Laura, una diosa del placer
NOMBRE: Laura
fecha experiencia: noviembre 2007
NACIONALIDAD: Española
EDAD: 24.
ALTURA: 1,68 cm
CARA: 8
TETAS: 8 (pequeñas pero duritas y respingonas).
CULO: 10
PIERNAS: 9 (bajita)
GENERAL: 8
TATUAJES: No, que yo hubiera visto.
FRANCÉS SIN: al principio luego te lo pone.
IMPLICACIÓN: 9
VALORACIÓN GLOBAL: 7
TARIFA: 300/h más extras. (concretar bien)
TLF. CONTACTO: 692 385 046
Encontrándome de viaje en tierras valencianas. Vi sus fotos en la web y me encantaron, así que aunque el precio a pagar era alto, mi primera experiencia lumi valía la pena. Por teléfono, su voz me encantó y me sedujo completamente. Indicó que no era profesional y que lo hacía por sacarse algún dinero extra. Le conté que quería que fuera algo especial pues era mi primera vez.
Dada mi inexperiencia, no había concretado muchos detalles, en principio intenté que viniera a mi hotel pero no siendo posible (por mi, no por ella), opté por visitarla en su apartamento, muy céntrico y dónde nos vimos a solas, pues no había nadie más (cosa que me encantó).
Me pego una ducha y me acicalo para prepararme, como buen caballero, a mi cita con el placer. Llego andando al apartamento y después de confirmar la dirección por teléfono, me dirijo al primer piso dónde se encontraba mi escalera hacía el cielo. Me abre la puerta vestida con traje de chaqueta blanco y un escote que asomaba al infinito de sus pechos, que dirigían su mirada hacía mi y me anunciaban lo que es la esencia del placer y el deseo, la provocación. Torpemente y ante esta situación adelanté mis pasos hacía la representación de la belleza por nombre “Laura” ohhh¡¡¡¡¡ que excitación. Nada más entrar, me pregunta ¿te gusta lo que ves?? Y mi boca no pudo pronunciar palabra racional, quedó muda y torpe ante tanta belleza. Sólo pude balbucear con la boca abierta –Eres preciosa. A partir de ese momento, ella tomó las riendas del asunto y me indicó la dirección a tomar para llegar a su dormitorio, yo la seguí y no podía quitar la mirada de su preciosa figura, sus movimientos de cadera subida en aquellos tacones me impedían pensar en otra cosa. Cada 2 ó 3 pasos, ella giraba su cabecita para comprobar que escuchaba su conversación, pero yo no podía pensar y menos responder o seguir su correcta conversación, sólo alcanzaba a dar respuestas con monosílabos, para indicarle que seguía vivo y que mis 5 sentidos seguían funcionando. Cuando llegamos al dormitorio y al darse la vuelta mis ojos se encendieron y se lanzaron a su boca para plantarle un beso. Fue toda una experiencia. Tiene unos labios preciosos, y sentirlos junto a los míos suavemente con esos ojos mirándome fue toda una experiencia (la chica se implica muy bien y te hace sentir en el cielo). Después de subir al cielo por unos segundo, bajamos a la tierra para tratar de temas más mundanos “el parné”, la pasta” y no la italiana. Como una tormenta, caí de golpe al suelo como cuando te caes de la cama en pleno sueño, pero ya se sabe “son putas” y como tal, me informó de los cambios debidos a las bebidas que le había solicitado por teléfono, me sacó un j&b & cola y me clavó 70 euros más por las copas. Como no había concretado nada al respecto y yo le había pedido por teléfono una copita antes de empezar para entrar en materia y dada mi inexperiencia, me sentí muy molesto, pero dado el calentón que me había provocado (y que les voy a decir sres. Lectores que no sepan, puesto en situación, la más mínima sensación de estropear aquel momento no me iba a parar) acoquiné mis 70 pabos extra y a matar.
Una vez resueltos los problemas de tesorería, Laura volvió a mi como si fuera otra persona (dejó el papel de cajera del super y cambió al de amante entregada) no sin antes dejarme ver que a pesar de mi malentendido, no me iría disgustado y no me arrepentiría.
Nada más volver, me propone pasar al baño y mientras nos desnudamos de forma muy fría, voy descubriendo su belleza y debajo de ese traje de chaqueta, aparece una preciosa piel blanquita envuelta en lencería fina. Ella muy sumisa me lava mis partes intimas, que al roce de sus manos se levanta como un fusil al grito de “APUNTEN”. Durante estos momentos, aprovecho para acariciar su cabello precioso, entre pelirrojo y rubio rizado y mezclo mis dedos entre sus rizos intentando deshacer esos tirabuzones. La sensibilidad en mis dedos se anula, admirando tanta belleza y mis pensamientos se evaden de tal manera que mis sentidos se concentran en aquella maravillosa mujer que no paraba de acariciar ese miembro eréctil, rebosante de toda la energía que mi cuerpo desplazaba. A los pocos minutos (para mi fueron segundos de felicidad) me indicó que podíamos pasar a la habitación. Yo le hice saber que era preferible que mantuviera su vestuario lencero hasta que llegara el momento de descubrir todo su esplendor (las maravillas hay que descubrirlas y disfrutarlas con sosiego). Nos trasladamos al dormitorio y el movimiento que provocaban sus andares sobre los tacones volvieron a nublar mis pensamientos racionales. Estos segundos me permitieron disfrutar aún mas si cabe de sus encantos. Cada centímetro de su cuerpo me revelaba un poema, un soneto, una estructura bien formada de adjetivos que describen todo lo que puede describir la belleza femenina. La armonía de sus curvas, describe el camino hacia la sexualidad más intensa que jamás se haya podido expresar. Recorrer con la mirada cada movimiento de sus caderas, cada balanceo de sus pies, te hace olvidar lo humano y todos tus sentidos se activan de tal forma que sin tocarla estas sintiéndola, deseándola y acariciándola todo en uno.
