Una Cita como todas... O... Demasiado diferente?

No siempre es como parece
Parte I

Eran algo menos de las nueve, su hora de llegada habitual, cuando abrió la puerta de la oficina. Nadie a la vista, perfecto. Apretó el paso en dirección a su despacho; iba con prisa pues tenía organizada la jornada de una forma concreta, y aún había flecos sueltos y detalles que perfilar. Lo último que necesitaba eran interferencias a primera hora. Por delante una mañana muy movida si lo miraba desde cierto punto de vista. Tranquila sin embargo, si nos referimos a trabajo; nada que no pudiera cancelar o diferir al día siguiente, que era exactamente lo que iba a hacer, si lo que llevaba un par de días planeando salía según lo previsto.

Levantó el teléfono y marcó el número de su secretaria: “Tengo que hacer algunas llamadas, por favor, no me pase ninguna ahora. Avíseme si alguien quiere verme”.

Encendió su ordenador como todos los días, e hizo lo que desde hacía mucho había convertido en su estimulante costumbre de primera hora: Abrió la conexión a Internet y, con ansiedad, tecleó la dirección tantas veces escrita. Esas pocas letras que, ya hacía tres años, lo habían trastocado todo: Sus esquemas, costumbres, pensamientos... Y lo más importante: Su vida sexual, antes tan monótona, había dado un giro de 180º, para convertirse en algo intenso y excitante. Se preguntaba ahora cómo había podido sobrevivir, sin ésto, al tedio que invadía su matrimonio y por ende su vida, hasta el feliz descubrimiento. Hoy por hoy ya no podría prescindir de su secreto aliciente. Se abrió la página. Y, ante sus ojos, se abrió con ella todo un mundo de posibilidades eróticas nunca antes imaginadas: Su foro habitual de sexo de pago. Su mundo inconfesable, privado. Tan mágico que ya le había dado innumerables momentos de placer. Escribió su nombre de usuario y su clave, y se sumergió en la cálida corriente.

Aunque esa mañana tenía claro su objetivo, no pudo resistir la tentación de echar primero un vistazo general, tal vez hubiese alguna novedad interesante que le hiciera cambiar de opinión; con tanta oferta y tanta actualización era muy posible. Prestó toda su atención a un par de experiencias recientes que confirmaban su favorable opinión; se recreó un rato con las últimas fotos posteadas, y remiró algunas de sus favoritas. Uhhhhmmmm… Le acometió, como de costumbre, un agradable estremecimiento. Dios, qué cuerpos. Puestos ahí para su uso y disfrute, invitándole desde la pantalla. Le excitaba hasta el límite pensar que, solo con una llamada, en un ratillo podría estar contemplando cualquiera de ellos, besando, por ejemplo, esos labios jugosos que miraba ahora; explorando con sus dedos cada rincón de esa piel, anónima por el momento, que no podía, sin embargo, dejar de desear. En su retina quedaron especialmente grabadas varias imágenes, examinadas muchas otras veces; esas que repasaba siempre, y siempre le estimulaban de igual forma.

La corriente era fuerte, tan deliciosa y envolvente, que le hacía perder la noción. Se había despistado, tantos peces en el mar… De pronto cayó en la cuenta de que ya casi eran las nueve y media. Cómo pasa el tiempo aquí. Mejor me doy prisa o me quedo sin recreo hoy, se dijo. Y no era capaz de renunciar. Tenía arraigado en exceso el hábito del sexo variado, a la carta, distinto menú cada semana, y hoy tocaba. Esa mañana se había despertado muy pronto, y ya con la idea con la que se durmió: Contactar a cierta persona que hacía tiempo le atraía; alguien provocativo cuyas fotos, sin ser espectaculares, le incitaban sobremanera, y habían alimentado últimamente sus fantasías más húmedas. Anhelaba ese encuentro. Podía llamar por teléfono, lo tenía en la agenda secreta junto a muchos otros, pero era demasiado temprano; además, según con quién, el coqueteo virtual, los preliminares, eran valor añadido que anticipaba el disfrute alargándolo, y alimentando el morbo; esa era una de las ventajas del foro: Jugar preparaba el episodio y resultaba tan excitante como la cita en sí. Buscó el perfil de usuario y escribió un mensaje privado; ingenioso, divertido, con su pizca de pimienta, como todos los suyos: Había que ser original para captar la atención. Se tomó su tiempo; revisó el texto y lo envió. Ya solo faltaba esperar contestación.

La cosa es que pasaba el rato y se impacientaba; había mirado varias veces, ya eran casi las 11 y la respuesta no llegaba. No podía esperar más. Si no salía rápido de allí, llegarían los compañeros a buscarle para el café de la mañana y entonces... El desastre: Había tenido unas semanas muy activas, agotando el cupo de falsas comidas de trabajo del mes. Tenía que fichar en casa sí o sí, y se le haría irremediablemente tarde para el encuentro. Volvió a abrir el foro. Miró su bandeja de entrada. Nada nuevo. Las fotografías de antes seguían rondando su cabeza, dándole guerra. Había que cambiar de planes. Decidió rápidamente: Juventud, belleza, picardía, buenas piernas, bonito culo… Estaba fácil.

