Sí. Hoy como nunca... (Esta vez sí es lo que parece II)

TASSYTANIS · #1 11-10-2010, 10:22

¡Uff! Me ha llamado... ¡Me ha llamado!

Ha pasado casi un mes. Bueno, 28 días. Lo tengo anotado y también lo recordaría aunque no lo hubiese hecho: no ha pasado un sólo día desde que la conocí en que no haya pensado en ella. Cuatro semanas justas; el mismo día, viernes, y a la misma hora, las doce.

La verdad es que ya no confiaba en que volviera a llamar. Demasiado tiempo: cuando repiten, no dejan pasar más de dos semanas. Pensaba que me había cegado, que había percibido cosas que no sucedieron. Sigo intentando ser frío y captar todos los detalles y lo consigo, pero lo cierto es que con ella me abandoné durante casi todo el tiempo.

En fin, que ya me había convencido de que sería de las que no vuelven. No es extraño. Tienen tantas posibilidades. Basta dar un paseo por el foro: hay colores para todos los gustos. Las que repiten es porque buscan algo especial y creen haberlo encontrado. Está claro, vienen porque nada las ata; no hay ningún compromiso y se sienten las reinas del mambo. O se lo han hecho a ellas, sus maridos o lo que sea, y están devolviendo la moneda; o quieren probar lo que no tienen. En el primer caso, ¿Para qué volver?, en el segundo, lo interesante es precisamente no hacerlo.

No es el caso de ese par de clientas habituales, bastante más mayores; una viuda y otra separada. Les cogí el aire desde el principio y les doy lo que necesitan. Son muy amables y me tienen cierto cariño. Con ternura y cierta pose de inocencia, se consigue que se olviden de que están pagando y dejen de sentir remordimientos por hacerlo. Durante un rato se sienten reconfortadas. Cada dos o tres meses vuelven con el mismo nerviosismo y el mismo corte de la vez anterior.

Pero no, no me equivoqué el primer día: me ha vuelto a llamar. Sí fue lo que me pareció: ella también debe sentir que fue diferente. No sólo se encontró con un hombre joven y guapo... ¡Joder! Si alguien me oyera, me llamaría creído. Pero qué coño; si me gano la vida haciendo esto es por algo... Además del tiempo y dinero que invierto en el "Gym".

Sí, se encontró algo más. No sólo sexo del bueno... No sé... Si sintió las emociones que me transmitió y que me hizo sentir a mí... No sé... Todavía tengo el aroma de su perfume clavado en la pituitaria... Todavía cierro los ojos cuando "escucho" sus palabras en mi oído: "bésame el cuello... más despacio... hazme sentir todo... más despacio... dámelo todo..." Y el bienestar que transmitía cuando la acariciaba después de la primera vez...

Está casada. Se quitó el anillo antes de venir pero la marca del sol era inconfundible: lo había llevado puesto durante el verano. No creo que su marido le engañe. Habría que ser muy necio para necesitar más o para pensar en algo mejor. Debe ser uno de esos hombres "importantes" con otras prioridades... De los que no tiene tiempo para disfrutar del "tesoro" que tiene en casa. La amará sin interés ni dedicación; una o dos veces al mes y haciendo un "terrible esfuerzo" para quitarse el pijama. Y, claro, ella necesita más; ella se merece más y lo siente dentro de sí.

Lo que no entiendo es por qué pagando; podría tener a cualquier hombre con sólo chascar los dedos. No como el variado surtido de mujeres que pagan porque creen que nunca podrán disfrutar de un "bombón" de tío.

Está en esa edad en la que las personas se dan cuenta que ha comenzado la cuenta atrás. Cuando empiezas a ver que cada día que pasa muere sin remedio y que nunca volverás a tener las oportunidades que hayas dejado pasar en ese día. Vamos, lo del tren que todo el mundo repite tan a menudo últimamente. Como leí hace unos días: "En esa encrucijada en la que las ideas y patrones de tu pasado empiezan a disolverse como sales de baño en el acuoso sentimiento de lo efímero que es todo".

