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Cansado de tanto timo de chicas que se anuncian como masajistas y sólo son lumis que no se han preocupado por hacer su grado o módulo profesional en masajes; y peor aún, cuando ya has descubierto que no son masajistas, te queda complejo de gilipoyas, pues eran ellas las que deberían pagarme a mi, y eso que estoy pasado los 50 y no soy atlético.
Por todo ello, antes de ir procuro hacerle un I+D al telefono; en este caso compruebo que se anuncia como masajista desde hace varios años en Madrid, con lo que me animo a probar.
En la Calle Almagro, me recibe en kimono muy sugerente una mujer madura muy guapa, con curvas; por retratarla mejor, una verdadera mujer del renacimiento, atractiva y dulce.
Los precios hablados por telefono eran 20 minutos 40 euros y 30-50. Ya le indique por teléfono que era un poco caro para masajes; más que nada por que me temía un nuevo timo, sobre todo al decirme que lo daba en cama y no en futón. Quedamos en que la media hora es larga como así resulto luego al convertirse en 45 minutos.
El piso limpio, el baño amplio, te ofrece zapatillas desechables y ella muy afable en todo momento.
Ana como masajista es muy buena, desde sus primeros compases se percibe que es experta en su trabajo; el masaje de gluteos y luego de cervicales es fenomenal .... pero no acabó ahí la cosa con esa primera sorpresa; la segunda, es que ofrece servicios completos, que besa como una novia, que te masturba con carga eléctrica, y que su boca y sus masajes con todo su cuerpo tratan a tu pene como si fuera un retablo y ella devota de él. Creo que también lo hace completo. Total que: ¡advertidos vais! si no tomáis la precaución antes de poneros en sus manos de ir ya descargaditos, podéis veros traicionados por un gatillazo adolescente, lo que a mi edad, ya no se si fue bueno o malo.
Magnifica Ana, dice que va de paso que sólo estará una semana; pero yo quiero que se quede.