Angie, 19 años, española, sumisa, facefucking de lujo

Angie, diecinueve años, española, sumisa, facefucking de lujo.

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He tenido el placer de conocer a Angie. Tres horas, tiene sitio. 150 la primera hora y 100 las siguientes. Se comunica por whatsapp y te deja claro cualquier detalle sobre límites y sitio.
No vive en Madrid aunque se lo está pensando. Viene de vez en cuando para dedicarse unos días a lo que más le gusta, follar y convertir su pasión en un trabajo.
Angie tiene diecinueve años y cara de niña. Carita de niña buena. Con el pelo suelto y con coleta, preparada para el juego. Le pedí que no llevara maquillaje alguno y se acentuó la sensación, la realidad de estar dominando a una adolescente. Su cuerpo es otra cosa. Es bajita pero voluptuosa, con buenas tetas, un poco culona, lo cual da mucho juego a la hora de azotarla, agarrar sus nalgas, magreárselas, verlas moverse y ponerla a cuatro patas, rodillas juntas, espalda arqueada, culo en pompa. Le hice un spanking delicioso sobre mis rodillas.

Lleva poco tiempo poniendo el culo y no se le pueden pedir los excesos que admiten otras sumisas con más experiencia anal o más inclinación por el griego. Se nota que no le vuelve loca pero lo acepta como parte de su sumisión y de su deseo de dar placer. Durante el rato que me permitió sodomizarla disfruté mucho notando el esfínter de su ano mientras movía el culo adelante y atrás y cuando yo la follaba con cierta intensidad, aderezándolo con mil azotes fuertes, tirones de pelo y abuso de sus tetas.

Me encantó mear en su boca y cuando terminé de mear me hizo una mamada de antología. Me hizo dos besos negros de manual, difícilmente mejorables, repletos de obscenidad y perversión.

Capítulo aparte merece el facefucking con ella. Follando su boca a saco o agitando su cabeza sin miramientos, con bofetadas, tapándole la nariz, golpeando su cara, sus morritos y su lengua con la polla. Sacándola del todo y volviéndola a meter, sujetando su cabeza. Las dos veces que me corrí se lo tragó todo y no dejó de mamar hasta que yo quise. La primera chupándomela, acariciándome los huevos con una mano y meneando la base de mi polla con la otra, todo a la vez. La segunda follándole la boca y notando su lengua en la rajita de la punta de mi polla en cada embestida.

Tuvimos una conversación inteligente y estimulante, como ella es.
Acepta sexo al natural pero yo preferí anal y vaginal con protección. Sentí la tentación. Una enorme tentación!
Me alegra mucho haberla conocido.