Fabi y Blanquita 646100525
Empiezo, estimados colegas en el lumisferio por comentaros, que desde años atrás conozco a estas dos preciosidades, que por cierto siempre su comportamiento hacia mí fue inmejorable y sin ningún reproche hacia ellas, se entregaron en todo momento hasta el máximo, como simpatía y bien hacer en la profesión a que se dedican, pero siempre por separado y no conocía la faceta de las dos en lésbico y decidí probar, aunque siempre un buen prólogo fue bueno, en estos momentos lo que más interesa es la experiencia en sí y que les comento en las siguientes líneas:
Animado por la recomendación y explicación de un colega en estas lides y el bien hacer e implicación de nuestras lumis Fabi y Blanquita para mi entender siempre por separadas, me pongo manos a la obra y marco el móvil que en el encabezamiento indico, me contesta Fabi con su agradable voz y simpatía usual en ella, ¿qué hay cariño?, me presento como ya dije que me conoce y le hago el comentario que me habían hecho referente a lésbico con Blanquita que yo no lo conocía y me dijo que sí era cierto, que si quería no habría inconveniente en concertar una cita, accedo y quedamos para el día siguiente, a la hora acordada llamadita de rigor cuando llegué al portal, subida y en la puerta esperando Blanquita salto transparente y desnuda completamente, se me abraza y me besa con pasión como si de una pareja se tratase y al fondo del salón Fabi con un sujetar blanco y tanga haciendo juego, pero lo mínimo que se despacha, me acerco a ella y me recibe con la misma pasión que Blanquita, nos sentamos un ratito de charla ya que hacía tiempo que no nos veíamos y creo también que por cortar el hielo pues ya que nunca estuvimos los tres juntos y yo desde luego al saber de las dos por separado no sabía, como vulgarmente se dice, por dónde empezar a meter mano y sin embargo estaba dispuesto a todo.
Después de los escarceos propios de encontrarte con esas dos bellezas delante de tu vista y a tu disposición sin poner trabas, empieza el precalentamiento de los tres, ducha juntos enjabonado a placer por cuatro manos incluida mamada de rodillas y terminan el festín las dos a brazo partido, imaginaos el calentón y dolor de huevos que llevaba yo ya encima. Pasamos a la cama y empieza Fabi con un francés GP, mientras que Blanquita empieza, literalmente a comerse a Fabi haciéndola disfrutar de gozo con una primera corrida y mi soldadito en plena euforia deseando que galopase sobre el Fabi que en ese menester siempre ha sido una máquina para el sexo y mientras yo le comía a Blanquita ese coñito tan precioso y apetitoso que tiene haciéndola entrar en éxtasis, cambiamos las tornas y fueron ellas dos las que me demostraron como gozan dos mujeres juntas en el sexo, son insaciables y con unas ganas impresionantes de agradar a quien las esta acompañando y lo que sí puedo asegurar que en ningún momento vi que estuvieran haciéndolo por cumplir, sino que me pareció todo real. Con Blanquita yo en la postura del misionero hago que se lo coma a Fabi y mientras ella me besa con pasión real por el placer que le están dando por su parte baja, termine con una corrida de las que hacía mucho no tenia, me hicieron pasar una tarde de las más deliciosas que he pasado en mucho tiempo en este sentido. Y os digo que después de estar ya relajados en la cama los tres con toques, besos y arrumacos, me dio la impresión de les hacía falta más sexo del que habían tenido un ratito antes, son insaciables.
Recomiendo esta expe con estas dos máquinas de sexo hechas mujeres y muy difícil de calificar en una nota porque por muy alta que la de, me parece que siempre me quedaré corto, ahí va mi empuje para todo aquel que esté acostumbrado a experiencias de ésta clase y quien no, que se anime porque es lo que va a disfrutar y quizás repetir antes de que le pongan las uñas de los pies mirando hacia el techo.

Gracias por tu experiencia pero no hablas de precio y eso, y más en estos tiempos de crisis es un detalle a tener en cuenta. Por cierto... ¿Dónde reciben estas preciosidades? Chao y gracias de nuevo.

Sr.VanGogh: entre Vd. en el apartado de "profesionalesde sexo en Sevilla" y
busque Fabi, ahí se lo explican.

