Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Buenas tardes, caballeros:

Hace apenas unos días, tuve el "placer" de lanzarme al fascinante universo de las putas. Como veréis al leer mi experiencia, en este momento me pensaré mucho el lanzarme una segunda vez...

Visité a Nadine la semana pasada. Por teléfono no destacó ni para bien ni para mal, fue amable y me dió las indicaciones oportunas para llegar a su domicilio. Una vez allí sorteé como buenamente pude una de las cosas que más me intimidaban: qué decirle al conserje. Ya subía yo feliz al no encontrármele cuando unos vecinos, cual esbirros de tercera, se lanzaron a preguntarme que quién era yo y que a dónde iba. Mirad, si me lo dicen en la calle así les calzo un par de hostias. Pero claro, la situación es delicada, así que intentas salir de eso de la manera más diplomática posible. Vamos, que en la casa saben que en el piso de Nadine "hay tomate".

Una vez allí me recibe ella. Es una chica alta y delgada. En todo momento fue muy amable conmigo, pero se le nota que no está a gusto. Además tenía bigotito de unos cuantos días. Nos sentamos mientras me ofrecía una bebida y hablamos un rato. No podía dejar de mirar el dichoso bigote. No os vayáis a pensar que era Groucho Marx, pero cuando te gastas estas cantidades en pasar un rato íntimo con una chica, pues te esperas otra cosa. Igual que el atuendo con el que recibe. Porque a mi me recibió con un chándal algo cutre, la verdad. Aunque ahí ya no entro, para gustos, los colores.

El sexo? Pues mal. Nadine se te sube encima de golpe y fuerza mucho las cosas. Se le nota que no está a gusto porque casi no te mira a la cara y es fría, casi mecánica. No le gusta que le toquen "las lolas" (las tetas) ni "la conchita" (cómo llaman los argentinos a lo que aquí siempre ha sido el parrús, jajaja, pa descojonarse). Te lo dice de buenas, eso sí. El francés, con. En la boca, no besa. Y poco más puedo deciros.

Físicamente es muy felina, como dice ella en su anuncio. Aunque yo creo que le echa algo de teatro. Exagera la zancada hasta casi parecer ridículo. Vamos, que la llevas de paseo y la gente alucina pepinillos. Pero de tipo bien. Se le notan las cicatrices de sus operaciones en el pecho y en los labios (el cirujano estuvo poco fino). La nariz está mejor. Pero demasiado larga y finita, no le pega. Me ha llamado la atención ver hoy publicado un anuncio en el que salía ella, por fin, con la cara descubierta. Tengo la duda de que sea realmente ella. O que a lo mejor las operaciones la hayan cambiado demasiado. O el magnífico máster en photoshop que ha debido de pegrase el fotógrafo. La verdad: de cara es feúcha.

En cuanto al apartamento, un verdadero desastre. Destartalado, cochino, caluroso y minúsculo. La cama parece una cuna de puro pequeña y todo está cubierto con mantas o sábanas de plástico. Como no hace calor, hijos míos, imagino que debe de ser una estrategia para que no pasemos demasiado tiempo allí. Ya os digo, si lo ve el mayordomo del algodón, le da un síncope. El baño no es mucho mejor. De ser ella, yo cuidaría un poco más mi lugar de trabajo.

En cualquier caso, me parece de justicia decir que, en general, fue correcta conmigo. Con importantes excepciones: las llamaditas del móvil mientras estábamos en faena, la forma de controlar el tiempo y la forma de pedirte la pasta. Personalemnte, le deseo un futuro mejor en otro negocio porque éste, desde luego, no es el suyo.

Espero que os haya resultado útil mi experiencia. Prometo responder vuestras dudas. Pero sí os aviso de que no me conecto todo lo frecuentemente que me gustaría.

Un abrazo.