Pero, ¿En qué estoy pensando?; ¿Otra vez de "psicólogo barato"? Queda menos de una hora y media para que esté aquí. Y el capullo de Chema dejó esto ayer manga por hombro. Ya le cogeré por banda al muy .

El teléfono: Chema. ¡Hostias! Me ha debido "oír".

***

-¿Sí?
-Chema, ¡Joder! Lo hemos hablado un huevo de veces: no me puedes hacer esto. Si terminas tarde y no tienes ganas de recoger y vienes al día siguiente, no pasa nada, tío. Pero ayer sabías que no ibas a venir y me has dejado esto hecho una mierda.
-Es que me ha llamado, tío. Viene a las doce.
-¡Joder con el Murphy de las pelotas! Ese tío sólo trabaja cuando se lo pones en bandeja. Si hubieras recogido y limpiado, el tal Murphy hoy estaría en la cola del INEM.
-Sí, la de la melena rubia y el traje de chaqueta.
-Déjate de coñas. Sabes de quién hablo.
-¡Venga ya! Con ella como con todas: hago lo que creo que quiere haga y como creo que lo quiere. Ese es nuestro trabajo, ¿No? Pensé que todas las veces que hemos hablado del tema serían suficientes para que conocieses mi posición al respecto.
-Vale, tío, lo sé, pero parecía un buen argumento...
-Bueno, tío, no te enrolles: ¿Qué quieres?
-Vale, luego escribo un post poniendo tus fechas disponibles, pero, machote, las citas las anulas tú.
-Adiós, cabroncete. Pásatelo bien. ¡Ah! y ésta me la pagas.

***

El capullo de Chema me conoce bien, demasiado bien. No se ha tragado la evasiva. Sé que se interesa por mí y que presiente que todo esto me puede complicar la vida... ¿Más?

Todos buscamos algo... Ella busca algo, algo que le falta y que intuye que puede encontrar aquí; por eso vuelve. Aunque puede que todavía ni siquiera se haya dado cuenta...

Y yo ¿Qué busco? Además de tener una mujer diferente a las habituales. Una preciosa mujer con un halo misterioso rodeándola como una aureola de luz. Una mujer elegante, educada, con dinero y culta. No sé... simplemente es distinta, me removió mis esquemas con sólo aparecer y plantarse frente a mí; con sólo sonreír y aprobarme con su seductor gesto.

Bueno, tío, deja de elucubrar. Tienes un huevo de cosas que hacer: todo tiene que estar perfecto para ella.

Tengo que cambiar la ropa de la cama; la sala ya casi está ordenada... A ver, sí, tengo velas e incienso. Tengo que preparar la música: algo relajante y exótico... Sí, Loreena McKennit es perfecta y... algo romántico y bailable, por si acaso... ¡Los boleros de Plácido! Seguro que le gustan. ¡No he mirado el frigo! Bien, hay de casi todo, incluso el Cava que compré el otro día. Que no se me olvide poner las sales a la vista por si le apetece un baño juntos. Y todavía tengo tiempo para bajar a por unas flores. Me ha dicho que la ropa del otro día estaba bien, pero tengo que darle alguna sorpresita: me voy a poner el Lacoste y los Dockers que me compré el martes. Venga tío, a limpiar ya: sólo tienes una hora.

¿Qué querrá hoy? Da igual: voy a darle todo lo que me pida. Pero hoy también voy a pedir yo; hoy también voy a querer yo. Voy a disfrutar como nunca y voy a hacer que ella lo sienta como nunca; que todo su cuerpo se estremezca con mis caricias y mis besos; quiero que me haga sentirla como nadie nunca lo ha hecho; que se sienta una diosa junto a su mortal elegido.

Sí. Hoy como nunca...