la casa. No tardé en comprobarlo porque me abrieron la puerta nada más y nada menos que tres mujeres (todas ellas latinas) Ninguna de ellas era Vero. Ella me recibió en la escalera. Me llevó a una habitación pequeña y como ya he mencionado en la ficha, nos saltamos el bidé. Pusimos juntos la sábana que cubre la cama y al lio. Primero ella arriba (yo comiéndole esas tetitas) y luego a cuatro patas. Se me olvidó el misionero. Y tener ese culete delante de mí hizo que claudicara. Charleta, plegamos la sábana y me acompañó a la puerta (en el hall de entrada continuaban las tres de antes) y me marché más feliz que una lombriz.
Despues de varios chascos, puedo decir que esta vez acerté.
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