Lucia y sus amigas 666916838

Andaba yo curioseando por el foro en el que era novato, cuando me encuentro con las fotos de lucía que me impactaron. Le escribo un mensaje para comentarle lo que me habían gustado, a lo que ella responde amablemente, algunos mensajes más, hasta que por fin concertamos una cita para el viernes pasado que paso a relatar:
Lugar: un hotel en Madrid (por lo que me dijo está a punto de alquilar un apartamento), quedamos a las 9 de la noche y un poco antes me llamó para decirme que ya estaba en la puerta del hotel, yo soy nuevo en estas lides y reconozco que me puse muy nervioso, a los pocos segundos golpea mi puerta, abro y me encuentro con una mujer que a mi me pareció bellísima:veintitantos años, alta (1,75?), melena negra y una cara que a mi me encantó y de la que no se aparta su sonrisa, vestida informal pero elegante, sin estridencias, apenas lleva maquillaje (ni falta que le hace!).
Un rato de conversación, muy agradable y simpática, un cigarro que ella me tiene que dar porque a mi se me habían terminado. Después de unos minutos le ofrezco el baño por si se quiere duchar, acepta la invitación y ahí la veo desnuda por primera vez: impresionante: unas piernas interminables, que arrancan desde un culito que a mi se me antojó perfecto para terminar en unos pies perfectamente cuidados, unos pechos naturales del tamaño justo.
Cuando yo salgo de la ducha, me la encuentro tendida en la cama, me tumbo junto a ella y comienzo a acariciar esa piel sobre la que mis manos se deslizan como si fuera sobre la seda, y ella acaricia también y la beso, o mejor, nos besamos hasta que sus labios deciden explorar mi cuerpo del que no deja recobeco sin recorrer, hasta abrazar con ellos mi polla que crece y crece dentro de su boca; yo hago lo propio y con mi lengua lamo su impoluto cuerpo: su cuello, sus pechos -qué deliciosos pezones!- su ombligo, sus piernas, sus caderas, al final la introduzco en su vagina investigando todas sus esquinas. Y vuelta hacia arriba y más caricias y más besos, ahora más apasionados, hasta que mi deseo se hace irresistible y es entonces cuando mezclamos nuestros cuerpos desde todas las perspectivas: por detrás, por delante, encima, debajo.... cuando me doy cuenta, veo correr mi semen por sus pechos, estoy exausto y me rindo a su lado. Ha pasado algo más de una hora, un poco más de conversación y ella se tiene que ir y yo me quedo entre las sábanas que aún conservan su perfume y pensando cuando podré repetir.
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