Hola buenos dias amigos, creo que este tema nunca se ha tratado en este foro, vereis, el caso que el otro dia vi varios anuncios en mundoanuncio sobre venta de muñecas inchables y me causo cierta gracia, llegan a costar unos 1000 euros, joder, nunca lo he hecho con una muñeca de estas ni se que se siente, me gustaria saber si alguno de vosotros lo ha probado y si se gastaria tal suma de dinero por una muñeca de estas, jeje, yo lo veo un poco caro la verdad, prefiero una chica de verdad y salen mas economicas, mucho mas, aunque algunas al final resulten ser tan mecanicas y tan paradas (algunas se te tumban en la cama y no te hacen de nada) que al final pareceria lo mismo que tener una muñeca inchable jeje, no se, que opinais?.

Aqui os dejo el anuncio que he visto

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Por 30 leuros tienes la clásica moñeca :-O esa de la boca abierta, mis compañeros del curro que saben de sobra que soy un putero me dicen:

Dicen mis compys: te vamos a comprar una muñeca hinchable y así dejas de gastar tanto dinero en putas.

vamos que estoy pensando en comprar una, o como dices mas de una puta lo hace como un saco de patatas o una de estas muñecas

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uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde

Cualquier lumi, hasta la más antipática y desagradable, tiene calidez humana; si no has disfrutado del sexo, al menos has conocido una muestra de sordidez, o desamparo, o miseria, o bajeza, o misericordia, o de lo que sea, pero algo siempre que no nos es del todo ajeno. ¿qué te puede enseñar una muñeca hinchable? El frío tacto de un artificio de látex, vinilo y silicona.

Yo ya utilizo la muñeca. Es necesario para poder mover bien la mano arriba y abajo mientras ves una porno.
Sinceramente mi muñeca es mas calida y se mueve con mas soltura que cualquiera de estas muñecas hinchables.

Sí, 1000€ y tampoco queda muy claro en el anuncio si la "chica" es virgen ;-)

Alguna ventaja tiene, se puede hacer a pelo sin riesgo

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Depende de lo promiscuos y limpios que sean los del departamento de verificación de calidad.

Cuando era joven, y mi virilidad imparable e indiscriminada, me compré una casi el mismo día que me fuí a vivir solo, siéndo estudiante. ¡ Que interminables noches de orgias me esperaban !

Su falta de implicación fué espántosa. No conseguí que se me levantase, y desde luego, ni con crema daba aquella vagina infernal el más mínimo placer. Y eso que no era una mierda de estas que poneís, tipo la Ana Rosa de Maxi, en "La que se avecina". Era una bastante cara, que me recomendó el dependiente de la tienda como de las mejores que vendían. Vamos, tarifa scort.

Así que, incapaz de poseerla, descargué mi frustración con saña y la cosí a cuchilladas. Como desinflada no abultaba mucho, la tiré en una papelera.

Aún hoy, tantos años después, no he tenido que enfrentarme a las consecuencias de un acto tan despiadado.

From Hell.

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""Yo narraré desnudas, vírgenes, intactas e inocentes, para mis delicias y el placer de mis amigos, estas noches árabes, vividas, soñadas y gozadas sobre su tierra natal y sobre el agua. Ellas me fueron dulces durante los ocios en remotos mares, bajo un cielo ahora lejano. "

Arriba, en la habitación de los juguetes, Wilt, que se recuperaba lentamente de los ataques combinados a su organismo del Ponche Pringsheim, el vodka, su anfitriona ninfomaníaca y la esquina del aparador contra el cual había caído, teníala sensación de que pasaba algo terrible. No era sólo que la habitación dieravueltas, que tuviera un chichón en el cogote o que estuviera desnudo. Era másbien la sensación de que algo con todas las cualidades menos atractivas de una ratonera o una prensa de tornillo, o una almeja hambrienta, se hubiera adosado implacablemente a lo que él siempre había considerado hasta entonces la más íntima de sus partes. Wilt abrió los ojos y se encontró mirando fijamente un rostro sonriente, aunque un poco hinchado. Cerró los ojos de nuevo, esperó contra toda esperanza, los abrió de nuevo, se encontró con que la cara seguía allí, e hizo una tentativa de incorporarse.
Fue una tentativa muy imprudente. Judy, la muñeca de plástico, inflada a mayor presión de la normal, se resistía.

