Sin apenas datos sobre esta tipa, cuento las impresiones de mi visita:
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Físico: latina (colombiana creo), 1,65-1,70 de altura más o menos, ancha de caderas y muslos, no curvy ni gordita, simplemente, caderona, culona, muslona y con tripita. Pecho pequeño natural. De cara me pareció atractiva. Sin duda, lo que más me gustó de su físico fue su rostro. De pecho para arriba es fina, pero de ahí para abajo abundan las carnes algo fláccidas. Piel canela, más oscura de lo que muestran las fotos. Las fotos, por cierto, verdaderas, (algunas de ellas tomadas en el mismo piso donde atiende y mostrando el rostro) pero siempre con ese tipo de retoques que disimulan defectos y realzan otros aspectos. De edad no creo que supere los 30.
Servicio: sin pena ni gloria. Besos más bien picos, sin lengua, nada de morreos intensos. Francés natural de un minuto para cumplir el trámite, y penetraciones en varias posturas. No es una loba que te devora ni tiene un cuerpo espectacular, pero lo suple intentando agradar y complacer dentro de sus limitaciones y sus carencias. No es de estas de “dale papi que rico” sino más bien calladita, y tampoco te pide la leche a los dos minutos, cosa que se agradece. El servicio fluyó de manera natural, en plan tranquilo. Sales con la típica sensación de haber follado con una “buena chica” lo que no es sinónimo de “buena profesional”, aunque un servicio más naif también puede tener su encanto.
Tarifa: 60/120 por media y una hora respectivamente. En mi opinión, excesivo para lo que ofrece. Y si a eso añadimos que las instalaciones son de tercera regional, podría decirse que ese precio es casi un atraco.
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