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Más de 40 (Madrid) Sabe más el diablo por viejo que por diablo |
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Beatriz 655378987 (Antes Viky 635217970)
Aquí dejo una aportación más al foro. Aprovecho saludar de manera especial a todos aquellos visitantes sin registrar que pasan por aquí y a todos los foreros que miran mucho pero que nunca postean sus experiencias ni realizan comentarios de ningun tipo. Por favor, no os toméis a mal la ironía, pero es la pura verdad. Os animo a que lo hagáis. Es fácil, se copia un modelo y escribes tus propias impresiones. Ahí van las mías.
Nombre: Viky. Edad: 45 años. Nacionalidad: española. Contacto: 635217970. Tarifa: 75 euros una hora, apartamento incluido. Recibe: Calle de Clara del Rey, 39. Alquiler por horas. Buena higiene, sábanas, toallas y sanitarios limpios, amplitud, decoración obsoleta, radio, televisor. Estatura: 1,60 m. Aspecto físico: Tiene cara de malota, aunque es una persona tierna y cariñosa. Sobre su abundante nariz reposan unas gafas que le sientan muy bien, suavizan las facciones de su rostro agreste y le dan un punto morboso. A tono con sus ojos vivarachos, negras la melena y las uñas, tanto de las manos como de los pies. Es extremadamente delgada y debo recalcarlo porque es lo más destacado. Tiene la imagen de una persona anoréxica, que no sé si lo será. Se le marcan los huesos y articulaciones, sobre todo en la cadera. Vientre liso, pero con estrías que caen formando surcos más que pliegues abdominales. No tiene nalgas, la espalda cae en linea casi recta hasta los tobillos. Poca curva entre cintura y cadera. Los pechos son como los globitos rellenos de agua que se lanzan los niños en el parque. Piel blanca, suave y laxa. Pies bastante bonitos. Carácter: De pocas palabras, sencilla, simpática en lo que dice y atenta con el cliente. Persona equilibrada pese a los zarandeos que le da la vida, más concretamente el proviniente del cliente anterior que se fue sin pagarle las cuatro horas que pasaron juntos. (Nota: la Policía ya está al tanto, así que, Rubén, poligonero de Vicálvaro -o como te llames-, será mejor que devuelvas lo que debes). Fumadora: No mientras estuvimos juntos, aunque intuyo que fuma. Besos: Sí. Alegres, mucha lengua y dura. Francés natural: Sí. Le gusta tenerla en la boca. Saliva normal. No lo hace profundo y mueve bien la mano. Griego: No, aunque el aspecto de su agujero prohibido dice con claridad que no es virgen. Uno de sus anuncios: Cita:
La experiencia: Contacto con ella por teléfono y atiende una voz bonita y servicial. Después de informarme de los servicios y tarifas, nos emplazamos a vernos por la tarde-noche. Llego puntual a los archiconocidos apartamentos y subo al número en cuestión. La primera impresión de Viky es un golpe frío. La cara es tosca y bastante pequeña de estatura, pero sentí una mezcla entre curiosidad y reto por conocer a esta mujer con pantalones de pitillo y aspecto de aficionada al Heavy Metal. Quería conocer lo que había más allá, así que me prescribí paciencia y seguí adelante. Ella comenzó a quitarse ropa y yo pasé a la ducha. A la salida me esperaba sentada en la cama. Me pide que me tumbe boca abajo y comienza a darme un masaje de espalda, piernas y pies. Nivel principiante, aunque tiene habilidad natural para localizar los nudos. Comentarios sobre nuestro color de piel. Pasa a besitos en la espalda. Me dice que me de la vuelta. Bajada rápida al pilón. Ya habéis leido con detalle cómo es su físico, pero, por expresarlo como lo sentí cuando se tumbó junto a mi ya completamente desnuda, me recordó a las chicas liberadas de los campos de concentración nazis. No me gusta la comparación, pero es lo primero que se me vino a la cabeza. Tenía marcas en los tobillos que me traían a la mente escenas de sadomasoquismo. Como comprenderéis, en esta tesitura no llegaba la excitación. Entonces decidí fijarme en los detalles más agradables de Viky y para ello nada mejor que disfrutar de su actitud desenfrenada frente al sexo. Arrodillada sobre mi, lamía con deleite el falo. Su melena oscura ondeaba al compás de las chupadas. Aquello empezó a tomar grandes dimensiones. La dejé hacer, dando cortas instrucciones de lo que me gustaba de vez en cuando. Es mi turno, le pido que se tumbe boca arriba. Su pubis carnoso sobresale de su extrema delgadez. Está rasurado por completo, es oscuro por fuera y de color bermellón en su interior, de un tono rojo vivo como nunca había visto antes. Me aproximo a él y comienzo a lamerla durante largo tiempo. Si alcanzó un orgasmo o no, no lo sé porque fue muy discreta en sus expresiones. Rodillas sobre sus hombros, sesenta y nueve y otras posturas de sexo oral. Más adelante, gomita y penetración en misionero. Se mueve bien y con ganas. Tiene una cosita bastante juguetona. Le gusta que se muevan con energía dentro de ella, algo que facilita la escasez de las carnes que normalmente se interponen en los movimientos. Después de tres cuartos de hora de agitación y tensión, llega la hora final. Me dice que la excita mucho sentir la corrida sobre su piel y quiere que sea sobre su culito. Busco la postura y me muevo para alcanzar el orgasmo que ella recibe con bastante agrado. Nos aseámos y vestimos rápido porque nos habíamos pasado de la hora. Recojemos, nos despedimos de manera afectuosa y salgo del edificio unos minutos por delante de ella. Conclusión: Pese a las cosas poco atractivas que he descrito anteriormente, me gustó estar con ella y valoro positivamente el balance de la experiencia. Por contra, he de mencionar que usa un perfume persistente que puede levantar ciertas sospechas hogareñas. ¿Recomendable?: Vosotros mismos. |
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