Wilt cayó de espaldas al suelo, con un graznido. Judy le siguió. Su nariz chocó con la de Henry, sus pechos con el tórax de Henry. Con una maldición, se puso de costado y estudió el problema. Incorporarse quedaba descartado. Provocaría una castración. Tendría que intentar alguna otra cosa. Hizo girar másla muñeca y se colocó encima, pero comprobó que al pesar sobre ella aumentaba la presión sobre lo que quedaba de su pene y que si quería contraer gangrena, aquél era el mejor medio de lograrlo. Así que se giró precipitadamente y tanteó buscando una válvula. Tenía que haber alguna en alguna parte, si pudiera encontrarla... Pero si la había, estaba bien escondida; y, tal como iban las cosas, no podía perder mucho tiempo buscándola. Tanteó el suelo a su alrededor, buscando algo que poder utilizar como una daga, algo afilado; y, por último, arrancó un trozo de vía de tren y lo hundió en la espalda de su asaltante. Hubo un chirrido de plástico, pero la sonrisa hinchada de Judy siguió intacta y sus indeseadas atenciones tan implacables como siempre. La acuchilló una y otra vez, pero sin resultado. Wilt soltó la daga improvisada y consideró otros medios. Estaba poniéndose ya frenético, consciente de una nueva amenaza. No era ya que estuviese sujeto a la elevada presión aérea de la muñeca. Crecían sus propias presiones internas. El Ponche Pringsheim y el vodka empezaban a producir sus efectos. Con la desesperada idea de que si no se libraba pronto de ella estallaría, Wilt agarró la cabeza de Judy, la inclinó hacia un lado y hundió los dientes en su cuello. O, mejor, lo habría hecho si la atmósfera por centímetro cuadrado de la muñeca se lo hubiese permitido. Así que en vez de morder, salió bruscamente rebotado y se pasó los dos minutos siguientes intentando localizar el diente falso que había perdido en el intento.

Tras localizarlo y colocárselo de nuevo, se apoderó de él el pánico. Tenía que librarse de aquella muñeca. Tenía que hacerlo. Habría una navaja de afeitar en el cuarto de baño, o unas tijeras. Pero, ¿dónde demonios estaba el cuarto de baño? Daba igual, estuviera donde estuviera lo encontraría, qué demonios. Con cuidado, con muchísimo cuidado, dio vuelta a la muñeca, poniéndola boca arriba y luego se colocó sobre ella. Después, fue subiendo poco a poco las rodillas, hasta quedar a horcajadas sobre ella. Lo único que necesitaba ya era algo en que apoyarse para ponerse de pie. Se estiró, y se agarró al borde de una silla con una mano mientras con la otra alzaba del suelo la cabeza de Judy. Unos instantes después, estaba de pie. Apretando contra sí la muñeca, se dirigió a la puerta y la abrió. Atisbó por el pasillo. ¿Y si le veía alguien? Al diablo con eso. A Wilt ya no le importaba lo que la gente pensara de él. ¿Hacia dónde quedaría el cuarto de baño? Giró hacia la derecha y, atisbando frenético por encima del hombro de Judy, enfiló pasillo abajo....