Una vez de vuelta a la habitación, mi cuerpo se acerca al suyo para besar sus labios nuevamente y mi mente vuelve a perderse entre sus labios (sólo recordarlo se me ponen los pelos de punta y se me hace la boca agua de nuevo). En aquel momento le hago saber que quiero ver como se descubre poco a poco. Ella, dándose la vuelta, y mostrándome su culito se baja esa prenda tan pequeña pero tan relevante, y me lo enseña en todo su esplendor. En ese momento mi mano, acciona un movimiento incontrolado hacia ese precioso trasero y proporciona una palmadita que provoca el movimiento de sus nalgas que aunque duras, mantienen ese tono suave de rigidez al contacto con mi mano. Laura levanta su mirada sonriendo mientras pregunta ¿te gusta? Yo no tengo respuesta, pues no es que me gusta, es que me ha trasladado a otro mundo, es que el que está allí no soy yo. Acto seguido, me acaricia y me desnuda poco a poco mientras me va dando besos y caricias por todo el cuerpo agarrando sus manos a mi culo que le sirven de asidero para agacharse hasta que se pone de rodillas en el suelo y mirándome descubre al pajarito dentro de mis calzoncillos que caen en segundos. Con una mano en mi culo y otra en mi polla, inicia un camino de besos y bocados a mis huevos, mi mastil, y todo eso, que no puedo describir pues perdí el conocimiento. Sólo se que a los pocos minutos tenía a Laura a cuatro patas en la cama, mientras yo tumbado boca arriba descubría el tacto de sus pechos con mis manos y ella me decía –Oh¡¡ que dura la tienes¡¡¡ Qué bien lo vamos a pasar¡¡¡¡ La visión de tenerla a 4 patas con todo su cuerpo a mi alcance me permitió unos momentos de relax y evasión indescriptibles. Me puso el gorrito con la boca y se lo metió todo dentro. Ella parecía disfrutar tanto haciendo esa mamada que yo llegué a creerme que lo hacía tanto como yo. Aproveché mi angulo de visión para verla a través de un espejo y después de indicarle varias posturas, me quitó el gorrito y cogiéndome la polla y mientras seguía besándola me corrí de tal manera que la bañé con mis fluidos a lo que ella puso una cara de placer que arrancó de mi un gemido mudo.
Una vez terminado el primer asalto iniciamos una conversación mientras tomaba mi copa. Ella se mostraba muy interesada en la conversación y yo disfrutaba de observar aquella belleza de cuerpo y escuchaba su preciosa voz. Su voz me excitaba de tal forma que rapidamente volvió a ponerme cachondo cuando me dijo –Ahora me vas a penetrar profundamente a 4 patas, ¿Te gusta? Esa sumisión al placer levantó mi espíritu (y lo que no es espíritu) al máximo y me la volvió a poner muy dura. Cuando la vi en esa posición a 4 patas con su cara vuelta hacia mi y moviendo su culo de un lado a otro, diciéndome atrapame, la agarré de las caderas y después de darle unos azotes que hacían sonar unos gemidos de su boca, lo introduje poco a poco hasta el fondo de su sexo produciendo unas envestidas que arrancaban unos gemidos que mis oídos escuchaban y mis ojos veían a través del espejo. Esta posición me permitía acariciar sus senos, introducir mis dedos en su boca y sus labios, pero con su boca no paraba de besarme la mano, mientras con la otra la cogía del cabello y levantaba su cabeza hasta sentir la tensión de sus músculos. Durante este tiempo ella no paraba de moverse y yo no paraba de gozar de mirar esa escena en el espejo. Era como verse en una película haciendo gozar a todos los sentidos. Cuando ya no podía más, descargué toda aquel placer en un segundo y quedé exhausto. La volví a besar en los labios para agradecerle tanto placer. Ella se tumbó al lado mío y siguió acariciando mi cuerpo. En ese momento aproveché para decirle lo bien que se había portado y lo bueno que era el sexo con ella a lo que me comentó que ella lo disfrutaba mucho también. Luego tuvimos una pequeña conversación. En ningún momento miró el reloj y no sentí que tuviera prisa ninguna, pero era hora de marchar y me fui a dormir.
Llegué sobre las 22h y me fui sobre las 23,30.
No ha sido la última, pero a pesar del malentendido económico del principio creo que ha sido la mejor. Fue muy caro pero creo que valió la pena.
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No hay mayor aberración sexual que la castidad
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