Escribo desde el móvil, que no es fácil. Disculpad las prisas
Nombre de guerra: Aitana
Nacionalidad: caribeña
Forma de Contacto: tfno y whatsapp 603399304
Hilo profesionales:
Web profesional: pasion.com
Fecha aproximada: junio 2022
Lugar: por Aluche
Instalaciones: correctas y limpias
Higiene: buena, aunque la sábana desechable es para camilla y la usa sobre una cama, con lo que resulta pequeña
Precio: 60€
Edad: dice que 26. Apostaría a que algunos más
Cara: normal. No me pareció un pibón, pero esto es cuestión de gustos
Pelo: moreno
Cuerpo: calculo que 1,70m de altura y de constitución fuerte
Pecho: natural, medio-grande y que le vence por la ley de la gravedad
Culo: grandecito, acorde a su constitución
Piercings y tattos: no vi. Imposible saberlo. Estábamos a oscuras
prácticamente
Defectos corporales: no vi (mejor dicho, no pude ver)
Actitud: buena
Conversación: sí, conversa si le das pie
Besos: no los busqué, pero algún piquito hubo. También te da algun beso en cuello y espalda
Fuma: No sé, pero no olía
Francés: lo ofrece, pero no lo demandé
Forniqueo: no entra en su catálogo de servicios
Griego: tampoco
Lo mejor: su actitud y el masaje
Lo peor: nada
¿Repetir?: no lo descarto
¿Recomendable? : sí
Valoración global de la experiencia:.
Tenía esta chica en la agenda desde hace tiempo, pero no había surgido la ocasión. Hace unos días estaba por la zona, contacté y me resultó muy fácil cuadrar una cita.
Recibe en un bajo con puerta a pie de calle. Me pareció alta y fuertota, prietas las carnes y resultona. No tiene el tipo que me ancandila, pero no me desagradó. Me pidió que le pagara por adelantado y te ofrece ducha. El baño esta recién renovado, asi que limpio y todo funcionando bien. De vuelta a la habitación y tumbado en la cama me pregunta si me gusta el prostático, a lo que respondo afirmativamente.
Empieza el masaje por los pies y piernas, aplicándolo con cierta energía y presión que me gustan. No recuerdo si llegó a hacer tocamientos por los genitales durante el mismo pues estaba más centrado en la conversación que manteníamos que en el masaje en sí mismo. Esta parte se me antojó que duraba mucho, y que la sesión se iba a alargar más de lo contratado, pero no fue así. Se tumba sobre tu espalda, y te da besos en la base del cuello y en la mejilla mientras lanza unos pequeños gemiditos al oído (algo que lejos de excitarme me descolocan si son fingidos).
Cuando me doy la vuelta, se queda tumbada a tu vera, coge la polla, te dice que la tienes muy grande (vamos, lo que nos dicen a todos) y comienza a masturbarte. Se deja besar los pechos y acariciarle la vulva sin poner reparo alguno. Ella gemía y cuando observó que yo estaba a puntito, incrementó la intensidad y frecuencia de sus gemidos para darle mayor veracidad al teatrillo.
Bien, no me quejo de nada, que estuvo todo bastante bien, y no descarto en repetir con ella o con su compañera de piso, de lo que me enteré cuando ya nos estábamos despidiendo.
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