Los antecedentes

En su día dije que Blanquita no tenía clientes, sino enamorados, y después de volver a estar con ella me reafirmo en lo dicho. Solo una vez he disfrutado de sus encantos, hace justo un año. Después, ni la he vuelto a ver ni a llamar por cuestiones meramente logísticas (nuestras horas libres, inexorablemente, no coinciden). Digo esto para que nadie se espere el consabido relato babosillo respecto a su persona, pero también para que nadie piense que soy sospechoso de estar enganchado a ella. Respecto a Fabi, es cierto que la he visto más veces que a Blanquita y que me ha demostrado conocer mis resortes sexuales a la perfección, pero también he escrito una sola vez sobre ella, en abril, cuando la conocí, y después me ha parecido que no iba a añadir más sobre ella de lo que había contado. Dicho esto, que espero que apacigüe las conocidas filias y fobias respecto a estas dos chicas, paso a contar la experiencia.

El preámbulo

Yo sabía de la famosa bisexualidad de Blanquita, y de la de Fabi, y también sabía que sus lésbicos entre ellas eran gloriosos y que, por esas cosas que ocurren en este foro, nadie había comentado nada de este asunto. En fin, un misterio para Iker Jiménez. Por otro lado los lésbicos para mí siempre han sido esas escenas de las pelis porno que pasaba rápido en el vídeo porque no me interesaban nada. Para más inri, en el único dúplex/lésbico que había hecho hasta ahora no me había empalmado ni un centímetro (por culpa mía, quede claro). Y por si faltaba poco, quedé con Fabi y Blanquita apuradísimo de tiempo, porque me esperaba alguien que manda más que yo.

Pues bien, con estos hándicap me abrió Fabi la puerta en su apartamento de Eduardo Dato. A su lado Blanquita, realmente espléndida. Yo creo que parte del morbo de este dúplex es tener entre las manos dos mujeres tan parecidas en encanto pero tan diferentes física y sexualmente. Por supuesto las dos, simpatiquísimas, me hicieron pasar a la habitación. Yo estaba un poco cortado con el tema de estar con dos mujeres a la vez (quiero decir, que no sabía cómo empezar), pero ellas resolvieron el problema en un periquete: comenzando una amena conversación con la alegría que las caracteriza.

Voy a dejar clara una cosa desde el principio: sé que las 3 modalidades de tarifas que han puesto son, cómo decirlo, poco convencionales; es decir, que no se sabe bien el tiempo que uno puede estar con ellas. Así que lo mejor, supongo, es dejarse llevar por su experiencia y su buen trato, y confiar en ellas. Yo no dije el tiempo que quería estar, solo aclaré que tenía prisa. Ellas, sin embargo, se lo tomaron tranquilo desde el principio: una charlita amena, subidita de tono para caldear el ambiente (Blanquita es la repera en este aspecto), acompaañada con las pícaras sonrisas de Blanquita y los hoyuelos marcándose en las mejillas de Fabi. Una gozada, de verdad, ver a estas dos niñas relajadas, como si estuvieran en el salón de tu casa. Si no fuera porque uno iba allí a follar, me hubiera quedado encantado hablando todo el rato con ellas; y es que ya lo dije en su momento sobre Blanquita: es una encantadora de serpientes. Uno entra en su apartamento e inmediatamente empiezas a bailar al son que ella quiere. Si a eso añadimos la picardía de Fabi, que sabe hacer perfectamente el contrapunto a Blanquita, se completa la perfecta escena del sofá que me brindaron y que terminó, no sé cómo, con los tres besándonos, cruzando las lenguas entre nosotros.

Empieza el espectáculo

Hay que reconocer que las dos besan maravillosamente: Fabi es la profundidad; Blanquita es la ternura. Cuando decidí meterme hasta el fondo de la boca de Fabi, Blanquita empezó a comerme la mejilla y el oído y a besarme por el cuello; cuando acaricié con mis labios los sensuales labios de Blanquita, Fabi ya me estaba recorriendo el hombro hacia los pezones con su endiablada lengua. Solo hay que oír tan de cerca sus respiraciones para comprender que vas a entrar en un momento de gloria. Una me acariciaba suavemente el paquete; la otra me bajaba con su mano por la espalda hasta el culo. Otra mano pasaba por mi pecho mientras que notaba otros dedos acariciar mi cabeza y mi nuca. Efectivamente tienen cuatro manos, aunque parezcan ocho, y las cuatro las utilizan a la vez para que te des cuenta desde el principio que el protagonista de la escena vas a ser tú.

