Samantha 21 años - 695093564

Hace unos días que quedé por primera vez con Samantha y, después de repetir con ella y confirmar mi primera impresión, creo que encaja en este apartado, así que os cuento un poco mis experiencias con ella. Es una chica venezolana de unos 21 años, eso dice. Aparentar, pues más o menos, supongo que año arriba o año abajo, nunca he sido muy bueno con las edades. Morena, estatura media, cuerpo durito y con todo bien en su sitio, es un caramelo para el paladar. Todos sus datos los tenéis en su hilo de profesionales. No hay más misterio, contacté con ella por ahí.
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Como digo, hablé con ella por teléfono hará unos días. Di con ella a la primera, me contestó una chica dulce y amable. Sin problemas a mis preguntas, concertamos sobre la marcha y quedé con ella menos de una hora después. Apareció un par de minutos sobre la hora, acalorada y quejándose del metro. Sin problema, dos minutos es ser muy puntual visto lo visto. A pesar de todo, vino sonriente. Es atractiva más que guapa, pero viste con clase y en conjunto tiene una pinta bastante follable, así que me acabé el cigarro y subimos.
De camino en el ascensor probé a besarla y meterle mano, se mostró muy dispuesta a ambas cosas. Así que según entramos le di lo acordado y pasé a deshacerme de toda su ropa. Por debajo, un cuerpo joven, sin estrías aparentes, pechos firmes con unos pezones quizás de un modelo demasiado generoso para mi gusto pero muy bien puestos en cualquier caso. El culo en su sitio, duro, igual que las piernas y el coño bien depiladito, estrechito, y pidiendo a gritos un buen repaso.
Venía duchada así que con las mismas me puse a probar todos sus encantos. Gime y se contonea, o disfruta o finge muy bien. En cualquier caso, merece la pena. Después de que se corriera pasé a asearme un poco al baño, me esperó en la cama y en cuanto volví con la polla bien firme se lanzó a por ella a devolverme la faena. No tiene una técnica excelente pero se nota que le gusta comerse una buena polla. Me dedicó el tiempo necesario para correrme en su boca, no sólo no puso ninguna pega sino que lo iba buscando. Charlamos un rato antes de seguir. Es agradable y sin tablas de ningún tipo. Aún estaba algo nerviosa y eso que ya llevábamos la mitad del tiempo.
En cuanto estuve de nuevo a punto, enfundé y al folleteo. Una cosa que me encanta de las latinas es la forma en la que menean las caderas. Probamos todas las clásicas y en todas el contoneo y la implicación eran evidentes. Nos acabamos pasando unos minutos del tiempo mientras buscaba acabar por tercera vez. No pude, ya no estoy para tanto, por eso quedé con ella un par de días después a concluir el trabajo y confirmar que mis impresiones la primera vez eran correctas.
En resumen: joven, agradable, atractiva y cuerpo que sin ser un diez es para disfrutarlo. Implicada, puntual, no es relojera y no tiene tablas de la profesión. Bastante recomendable y es posible que hasta repita alguna otra vez.