Una de morbo
Siguiendo un hilo abierto en Madrid, y por animar el cotarro, dejadme que os cuente una experiencia a caballo entre lo morboso y lo friki.
Rastreando las páginas habituales de masajes en Valencia (en este caso el Levante), encuentro un anuncio en la sección de Salud y Belleza bajo el nombre de "Masajsta profesional con estimulación" (ahora se anuncian directamente como "Excelentes masajistas y esteticien. Posible final relajante"). Como me parecía una manera cuando menos curiosa de hacerse publicidad, me decido a llamar para escuchar la voz, y valorar la visita en función del feeling.
Me responde una chica joven y simpática que va en un autobus. Me pide que la llame en cinco minutos. Cuando baja del autobus me suelta amablemente el rollo "profesional" (titulada, con amplio registro, calidad asegurada) pero con dos detalles que me gustan. Ofrece relajación manual de entrada a un precio razonable (€50, digamos que de mercado). Me parece una chica muy simpática y muy joven, así que quedo con ella en un par de horas.
Cuando me presento en la dirección que me han dado, por Peris y Valero (dada mi bisoñez, no la pongo, ni pongo el teléfono, pero siempre estoy a vuestro alcance con un MP), me encuentro una peluquería de barrio con el único añadido de un par de carteles de masajes. En la peluquería, visible desde la calle, hay un par de chicas trabajando en el pelo de dos clientas. Me da tal corte entrar que me doy una vuelta. Camino del coche, y pensando que me había equivocado, veo que una clienta ha terminado y sale a la calle. Me decido y entro.
La chica mayor está barriendo, la más joven todavía trabajando. Le digo bajito a la mayor que había quedado para un masaje por teléfono, respondiendo al anuncio del Levante. Se miran las dos y dice que "la chica del anuncio" todavía no ha llegado, pero que no hay problema, que pase. La sigo a la parte de atrás, donde tienen como 3 cabinas tirando a cutres con camillas. En una están depilando a una clienta, veo los tobillos y la cera. Me mete en otra y me dice que me ponga cómodo. No me ha quedado claro quién me va a dar el masaje, pero entiendo que la que me ha atendido por teléfono, que debe estar llegando. No lo he aclarado por que me he cortado en la peluquería con las dos marujas. Veo que las cabinas se comunican por la parte de arriba, y oigo perfectamente a la clienta de la cabina de al lado contarle su vida a la depiladora.
Me desnudo y me tumbo en la camilla (material desechable, pero limpieza sólo razonable). Entra la chica mayor (40 y muchos, latina, delgada) y me tapa con una toalla. Por un momento me corto y pienso otra vez que me he equivocado de sitio. Al ver mi expresión, mientras me pone la toalla, me dice al oído que el masaje me lo va dar ella y que no me preocupe, que al final me puede hacer una relajación, que eso no es ningún problema. Si no quiero la terminación el masaje vale €28, con terminación €50. Puedo decidir al final.
Cortado como soy, me quedo de piedra, pero no puedo evitar verle morbo al asunto. Estoy en pelotas en una peluquería, con una señora en bata blanca, muy pulcra y correcta, tratándonos de usted, ella dándome conversación intrascendente y preguntándome sobre cómo me gusta el masaje, mientras a metro y medio escucho los tirones de la cera en las piernas de alguien que sospecho no sabe nada...
Al final pudo más el corte (y el binomio tipo-edad de la masajista) y a pesar de un masaje correcto y de una manipulación de nalgas más que interesante, no me acabo de animar antes de que entre al trapo final de la terminación. Cuando el "terapeútico" ha terminado escucho que media docena de clientas está en la cabina de al lado hablando de productos cosméticos. La masajista me pregunta al oído "¿Está usted bien?", le digo que muy a gusto y ella lo toma como que no estoy interesado en el manual. Se aleja y me dice, amable, que si no quiero ducha que pague en caja. No tengo opción de decir nada y no me atrevo a decirle a gritos que me haga un apaño.
Me visto, pago los €28 (por una hora, no está mal) y me largo.
Alguien tiene alguna experiencia con la joven?
Un saludo (y excusas por el ladrillo, pero a mí me gusta leer experiencias; sospecho que no soy el único),
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