No sé si será un buen indicador las "críticas" que puedan realizar.
Como muy poco, los que no marcan la casilla de los católicos en la Declaración, aportan obligatoriamente un porcentaje a toda esa maraña de la industria ong.
Y las que son aún más codiciosas y con mejores amistades mueven además presuntos proyectos para los cuales también ponemos dinero.
Hay partidas presupuestarias para todos, no es necesario ser abolicionista.