Buscó en un bolsillo la tarjeta "B", esa que solía llevar consigo bien escondida, y que en su vida anterior ni pensó que existiera. Lo que son las cosas, ahora la utilizaba varias veces a la semana. Sin duda había un antes y un después, meditó. Con la rapidez que da la práctica, cambió por ella la personal en un plis. Marcó un número......... Al otro lado de la línea, una voz provocativa y sensual. El escalofrío de nuevo, más intenso esta vez........ Preguntas sobre los servicios y la autenticidad de las fotos. Cita cerrada para las 12. La voz, tan sugerente, le había convencido y puesto pilas extra de paso; en lugar de la hora que pensaba contratar, decidió sobre la marcha ampliar a dos horitas. Si la ocasión lo merece, hay que darse tiempo para recrearse y disfrutar.

Dio un vistazo a su atuendo. Todo en orden. Al salir de caza (un decir, aquí la perdiz viene cazada y lista para comer) debes prestar mucha atención; elegir la ropa, acicalarte, perfumarte… Al fin y al cabo en un encuentro sexual siempre apetece seducir.

Las 11 pasadas. Salió pitando de la oficina, no sin antes llamar a la secretaria y, aduciendo una reunión imprevista, despedirse hasta la mañana siguiente: Bueno, y si hay algo ya sabe, me llama al móvil.

De camino en el coche, se dejó llevar, fantaseando como siempre hacía, intentando imaginar cada momento del inminente encuentro. Conducía mientras el deseo iba en aumento según se acercaba a su destino. Media hora más tarde estaba tocando al timbre del piso indicado. Nervios, adrenalina, feromonas a todo trapo. Lo había hecho muchas veces, pero una primera cita añadía un importante plus de excitación.

Se abrió la puerta. Gesto de admirada sorpresa. Un suspiro de alivio y algo más: Qué belleza… Increíble, mejor incluso que en las fotos.

Le recibía una figura esbelta, coronada por bonito rostro, preciosa sonrisa. Cuerpo bronceado, deseable, moldeado tras horas de gimnasio, envuelto en tejanos ajustados y una camiseta blanca. Justo como le había pedido.





Nota: Que nadie se moleste. Cualquier parecido con la realidad es pura redundancia

Continúo luego.

---Editado ---

Anoto la expresión, mu'güena.

A la espera de cómo continúa esta historia con tintes de realidad diaria, ahora me parece entender mejor porqué la productividad en España puede ser tan baja o el despiste mañanero de algunos conductores.

La eterna lucha entre la obligación y las pasiones. De un lado el riguroso ambiente laboral lleno de tensiones y presiones, y de otro la sensación desbordante del torrente de los intintos más naturales, el estímulo mental de una fantasía soñada o el cosquilleo por el descubrimiento de lo desconocido...

Psí, en algo se parece a las "redundancias" cotidianas.

¿Hasta dónde llegará el sufrimiento de nuestro profesional aventurero?

Por ahora, sólo Blondie lo sabe.

Mi querida Blondie...deberías prodigarte más en esto de relatar...qué sencillez...que contundencia...y que buena descripción del mundo ¿laboral? masculino,jajaja...
Me sigue encantando leerte!!

Chapeau.

Me parece que... ¡¡¡Nos están desenmascarandoooooo!!!!!

Pues muchas gracias por tu halago. Pero es la verdad, no? Una vez te decides, como dicen los ingleses "The deal is done".


Pues sí, tenemos todos demostrado, que en horas de trabajo es cuando más actividad hay. Los asiduos, en cuanto tienen un ratito, o un ratazo... Zas! de cabeza al foro, a jugar

Y está claro que la mayoría de estas citas también se producen en horas laborables, cuando uno puede hacer la escapadita y es fácil despistarse de todo y de todos. Ahora lo entiendo y me parece de cajón, pero cuando empecé ni se me había ocurrido, me extrañaron mucho los horarios, casi siempre de mañana o mediodía, como mucho hasta primera hora de la tarde. Nada a partir de las 20h.

Tenéis suerte. Debe ser una gozada poder elegir en cada momento a la dueña de tu deseo, dejar volar la imaginación... Disfrutar anticipando... Y, luego, si se materializa en un encuentro delicioso, de esos para recordar..............

Bueno, no he tenido tiempo de acabarlo, pero a lo mejor, el final no es el más predecible... O... Quizá sí

Pues yo si que espero con impaciencia el desenlace, la diferencia conmigo es que las horas de nerviosismo hasta ver a una nueva chica suelen ser bastantes mas, ummmmmmm, me cuesta mucho escaquearme del trabajo, y mis citas suelen ser a partir de las 20:00.

Pero quiero saber mas, quiero saber si el feeling surgio entre ellos, quiero saber si a ella le parecio bien aquella cita.

Quiero massssssssssssssssssssssssss

Impresionante el relato, creo que muchos podemos sentirnos identificados con el personaje, si no en todo si en una parte importante. No se de donde has sacado la inspiración pero se ve que tienes claro lo que supone para algunos esta doble vida.

