El finde pasado buscando pasar un buen rato sin que me llamen papito, doy con un anuncio con bastante buena pinta. Desconfiado después de la última i+d patria, rebusco el número de teléfono en otras páginas obteniendo las mismas fotos.
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Llamadita de rigor y respuesta casi instantánea.
Breve y fluida conversación con las típicas preguntas, sus correspondientes respuestas y algún chascarrillo que denota buen rollo. Viendo sus fotos, imagino a una jovencita metida a esto para sus cosas, pero me viene a la mente otra lumi parecida buscando fiesta cuyo nombre no mencionaré para no mezclar hilos. Los 60e por media hora me hacen dudar, pero como digo, notaba yo buen feeling y teniendo vallsur enfrente para aparcar, todo parecía encajar.
Cojo el coche y llego en nada, aparco, le doy un toque y ya estoy en el ascensor. Salgo y una puerta se abre ante mi. Escondida detrás, aparece y me planta un piquito, llevándome al cuarto a través de un pasillo en L que que apesta a incienso. Morreo previo, inicia la charla contándome que no pensaba que fuera a ir, que llevaba varios plantones y que si me quedaba. Digo que sí, y me da otro morreo con el que me arranco y le cojo el culo estrechándola contra mí. Se sonríe, me dice que me quite la ropa y me lleva al baño que está dentro de la habitación. Se quita el picardias y puedo ver su apetitoso cuerpo desnudo, cuyo sexo lava en el bidé antes de indicarme que yo haga lo mismo, me doy un agüilla y cuando me incorporo me vuelve a comer la boca. Llevo una mano a su culo y otra a su entrepierna por no zumbármela allí mismo, empiezo a dedearla, se humedece y me lleva a la cama, me pregunta si quiero que me la chupe, pero me adelanto y soy yo quien se pierde entre sus piernas, se estremece agitándose, y volvemos a besarnos como locos. Me tumba y me dice que me va a devolver el favor, llevándome al límite para no explotar en su boca. Me pone el condón y empieza a moverse de forma tan sutil como placentera, tengo que pararla para no irme y cambiar de posición. La pongo a cuatro patas y ahí sí que ya entrego las armas, dándole todo lo que puedo antes de que ocurra lo inevitable y me derrame. Charleta post coito entre arrumacos y picos para despedirnos hasta el día siguiente, que repetí, pero más tiempo. Lástima no haber visto su anuncio antes, aunque los casi 200 euros se los ganó con creces
