Mayte (también Noemi) morenaza española 672895753

Marco_Palo · #1 15-09-2010, 17:05

He tenido el placer de conocer a esta peaso de mujer, morenaza española donde las haya, lo que incluye tablas en la vida y un carácter con el que mejor no andarse con tonterías.

Nombre: Noemi.
Edad: 31 años (dice). Pueden ser 34 que daría lo mismo porque tiene un tipín que pa'qué.
Nacionalidad: española.
Contacto: 677695041
Tarifa: 80€/1hora
Recibe: Actualmente atiende en un piso a dos manzanas de la plaza del Marqués de Vadillo. Bastante cutre y desde luego nada que ver con el ambiente que uno espera si nos fijamos en sus fotos. Un cuartito oscuro, de muebles destartalados, dos camas de niño y una de ellas con varios colchones apilados, cestón de preservativos cortesía de la Comunidad de Madrid, un cenicerito sucio... En fin, podria seguir, pero no quiero desanimaros porque al fin y al cabo es un lugar que puede cambiar de un día para otro. Creo que hay cosas que tienen mayor importancia. Comparte la casa con otras personas que en ningún momento molestan. 24 horas de lunes a jueves y viernes hasta mediodía.
Estatura: 1,57 m (aprox.).
Medidas: 65-55-70 (aprox.).
Aspecto físico: Es una mujer guapísima, de esos rostros femeninos tipo las Azúcar Moreno, pero en guapo y con cuerpazo. Ojos oscuros de mirada profunda, nariz poderosa y labios marcados. Uñas largas, felinas y arregladas, lo mismo que los pies. Le encantan los zapatos y el tacón alto, de hecho no se quitó las sandalias que podéis ver en la primera foto en toda la hora. Cinco piercings (cabeza, pecho y felpudín). Pecho mínimo, pero juguetón, y trasero ex-cep-ci-o-nal. Depilada por completo. Delgadita como es, tiene un cuatro soberbio. En general su cuerpo es mas bien pequeño y exquisitamente proporcionado. Muy limpia y cero olores.
Carácter: De armas tomar. Recibe "a quien le da la gana". Y hace bien. No tuve ningún problema con ella, pero pude presenciar cómo despachaba a un pajillero telefónico de dos patadas bien dadas. Por lo demás, os encontraréis con una mujer que en la cama arde bastante. En sus anuncios habla de besos, caricias, lluvia dorada, tríos, todas las fantasías posibles... No dudo que lo tenga en mente, pero de ahí a que lo haga por iniciativa propia... Pues eso.
Fumadora: Sí.
Besos: Sí, muy completos. Con piercings, en plural.
Francés natural: Sí, puede ser hasta el final, cosa que no probé. Bastante bueno. Seco y apretado en general, con momentos ensalivados. Buena coordinación boca-mano. No hay garganta profunda. 8/10
Griego: Psí. Se anuncia con "posible griego" y por teléfono comentó que nunca lo ha hecho y que siente curiosidad, pero lo dijo con la misma entonación como si dijera que luego va abrir una caja de las galletas para comerse una. Al final se traduce en un "no". Creo que forma parte de su juego, aunque nunca se sabe porque sí que le gusta jueguen con él.

La experiencia
Llamadita para saber el piso antes de subir. Inmueble bastante decepcionante y el piso, pues más todavía.

Me abre la puerta una mujer impresionante, pese a ser pequeña. Pasamos a la cutre-habitación y comenzamos a hablar. Le pago por adelantado, me dice que me ponga cómodo, le pido un refresco y sale. La verdad es que, en un cuartucho como ese no sé cómo puedo ponerme cómodo, así que la espero tal cual medio sentado en la pila de colchones. No fui a la ducha porque estaba recién salido de ella, como quien dice. Cuando regresa charlamos un poco mientras nos fumamos un cigarrillo. Me dice que me siente a su lado, pero prefiero verla desde cierta distancia. Entonces se tumba de lado, haciendo gala de su cuerpo, bellamente resaltado por una minifalda vaquera y el gran escote de una camiseta morada.

Mientras estamos así, le llaman constantemente. Atiende a una de las llamadas, cosa que después le afeo porque está con otro cliente. Lo entiende.

Al rato me siento y comenzamos a besarnos. Poco después será de pie mientras nos acariciamos con bastante morbo. Felina, se pega contra mi a la altura del pubis. Luego se lo devuelvo empujándola contra la pared mientras sujeto sus brazos en alto. Toda la seriedad que ví al principio se ha transformado en pasión pausada y movimientos insinuantes que, viniendo de una mujer como ella, es subir la temperatura veinte grados de golpe.

Todavía medio vestidos, nos lanzamos sobre la cama. Al menos el catre es mejor de lo que aparentaba: Relativamente duro y no suena nada. Sobre las sábanas, Noemi se deja hacer a placer por todo su cuerpo. Su coñito es de pedestal y se moja de vez en vez en señal de agradecimiento. Francés conmigo encima mientras está tumbada boca arriba. Tras un largo rato de jugueteo mutuo y posturitas excitantes, preservativo y al misionero. Penetración sin prisas al principio y bastante agitada después. Tiene una piel, un tacto y una manera de lucirse que es de Playboy. No siempre, obviamente, pero con bastante frecuencia. Deleitáos bien cuando se ponga el dedo en los labios o cuando eche el culito hacia atrás para que entre más o cuando levante de lado una de sus cálidas columnas, exquisitez de orden corintio para los que gusten del fetichismo de las piernas.

Arriba se movió lo suyo y lo mío. Durante todo el tiempo, hice incursiones por su trasero. Reaccionaba bien, aunque con ciertos recelos. Sólo en los momentos de más agitación permitió una cierta presión con los dedos. Para finalizar, la puse a cuatro patitas no sin antes brindarle un buen cunnilingus, como no podía de otra manera para devolverle los placeres que me estaba brindando. Cuando estaba todo bien mojado, me incorporé e intenté aproximarme a su culo estrecho. La casuística del "posible griego" fue ninguna. No me importó, pues para disfrutarlo es cuestión de dos y ella no estaba receptiva. Insistir hubiera sido una bonita manera de estropear el encuentro. En esa misma postura, con su toda su morenez exhibida y el trasero en pompa sobre la cama, comencé el sprint final. Mientras, le decía cositas que nos ponían cachondos a ambos. Llegado el momento, sus dos nalgas recibieron mi orgasmo. Luego lo froté por todo su trasero, cosa que ella comentó tan sonriente como sorprendida. No era para menos. Noemi es una grata sorpresa, al menos lo ha sido para mi y espero que también lo sea para quien vaya a visitarla.

Terminamos otro cigarrillo, recogimos el desastre y nos despedimos con cierta premura, pues otro cliente estaba en camino. Seguramente otro afortunado.

Conclusión: Si dejáis de lado los no pocos inconvenientes mencionados, podéis pasar un buen rato con una española de bandera.

¿Recomendable?: Vosotros mismos.

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