Lucía - 692406084 (Ahora Sara 645110533)

Buenas tardes. Gracias al foro he descubierto a esta chica. Las fotos me encantaron, me animé a contactar con ella por whatsapp y a los dos días nos hemos conocido.

DIRECCION: Zona de Ortega y Gasset.
TELÉFONO: 692406084
NOMBRE 'ARTÍSTICO': Lucía.
NACIONALIDAD: Española de ascendencia cubana.
EDAD: 25-26 creíbles, aunque tiene un “aura” madura que puede llevar a pensar que es mayor. Como mucho 30, es una tía joven y se nota.
FECHA: hace pocos días.
TARIFAS APLICADAS: 150 € por una hora tranquila (hora de servicio, duchas, presentaciones y demás fuera del tiempo dedicado al servicio).
WEB PROPIA: No tiene. Tampoco he localizado anuncios, según me dijo hace nada que ha empezado en este mundo.
TIEMPO QUE DURÓ EL SERVICIO: algo más de la hora, pero sin excesos.
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Como en la fotos de su hilo
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FÍSICO: honestamente, espectacular. Las fotos le hacen toda la justicia que pueden, aunque ese culo es una pasada. Piel suave y más bien clara, melena larga lisa y morena, nariz con mucha personalidad y en general muy atractiva.
¿FUMA?: No he notado nada, aunque sí que me dijo que si quería fumar, lo hiciese sin problema. No fumo, así que todo bien.
BESA EN LOS LABIOS?: Sí, y con ganas. Es una mujer impetuosa y muy cariñosa.
FRANCÉS NATURAL?: Sí sí. A mi me puso frenopático perdido.

GRIEGO: No. Lo ha probado en su vida privada pero no lo disfruta. Y si ella no lo disfruta, yo no lo pido tampoco porque lo disfruto menos.
IMPLICACIÓN: 9
CHICA RECOMENDABLE: Para mi gusto, mucho.

LO MEJOR: no he visto nada realmente malo. Su actitud y su cuerpo son una maravilla.
¿PARA REPETIR?: Casi seguro que si.

Pues lo dicho, hace unos días descubrí el nuevo hilo de esta chica en el apartado de profesionales. Las fotos me llamaron mucho la atención, tiene un culazo maravilloso, así que me apunté su número y nos pusimos a hablar por whatsapp. Hay que resaltar que contesta rápido y es muy maja, al menos conmigo. No se si será tan novata como dice pero a mi, en mi ligera candidez, me lo pareció. Quedamos para un día tranquilo sin demasiado ajetreo y llegado el momento para allá que me fui.

Nervioso como en cualquier experiencia primeriza, se me fueron todos los males cuando me abrió la puerta de su piso y la oí saludarme y sonreír. Es claramente pija, pero no de las estereotípicas pijatontas. Tiene conversación, fue muy natural al tratar conmigo y te hace sentir muy cómodo. Iba con la duda de si quedarme media hora si fuese posible, pero tiré para adelante y ya le dije que me quedaba con ella todo lo que pudiese.

Ducha de por medio, todo sin ninguna prisa. Al salir me estaba esperando apoyada en el marco de su puerta en ropa interior. Tiene una figura estupenda, quizás le parezca algo delgada algunos, pero para mi gusto es casi perfecta. Un casi sin importancia, como esos “te doy un 9 porque no existe la perfección”. Me acerqué a ella y me comió a besos mientras me llevaba de la mano a su cama. Tiene una mirada de esas que te hace anticipar qué va a pasar a continuación, y a pesar de que se le notaba un poco nerviosa, supo usarla en todo momento. Le pone vicio a los besos, con lengua, profundos si los quieres y largos como la vida. Se sienta en el borde de la cama, juega con el elástico de mis bóxer y no tarda en abrir su regalo y apoderarse de él.


Mamada profunda (todo lo que puede serlo conmigo, soy normalito), sin excesiva saliva pero sin falta de ella. Suave, apurada cuando se la saca para volver a tragarla. Miradas desde ese ángulo, caricias y más miradas. Creo que los dos teníamos un buen día, porque si bien ella la chupa de escándalo, yo pude aguantar hasta que me pidió correrme en su boca. Recibió hasta la última gota sin perder la mirada ni esa sonrisa perenne. Se fue al baño con cara de niña buena y se enjuagó para volver y liarnos un rato a besos. Conversación amena pero breve, porque no podíamos parar, y me tocó a mi bajar.

Y me alegro de haberlo hecho. No soy mucho de ofrecer cunnilingus, pero con la sangre alojada en el mismo sitio me dispuse a degustarla. No moja mucho de primeras, pero eso a mi no me importa, sigo comiendo hasta que casi me revienta la cabeza entre sus muslos apretados. Sin dejar de temblarle las piernas ni la voz me pidió con apuro que me enfundara y la penetrase, que quería seguir corriéndose. Lo conseguimos en diferentes posturas, ella dos veces más y yo una. A cuatro patas es mortal, recordar la vista de ese culete vibrando a cada embestida me maravilla mientras escribo el relato. Mención especial a una petición concreta: “fóllame en el aire”. Bestial.


Con unos 10 minutos para el final nos quedamos acostados, ella encima de mi, contándonos cosas y riéndonos de cuando en cuando.
Es una mujer muy madura, con las cosas claras. De esas que a mi, personalmente, me encandilan más por su manera de ser que por el cuerpo. En este caso tiene ambas virtudes, con lo que pagué los 150 euretes plenamente satisfecho. Es dinero, no lo niego, pero si tengo suerte repetiré en cuanto vuelva a tener la cartera para otro baile.