Estuve hace poco en este piso de rusas en Aluche (creo que tenían hilo de profesionales en el foro y creo que era éste pero ya es antiguo: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]) y, aunque en principio iba preguntando por la otra chica del piso (una tal Mónica B.: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]) -que tenía muy buena pinta pero en ese momento no estaba-, me quedé con la otra chica (Victoria), porque era la única que estaba libre en ese momento. Os paso a relatar mi experiencia:
NOMBRE: Victoria TELÉFONO: 611011009 (en teoría éste es el teléfono que aparece en sus anuncios pero la “madame” maneja indistintamente todos los teléfonos de las chicas de la casa). NACIONALIDAD: rusa. EDAD: 25 años (según me dijo ella misma y así pone en sus anuncios aunque si me hubiera dicho diez más me los hubiera creído igualmente). FÍSICO: rotundo, en plan “mujer del campo” rusa. Estatura media (1,65 más o menos), melena larga negra, rostro “cuadrado” (sobre todo por la mandíbula), tetas grandes (una 110 más o menos), michelines y carnes no muy prietas (le sobrarán unos diez kilos). Sexo depilado. FUMADORA: no me lo pareció. CON TATUAJES: no. CON PIERCINGS: no. HIGIENE: la que da una toallita húmeda pasada por sus “partes íntimas”. Escasa, en definitiva DURACIÓN Y PRECIO DEL SERVICIO: media hora por 50 euros. OFRECE DUCHA: sí (antes y después). DA BESOS: sí, con lengua. HACE FRANCÉS: sí, natural (no hasta el final). HACE GRIEGO: no lo pregunté pero me da que no. IMPLICACIÓN EN EL SERVICIO: la chica lo intentaba, la verdad (a veces resultaba un poco bruta). CONTACTO:[Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ] TIEMPO Y LUGAR DE LA EXPERIENCIA: diciembre de 2015 en el piso (Calle Faustino Cordón Bonet, X) LO MEJOR: los besos con lengua. LO PEOR: el cuerpo y la higiene de la chica. GANAS DE REPETIR: no.
Concierto la cita por WhatsApp (aunque no al teléfono que anuncia Victoria, sino al que anuncia Mónica B.) el día de antes y la concierto pensando en Mónica B. (cuyos anuncios me gustaron bastante). Total, que el día y a la hora acordados me presento en el piso. El piso, hay que decir, está dentro de un conjunto de edificios tipo urbanización a la que accedes por una puerta común y, dada la distribución tan anárquica de la finca, tardé unos minutos en dar con el inmueble.
Cuando al final dí con el portal, subo. Me abre una mujer de unos cuarenta años que, por lo que deduje, era la jefa de todo aquello. Me pasa a una habitación y me trae a Victoria. Yo pienso: “bueno, me está enseñando a las chicas, ahora vendrá Mónica B.”, pero, ¡oh, mala suerte!, Mónica B. había salido a hacer un servicio (supuestamente, ella tendría que estar conmigo pero...) y me dice que sólo está Victoria. No es que me “pusiera” mucho pero digo: “bueno, vamos a darle la oportunidad”. Y así fue.
En fin, pago a la jefa y me quedo a solas con Victoria. Para empezar, y al margen de lo que ya he dicho sobre la chica, no habla casi español (y, aunque habla algo más de inglés, tampoco hemos venido a hablar, jajaja). Me ofrece ducha (cosa que acepto), me da la toalla (pequeña) y paso al baño (que está dentro de la habitación, cosa que, en un piso con varias chicas se agradece). Me ducho (baño amplio y luminoso, correcto) y vuelvo a la habitación. Aquí empieza la faena (en todos los sentidos, como ahora os contaré).
Previa colocada de sábana protectora sobre la cama, nos empezamos a besar. La chica besa con lengua pero es un poco ansiosa (ese ansia lo noté cuando, a la vez, me tocaba la polla con cierta brusquedad). La desvisto por completo (llevaba un tanga, un sujetador y un top, todo negro) y seguimos de pie con el “magreo”. Nos tumbamos en la cama y me digo: “pues voy a disfrutarla por abajo”. Ella lo nota y coge una toallita húmeda y se la restriega por dicha zona. “Mal asunto”, pensé pero, aun así (y dado el “calentón” que llevaba) me bajé y empecé suave con el clítoris y, ¡madre mía, cómo se retorcía la tía, si se parecía a “la niña del exorcista”!
Así, tras emplearme a fondo con su clítoris durante un buen rato, se “corrió”. Literalmente, su clítoris empezó a soltar unos chorros blancos muy pero que muy abundantes. Animado por tal efusión de placer decido chupar más abajo y aquí es donde “saltan las alarmas”: esa zona (que no habría sido lo suficientemente “acariciada” por la toallita) olía y sabía francamente mal. Ante tal panorama, decido cambiar de planes y procedo a seguir con otra tanda de besos con lengua pero, al rato de estar besándola, no sé que gesto hizo con la cara que me recordó a cierta tertuliana de un famoso programa deportivo nocturno (y que se destaca por un encendido apoyo a un cierto club procedente de la ciudad del Tibidabo y la Sagrada Familia) y... oídme, me pegó una “bajona” que le pedí que me la chupara a ver si así la cosa se arreglaba algo.
Victoria se prepara para chupármela pero veo que coge un condón a lo que le digo que no. Acepta y empieza con el francés. La táctica no fue mala y no se cansaba por lo que consiguió “enderezarla” de nuevo, al menos, lo suficiente para que me follara ella encima. En la “cabalgada”, la verdad, que bastante bruta: se movía como si estuviera en un rodeo tejano y me estaba “triturando” la polla por lo que costaba “correrse”. Decido, entonces, ponerme yo encima y darle fuerte (pero cerrando los ojos, no sea que se me volviera a representar “la famosa periodista”, jaja) hasta que me corrí tras lo cual me duché, me vestí, me despedí de ella (y de la encargada) y me marché si no con la sensación de haber tirado el dinero (he de reconocer que he tenido experiencias peores) con la de haber cubierto pocas expectativas.
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No soy griego pero también hago un buen yogur.
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