Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes - Lorena Española

Nombre, nacionalidad y edad: Lorena, española, 26 años.

Fecha del encuentro: xxx/03/2014

Lugar de la experiencia: Hotel que ella reservó para el encuentro.

Tarifa: 300€ 1h

Valoración. 8

Cara 7
Físico 8
Francés (SIN/CON) SIN 10
Folleteo 8
Implicación 10

Repetiría: SI/NO SI

Forma de contacto: 649347533 [Only registered and activated users can see links. Click Here To Register...]

Relato de la experiencia

Hace tiempo que me beneficio de experiencias de otros foreros y observando últimamente el decaimiento del volumen de relatos, me he animado a postear para ver si consigo predicar con el ejemplo.

Pues llegó el viernes y después de una semana dura de trabajo, necesitaba algo reconfortante. Y, qué puede haber más gratificante para un hombre, que pasar un rato agradable con una señorita.
Entré en GirlsBcn y dudé entre llamar a mi chica asidua o probar suerte con una nueva. Ya que la semana había sido buena, pensé que no podría terminar mal y eligiría la guinda de mi pastel. Puse el filtro de 300€ en el portal y me apareció ésta española con muy buena pinta. La llamé y su voz jovial vaticinaba un buen augurio. Me dió la dirección de un hotel por Chamartín y allí, calentito me planté. Me agradó su proposición pues no acabo de sentirme cómodo en los apartamentos por horas.
El hotel, muy discreto, un 4 estrellas en una calle secundaria, bastante escondido, eso me tranquilizó. Se veía todo muy nuevo. Subo a la habitación y me recibe una morenaza jovencita y con una gran sonrisa en la boca. (Empezamos bien, pensé) mientras intentaba quitar mi vista descarada de su blusa entreabierta (que pilla)
Me ofreció una cervecita mientras entablábamos una conversación amena para romper el hielo y a la duchita juntos.
Allí empezamos el juego, que si la enjabono yo, que si ahora ella, éste rinconcito, el otro más escondido aún, ahora se le cae la pastilla al suelo y ¡madre mía! cuando se levanta se topa con algo en la cabeza...jeje.
El agua caliente, la espuma, el aroma del jabón, los restregones y el vapor crearon una atmósfera de la que no quería evaporarme. Pero había una enorme, blanca y reconfortante cama esperándonos.
Se tumbó con la toalla envolviendo su cuerpo aún húmedo y yo, ávido de pasión, se la quité de un tirón y empecé a recrearme con su generoso cuerpo. Nunca había visto un pecho natural tan bien puesto, parecía obra del mismísimo Miguel Angel. ¡Ay! cuánto añoraba lamer una pecho así, terso, con pezón pequeño pero travieso, areola clarita y el tamaño ideal para mis manos. Debería patentarlo. Y tan sensible al tacto... ella agradecía tanto mis caricias que no quería soltarlo. Mi boca hambrienta acabó mordiéndolo y con mis manos lo estrujé como poseído. ( Son mi debilidad )
Después llegó el turno a su sexo, suave y delicioso, un manjar para mis sentidos. Ella estaba muy entregada y no me costó hacerla disfrutar. En décimas de segundo, su mirada pasó de dulce a cachonda y yo estaba deseando follármela ya, pero "la tortura" continuaba.
Se incorporó y bruscamente me tiró en la cama y atacó mi miembro, que era ahora más suyo que mio. Empezó suavecito, muy morbosa, mirándome fijamente mientras se apoderaba de mi, su lengua, muy hábil y húmeda, lo empapaba cada vez más, lo introdujo hasta lo más profundo, aguantando ahí, y, duro, muy duro, se hizo con él mientras yo me derretía.
Ella lo estaba disfrutando tanto como yo. Iba subiendo de intensidad y yo no quería que parara nunca. Es el mejor sexo oral que me han hecho en mi vida.
Ya estaba como una moto, le pedí que me pusiera la protección y la penetré a cuatro patas mientras observaba su cara de placer en el espejo de la pared y su pedazo culo en primer plano. ¡Qué culazo! ¡Qué curvas! Me agarré a su cinturita y le di duro durante un buen rato. Estaba en pleno éxtasis. Muy húmeda y su sexo ardía de pasión. Y pedía más y más...
Aprovechando la intimidad de la terracita de la habitación, me sugirió que saliéramos. Me confesó que le da morbo hacerlo en el exterior. ¡Uff! (¿Todavía hay más?) Salió desnuda, y yo seguía con la vista sus sensuales pasos por la terraza, apoyó sus brazos en la baranda, reclinó su cuerpo hacia atrás y ahí estaba otra vez ese imponente culo en pompa, reclamándome, giró levemente su cara de vicio hacia mi, su mirada la delataba, deseaba mi miembro ya de hierro, no pude más que complacerla, la penetré con tanta intensidad que nuestros jadeos podrían escucharse en el mismo cielo. Aferrado a los huesos de su cadera, los apretaba cada vez más fuerte, no quería soltarlos, estaba fuera de mi, de vez en cuando me llegaban agradecidas bocanadas de aire fresco y, las voces de la gente, que caminaba por la calle, allá abajo, me recordaban que pronto mi placer llegaría a su fin.
Me dejé llevar y terminé así, de pie, desnudo, con tremendo gozo, bajo un despejado cielo azul como testigo y unas estupendas vistas. :-)

Había pasado una hora y veinte. Perdimos la noción del tiempo.
En cuanto pueda, repetiré. Recuerdo el encuentro y me enciendo de nuevo... ¿ con qué me sorprenderá la próxima vez ? qué morbo me da imaginarlo...

Espero os haya servido mi experiencia.

Saludos.