Canela y Menta (antes Cabaret Niza) Paseo santa maría de la cabeza

Cabaret Niza es un amplio local de chicas situado en el número 65 del paseo Santa María de la Cabeza. La distribución de los espacios revela que en su origen tuvo que ser un pub de copas: pista central de baile con mesas y butacas alrededor, cabina de control disc jockey, pantallas de plasma, luces móviles, barra a la entrada… Además, hay otro espacio que lo tienen reservado para fumadores al fondo.
Las consumiciones por un combinado son de 11 euros, la cerveza, 10. Abren de las nueve de la noche hasta las seis de la mañana, según me comentaron.
Yo estuve sobre las dos y media de la madrugada, un fin de semana. Enseguida te das cuenta de lo desaprovechado que están las instalaciones. A pesar de lo grande del sitio solo había cinco chicas de alterne y otra detrás de la barra; y lo peor: ningún cliente, excepto yo (más tarde se pasaría otro parroquiano).
Una dominicana, Ana, algo mayor y poco agraciada, me informó de los precios: invitación de la chica a copa sin alcohol, 20 euros; con alcohol, 30; botella de cava, 200. Si quieren follarte a alguna te sale a 75 euros, la media hora; 145 la hora. Precios un poco caros para lo que allí se ofrece.
Además de esta chica, estuve platicando también con una tal Leyla, marroquí, muy guapa y joven (lo mejor del local). El único inconveniente es que andaba algo borracha, según ella porque acababa de finalizar el Ramadán y con el terminado ayuno, el alcohol le afectaba más. Lástima porque tenía un cuerpo “teen” bellísimo; pero la experiencia me ha enseñado a no liarme con lumis borrachas ni drogadas por sustancia alguna.
También conocí a Diana, una colombiana alrededor de los cuarenta años, algo pesada pero con unas buenas tetas. La mujer enseguida comenzó a sobarme durante la conversación, incluso me alcanzó bajo el pantalón la polla en dos ocasiones. Me ofreció masturbarnos juntos, mientras le invitaba a una copa de 30 euros, en la zona de los fumadores y tras una columna. Rehusé porque no me gustaba mucho.
Lo que sí que le hice fue un masaje en los pies, a petición suya, lo cual le encantó. Se le notaba muy cansada.
Había también una morenaza de unos treinta cinco años, dominicana, con un estupendo culo pero tetas algo pequeñas. No tuve ocasión de hablar con ella, pues se estuvo medio liando con otro cliente que pasó más tarde que yo.
¿Volveré? Por la proximidad a mi domicilio, puede que sí. A ver si tengo más suerte la próxima vez.