En esto que cuento, estábamos los 3 de pie y solo quedaba desnudarnos. Primero lo hizo Fabi, se quitó el sujetador y aparecieron esos pechos tan preciosos que tiene: Blanquita se tiró a un pezón y yo al otro, hasta que nuestras lenguas coincidieron en un mismo pitón. Empezaron a aparecer las caricias de Blanquita hacia Fabi, mientras que Fabi me acariciaba a mí.

Después le tocó el turno a Blanquita: ¡Dios, qué cuerpo! Yo miraba a las dos y no sabía con quién quedarme: los pechos grandes y redondos de Fabi o los pechitos enhiestos y puntiagudos de Blanquita. Tome la salomónica decisión de tocar uno diferente con cada mano, ¿pero quién les tocaba el coño? No problem: ellas se ocuparon de tocarse el coño entre sí mientras seguíamos besándonos las tres lenguas juntas, mientras me comían la cara y las orejas, el cuello, los hombros, los pezones. Miro hacia abajo buscando quién me está pajeando y me encuentro dos manos que me acarician el sexo entero, la polla y los huevos. Yo quería volver a sus bocas, a ese beso tan gracioso que da Blanquita mordiéndote con sus labios tu labio inferior, o sentir el dolor de mandíbulas con el pedazo de morreo que da Fabi. ¿Pero cómo serían los besos entre ellas dos?

El lésbico

Solo era cuestión de echarse sobre la cama y decirles que siguieran sin mí, que yo mientras iba a gozar con la vista pajeándome a discreción. Reconozco que sobre este tema estoy un poco verde, pero para mí que se estaban devorando como lobas. Hubo un momento de duda dentro de mí: ¿con ese ardor me besaban ellas a mí? Creo que no: cuando dos tías se besan de esa manera es porque están absolutamente entregadas, conociéndose a la perfección mutuamente, y si hay fingimiento, es que son excelentes actrices.

En fin, yo a lo mío: a darme a la manivela mientras veía cómo Blanquita le comía los pezones a Fabi; cómo Fabi se echaba en la cama para que Blanquita se extendiera sobre ella y se fundieran en un beso eterno; cómo se rozaban con sus muslos por el coño para darse placer. Estaban restregándose muy suavemente y, de repente, fueron acelerando el ritmo, tanto de sus movimientos como de sus respiraciones. Parecían perras en celo, acomodando sus coños a la longitud de los otros muslos, entregadas sus manos a acariciarse los pechos, comiéndose literalmente vivas. Díganme ustedes que esto es un espectáculo de pago, pero como espectáculo de pago es toda una experiencia. Ver a dos mujeres trabadas de esa forma, allí, a 5 centímetros de tus ojos, te pone en órbita en microsegundos.

Y mientras, las miraditas que me mandaba Blanquita eran de ésas que no se olvidan, y cuando yo buscaba los ojos de Fabi solo encontraba concentración y placer. Joder, vale que no me dicen nada los lésbicos, pero ver a estas dos chicas en plena faena equivale a un pedazo de cielo. Nada de jadeos ni de tonterías: la respiración acelerada, los movimientos cada vez más rápidos, las caricias cada vez más profundas. La primera que suelta un gemido es Blanquita, porque se está corriendo; al poco rato le toca el turno a Fabi. Solo se habían rozado con los muslos, allí no había saliva ninguna, pero yo toqué esos dos coños y estaban chorreando. ¿Fingimiento? Estoy seguro de que no: ahora aquí en frío es posible dudar, pero allí, en caliente, solo ves a dos lobas y nada más, y como la cabeza que manda en ese momento es la de abajo, ¿qué más da lo que esté ocurriendo? Para entonces mi polla estaba demasiado caliente de mis frotamientos, así que había que ensalivarla para que se refrigerara un poco.

El dúplex

Dicho y hecho: las dos se abalanzaron sobre mi polla y yo decidí cerrar los ojos, porque si tenía que seguir el turno de Fabi o de Blanquita en la mamada que estaba recibiendo, me iba a terminar mareando. Sin embargo, al poco rato ya sabía diferenciar entre ellas: Blanquita era suave, con el ritmo sostenido y muy ensalivado; Fabi era más profunda, notaba claramente su lengua y variaba el ritmo. Cuando una estaba ocupada con mi polla, la otra estaba empleada en mis huevos. Poco después, una se ocupaba de la tarea de abajo mientras la otra subía hasta mi boca para besarme. En cuanto a las manos, no sabría decir quién me hacía qué, pero lo que sé es que no había un solo centímetro de mi cuerpo que no estuviera ocupado con sus 20 dedos acariciadores.

