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Recibe en la calle Llano Ponte de Avilés, frente a la antigua plaza del pescado. Me recibió en braguitas y sujetador. No hubo lavado previo, sólo me dió con una toallita. Ella tampoco se lavó, al menos delante de mí, y le noté algo de olor a sudor durante el folleteo. Le dije que quería 20 minutos y le pagué los 40 pavos. Me tumbo en la cama y me la come un rato con goma de forma bastante mecánica. La verdad es que con goma la cosa pierde mucho. Me dice que por 50 lo hace sin, pero yo siempre voy con el dinero justo para el tiempo que me voy a quedar, así que tendrá que ser con goma. Le digo si le puedo meter un dedo en la almeja y me dice que no. Luego se pone encima y se la mete con delicadeza, bota un poco y al minuto ya me dice de cambiar. En fin, le doy en un par de posturas. Pensaba que las mulatas eran más calientes, pero el trato está siendo bastante frío. Me habría gustado acabar corriéndome en su boca, pero como no puede ser, pues le doy un rato más a perrito hasta que me corro (con condón, por supuesto). No sé si con más tiempo deja correrse en su boca, no le pregunté. Sí sé que no da besos ni tampoco hace grieo. En fin, después de acabar fuí a lavarme y al volver a la habitación ya estaba en bata y con mucha prisa. Según me dijo venía otro cliente pronto. Así que nada de charla, como suelo hacer. Me visto rápido y me despide en la puerta. No repetiré, tanto por el sexo en sí como por las prisas del final, que parecía que me estaba echando.
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