...Wilt podía ver muy poco en el cuarto de baño. No podía ver, desde luego, modo alguno de librarse de la muñeca. Su intento de cortarle el cuello a aquel artefacto bestial con una cuchilla había concluido en un fracaso, debido fundamentalmente al hecho de que la cuchilla en cuestión era una Wilkinson de hoja compacta. Tras fracasar con la cuchilla había probado con champú como lubricante pero, aparte de que, incluso a sus ojos displicentes, parecía como si hubiese excitado a la muñeca hasta niveles claramente frenéticos de anhelo sexual, el champú no había servido de nada. Por último había vuelto a iniciar una búsqueda de la válvula. Aquel artilugio condenado tenía alguna por alguna parte, si pudiese encontrarla... Con este propósito atisbó en el espejo de la puerta del armarito de las medicinas, pero el espejo era demasiado pequeño. Había uno grande encima del lavabo. Wilt bajó la tapa del inodoro y se subió laboriosamente encima. De ese modo podía tener una visión amplia de la espalda de la muñeca. Cuando estaba tanteándola se oyeron pasos en el pasillo. Wilt dejó de tantear y se quedó inmóvil allí sobre la tapa del inodoro. Alguien intentó abrir la puerta y comprobó que estaba cerrada. Los pasos retrocedieron y Wilt lanzó un suspiro de alivio. Bueno, ahora, por fin podría encontrar la válvula.
Y en aquel momento se produjo el desastre. El pie izquierdo de Wilt pisó en el champú que había goteado en la tapa del inodoro, se deslizó hacia un lado y Wilt, la muñeca y la puerta del armarito de las medicinas a la que el primero intentó sujetarse se mantuvieron un instante en el aire. Mientras caía en la bañera seguido de la cortina de la ducha y su soporte, Wilt lanzó un último grito desesperado. Hubo luego un pop que recordaba los de los corchos de las botellas de champú y Judy, respondiendo a la presión de los setenta kilos de Wilt cayendo desde algo más de un metro de altura a plomo en la bañera, le expulsó. Pero a Wilt le daba igual ya. Estaba desmayado en todos los sentidos. Tenía sólo una vaga conciencia de gritos en el pasillo, de alguien que echaba abajo la puerta, de rostros que asomaban a mirarle y de risas histéricas. Cuando volvió en sí estaba echado en la cama de la habitación de los juguetes. Se levantó y se vistió y bajó por la escalera arrastrándose y salió por la puerta principal. Eran las tres de la madrugada.

Eva estaba sentada en el borde de la cama, llorando.
—¿Cómo es posible? ¿Cómo pudo hacer una cosa así? —decía—. Delante
de toda aquella gente.
—Nena Eva, los hombres son así. Créeme —la consoló Sally.
—Pero con una muñeca...
—Eso es simbólico de la actitud del cerdo machista hacia las mujeres... Sólo
somos para ellos artefactos de joder. Objetivación. Ahora ya sabes lo que Henry
siente por ti....

WILT de Tom Sharpe

Siempre me ha picado la curiosidad de tener una y de saber que se siente al probarla, en los momentos de priva puede venir estupendamente, ni de coña es lo mismo, pero el aspecto es de una scort de lujo pudiendo descargar alegremente mejor que con la manola.

Los Pros es que vas a descargar de una forma más novedosa y tendrás una figura femenina, los contras son que cuesta una muñeca de esas una gran suma de dinero y con eso podrías irte de lumis muchas veces

¿ Lo habéis probado? ¿Qué pensais de las Dolls?

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Debe de ser un coñazo limpiarlo

Yo probé estar con una sex dolls y particularmente no me gusto la experiencia. Desde mi punto de vista la sex dolls, al ser un ser inerte era incómodo estar con ella, ya que por un lado tenias que cargar con su peso y por otro lado, sus extremidades las vi demasiado rigidas, lo que dificultaba en extremo tener relaciones con ella. Entiendo que a falta de una acompañante femenina se pueda pensar en estar con una sex dolls. Yo personalmente prefiero masturbarme, empleando una vagina de látex que venden el los sex shop. Yo lo veo mucho más placentero, mucho más cómodo y económico que estar con una sex dolls

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En el sexo como en la vida misma es mejor dar que recibir

Yo creo que para un momento de mucho calenton vale, pero luego cansara, tiene que ser muy inerte. Y luego limpiar y recoger y hacerla la comida...

Buenas tardes camaradas:

Coincido plenamente con los anteriores comentarios. El precio es desorbitado y el peso y volumen de la "señorita" debe resultar incomodo. No me quiero imaginar si mi esposa encuentra eso en casa. Creo que para situaciones de ese tipo cumple mejor mis expectativas una vagina en lata. Es mas pequeña, mas discreta, es más económica y he visto videos por internet que me llaman la atencion. Aun asi no entra dentro de mis expectativas el comprarme una.

BYE BYE

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Retirado del mundo del relax hasta que ella me reclame

Pués lo mismo que con no pocas de las que he estado de carne y hueso, nada más que con estas sintéticas tienes que gastarte un pastón al comprarlas y luego andar lavandolas y todo.
No no no, conmigo que no cuenten. Con las reales ya hay suficiente.