No se porque me da que no va acabar bien del todo y el tipo se va a encontrar con una especie de muñeca de plástico. Tampoco quiero influir en la continuación del mismo, espero que discurra tal como la habías ideado previamente. En cualquier caso, estaré expectante al desenlace.

Muchas gracias por entrar por aquí a saludarme. Y, sí, puede que a partir de ahora me anime a volver a escribir de vez en cuando.

Solamente he intentado meterme en vuestra piel.

Jejejeje un poco sí, ehhh?

Gracias por el sombrero. Me lo pondré hoy

No siempre es como parece
Parte II

Saludos de rigor en el umbral. Notó tensarse sus músculos, el corazón latiendo de prisa, anticipando la acción. De pronto el deseo se hizo urgencia... Era tan apetecible... No podía esperar más. Necesitaba palpar, acariciar, oler, besar, morder, saborear... Disfrutar de todo aquello, usar sus cinco sentidos sin ponerse límites, y alguno más si pudiera encontrarlo. Entraron juntos y tomaron asiento en el pequeño sofá del saloncito. Velas encendidas, penumbra, delicado aroma en el aire, música suave de fondo. Algo de conversación para acostumbrarse, siquiera un poco, el uno al otro antes de pasar a la intimidad más absoluta.

Al rato, pasiva ella, tomó él la iniciativa. Se acercó y la rodeó con sus morenos, fuertes brazos. Le acarició el rostro y, delicadamente, le cogió del pelo y le llevó la cabeza hacia atrás; mirándola a los ojos, buscó aquellos labios entreabiertos que se le ofrecían para un primer, largo beso, que resultó dulce y apasionado a la vez. Bastó un minuto para sentir que iban a compenetrarse muy bien. Y es que ella respondía; su respiración se agitaba y notaba que su cuerpo empezaba a retorcerse bajo su presión. No había que forzar ni fingir nada. Invitada de honor en todo encuentro, la química, gran ausente algunas veces, invadía hoy la habitación. Siguieron besándose, cada vez más profundo. Empezó entonces un sensual forcejeo: Cuerpos enlazados, manos acariciando, dedos deslizándose bajo la ropa, buscando la piel. Él la empujó suavemente hasta tenderla, colocándose encima. Ella, simplemente se dejaba hacer, sensible y receptiva a las caricias.

No voy a contar lo que pasó durante las siguientes dos horas, quedará entre ellos. Sí diré que a ella se le hacía tarde. Había sido maravilloso. Se hubiera quedado allí, prendida de ese cuerpo, pero tenía una cita ineludible a las afueras y no podía retrasarse. Debía irse.

Preocupada, echó un furtivo vistazo a su reloj.

- Te duchas conmigo? ya es más de la hora - le susurró él, consciente de aquello.

Fue una ducha compartida, sensual, aunque rápida; el tiempo había pasado volando.

Ella salió del baño, se quitó la toalla y se sentó en la cama. Se puso las medias, los zapatos... Luego la braguita. Encajes, lencería lujosa de color negro.

-Me abrochas el sujetador?- Le pidió, a la vez que le lanzaba una mirada pícara.

Él, todavía recostado y desnudo, se incorporó y se puso de rodillas tras ella; le retiró a un lado la melena rubia y la besó en el cuello mientras buscaba el cierre y lo encajaba.

Terminó entonces de vestirse. Recogió su chaqueta, que descansaba sobre el sillón, y se acercó despacio al tocador. De espaldas, algo ruborizada, metió la mano en su bolso, tanteó y encontró lo que buscaba.

- Te lo dejo aquí, es lo que me dijiste, pero cuéntalo por si acaso- le dijo sin volverse.

- No, no hace falta. Seguro que está bien- dijo él desde la cama.

Ella se volvió. Sonriendo, le echó una última mirada, todavía con un rastro de lascivia. Se sentía relajada y feliz, como nueva. El foro era un hallazgo; y hoy, la elección, un acierto al cien por cien. Solía darse estos caprichos casi cada semana, pero este hombre le había hecho pasar el rato de sexo más intenso en mucho tiempo.

- Me ha encantado, gracias por todo, volveré a llamarte.

Le lanzó un beso a distancia. Pensó si repetiría o quizás antes probaría al ruso moreno de ojos azules, alto, guapísimo; había mirado sus fotos muchas veces. Recordó que tenía pendiente también al estudiante jovencito, el descarado; con ese cuerpazo tan deseable, y del que tan bien se escribía. Y al madurito interesante, elegantísimo, tan atractivo... Uffff tanto y tan diferente por descubrir... Por la tarde escribiría la experiencia para sus compañeras y daría otro repaso al foro.

Giró sobre sus talones y enfiló el corto pasillo. Abrió la puerta, salió del apartamento y cerró con cuidado. Si se daba prisa aún llegaría a casa, como si nada hubiera pasado. Puntual para la comida.





Tengo que dar las gracias a palin que es el único que intuyó algo y casi me destripa el relato a los 10 minutos de postearlo. Le pedí por favor que borrara su post y esperase, lo hizo inmediatamente.

Espero que os haya gustado.