También en este momento decidí no saber quién me estaba haciendo qué: lo mismo veía la boca de Fabi acoplándose a la mía que me encontraba la sonrisa de Blanquita encima de mis ojos, dispuesta a besarme toda la cara. Ya digo que solo he tenido una experiencia de dúplex, así que estoy poco experimentado, pero me dio la impresión de que era como una especie de ballet perfectamente sincronizado, donde las dos se coordinaban de manera casi mágica de manera que yo estaba recibiendo caricias y sexo a raudales por cada poro de mi cuerpo. Y por suerte, además, son completamente diferentes, así que una no es la repetición de otra, sino su complementaria. No os puedo contar exactamente las sensaciones que estaba sintiendo en esos momentos: solo sé que estaba en la gloria, en una especie de nirvana sexual en el que me daba igual quién fuera Blanquita y quién fuera Fabi, porque las dos me estaban dando el mismo placer, cada una a su manera, Fabi más experimentada en las reacciones de mi cuerpo; Blanquita sorprendiéndome con cada cosa que hacía.

Juntos y revueltos

Pero faltaba el plato fuerte de la sesión. Fabi se tumbó boca arriba y Blanquita empezó a comerle el clítoris. Yo decidí acompañar a Blanquita, uniendo mi lengua con la suya, y así estuvimos un rato hasta que pensé en recorrer a besos el cuerpo de Fabi. Tengo yo la idea (quizás equivocada) de que el sexo entre mujeres es infinitamente más tierno y suave que con un hombre, que somos más bruscos, así que me puse en plan cariñoso a besar los dos cuerpos, el de Fabi tumbado y el de Blanquita a cuatro patas. Mientras tanto, alguien (supongo que Blanquita), estaba ocupada con mi sexo. Pero ya es que me daba igual que me acariciaran o que me besaran o que me pajearan: yo lo que quería era estar con los dos cuerpos a la vez, revueltos en un abrazo, tocándonos indiscriminadamente, yo comiéndole el coño a Blanquita mientras ella se lo comía a Fabi, Blanquita recibiendo los besos de Fabi mientras yo le comía el coño a una y masturbaba a la otra, el coño de Fabi encima de mí mientras Blanquita me la mamaba,... Hagan todas las combinaciones posibles y acertarán con alguna que yo disfruté.

Después de que Fabi estuviera tumbada boca arriba, la que apareció en esa postura fue Blanquita, y le comimos Fabi y yo los pezones, y el clítoris, y la boca, y mientras Fabi estaba haciendo con Blanquita Dios sabe qué, yo estaba liado con el culo y con el coño de Fabi o, yo de rodillas, le estaba metiendo la polla en la boca a Blanquita, y de repente, era yo el que estaba tumbado boca arriba, y tenía a las dos mujeres a cada lado de mi cuerpo, y yo ya no sabía quién me tocaba, quién me metía la lengua en la boca o se metía en su boca mi polla o mis dedos, que por cierto ya no sabían que parte de sus cuerpos tocar. Era, simplemente, la locura.

Fabi me enfundó para que me las follara, pero yo en esos momentos había comprendido que lo mejor era estar con las dos a la vez, juntos y revueltos en el lío de cuerpos y de sábanas, y que allí no habría penetración porque si me follaba a una no me podía follar a la otra a la vez, y yo quería a las dos, sin distinción, ellas en mi cuerpo y yo en los suyos, fundidos piernas, brazos, cuerpos, bocas, todo entremezclado, guiándome solo por sus respiraciones, por el leve asomo de un pezón o el frescor de una de sus lenguas.

Y así terminé, exactamente como yo lo había decidido sobre la marcha. ¿Que no me las follé? Ni falta que hizo. Con el placer que me dieron yo tenía ya satisfacción para dar, tomar y recordar.

La despedida

Dije al principio que tenía prisa y era cierto. Pero ¿cómo irse de la cama de esas dos traviesas diablas que querían seguir de marcha? Entonces llegaron las risas y las bromas y el poder yo disfrutar, ya tranquilo, de la contemplación de sus preciosos cuerpos. Para responder a cuestiones más prácticas, diré que ellas no aparentaron en ningún momento tener prisa ni, por supuesto, relojear. Claro, que la prisa ya la llevaba yo puesta. Pero sí es verdad que son capaces de crear un clima de tranquilidad muy apropiado para el momento, para el disfrute pleno del sexo, desde que entras por su puerta hasta que sales por ella, como si no fueran a tener otro cliente en todo el día. No tengo ni idea de cómo controlarán el tiempo, si es que lo controlan. Yo estuve cerca de una hora y me cobraron 120 €. Y después, cuando ya todo ha acabado, da una satisfacción tremenda, mientras te estás vistiendo para salir a la calle, ver tanto a Blanquita como a Fabi en pelota picada, yendo para el baño o para ver el móvil, y pensar que acabas de estar con esos dos pedazos de cuerpos (uno tan distinto al otro) que se mueven en la cama con una sincronización perfecta.

Volviendo a la realidad

Siempre me gusta terminar mis experiencias hablando de la relación calidad / precio, pero siento decir que en este tema no sé cómo está el mercado de los dúplex/lésbicos para poder comparar. Es verdad que es un desembolso de dinero que, por lo menos en mi caso, hará que tenga que pasarme alguna semana en blanco, pero bueno, la verdad es que estuve con dos chicas que por separado me hubieran cobrado más (aunque no sé exactamente lo que cobra Blanquita) por el tiempo que estuve con ellas.

Lo que sí es cierto, y para mí es lo más importante de cuanto me ocurrió, es que con estas dos chicas se produce el milagrosos principio de sinergia, por el cual el todo es mayor que la suma de las partes. O por lo menos, diferente. Estar con Fabi me procura una serie de sensaciones muy personales; otras muy distintas fueron las que sentí cuando estuve con Blanquita. Pero las dos juntas son otra cosa, otra historia que si bien tiene parte de ellas, también tiene una parte desconocida que yo por lo menos no había descubierto antes y que aflora cuando trabajan a dúo. Es como si las dos juntas formaran una tercera persona, que yo hasta el otro día no había conocido. Supongo que éste será el encanto de los dúplex.

Siento no sacar de dudas a los que les gusta las comparaciones, pero la verdad es que yo disfruté muchísimo. Al menos no vi nada mecánico en ellas y sí una completa implicación y una impresionante profesionalidad (por cierto, ya conocida por todos). Que ahora venga alguien más experimentado en estas lides y que dictamine con otros elementos de juicio. Lo que sí tengo claro es que este dúplex/lésbico era una de las 1.001 cosas que tenía que hacer antes de morirme. Las otras 1.000 cosas son las que tengo que hacer ahora para ahorrar antes de volver a disfrutar de ellas.


PS: Este post está dedicado al maestro Calabobo, que relató el mejor lésbico que he leído en mi vida.

Nombre "artístico": Fabi y Blanquita(lésbico)
Nacionalidad: Brasileña,Española Sevillana ( si no me equivoco)
Edad: ni idea, creo que Fabi 28, Blanquita seguramente 24.
Dirección: Nervion
Teléfono: hilo de Fabi
Horario: consultar.
Tarifas: Si no recuerdo mal, 120 euros ½ hora larga y 200 una hora
Duración del servicio: algo mas de una hora
Descripción física: Muchos de vosotros ya las conoceréis .Fabi es morena, guapa de cara, voluptuosa ( que no gorda) y Blanquita es rubia, buen cuerpo para mi gusto muy delgada
Fuma?: no olía a tabaco ninguna.
Ambientación: Todo muy limpio y recogido.…
Francés: sin, buenos los dos aunque me quedo con el de Fabi
Griego: no
Implicación: 8.5-9 (y esto en un lésbico es muy importante)
Chicas recomendables?: Si.
Para repetir?: Probablemente.
Resumen experiencia: Soy también bastante aficionado a los lésbicos, me ha parecido que debía incluir esta experiencia ya que es, bajo mi punto de vista, bastante interesante. Me explico. Se trata de un lésbico REAL y no fingido. Tanto Fabi como Blanquita son bastante implicadas y nos es la primera vez que lo hacen. Tienen complicidad y eso se nota. vamos que es directamente proporcional disfrute del cliente. Además tiene otra gran ventaja, por 120 o 200 euros es bastante asequible poder disfrutas de dos chicas a la vez en formato de lésbico, no de duplex.
Valoración final: 9
Lo mejor: poder disfrutar de dos chicas a la vez por los precios antes señalados