Hola. Obviamente no voy a contar lo que me gusta a mi para no delatarme, pero sí lo que le gusta a algunos tipos con los que he hablado. Uno de ellos soy yo pero no lo diré. Tienen unos gustos parafílicos de lo más extraño, aunque no sé si serán comunes.
Alejandro: le gusta que le tiren
pedos con la boca pegada al ano de la chica. Supongo que luego se lavará la boca porque si no y tal como decía Jorge Martínez de "los Ilegales" en una canción "... la boca te huele a gas".
Manolo: Tiene obsesión por la saliva. Gusta que le
escupan en la boca mientras se masturba. La saliva se solía tragar, pero ahora con esto del coronavirus no se si seguirá haciéndolo.
Borja: Le gusta la copro y la lluvia dorada. Le apasiona tumbarse y que la chica le
orine en la boca, y tragarse parte del líquido, y al final hacerle un cunilingus a la chica de manera que se lo deja limpio, limpio. Respecto al copro le encanta verlo pero no comerlo.
Pepe:
lamer los pies es su pasión. Siempre le dice a la chica que no se los lave, pero no hay manera pues ésta suele ser higiénica y aseada y los tiene más limpios que un cáliz antes de una misa.
Javier: le gusta que la chica
le vomite encima. Es un servicio muy poco común y que por motivos obvios no muchas chicas lo hacen, por lo que le cuesta un pico cada vez que quiere un servicio.
Miguel: Gusta de la lactomanía, esto es,
mamar leche de los pechos de una chica. Le cuesta alrededor de 500 euros cada sesión de una hora pero según él merece la pena. Es como volver a su infancia, dice. Naturalente acude una vez cada mucho tiempo.
Sebas: a éste le va el bisex. Suele contratar a una chica y un travesti, pero a falta de este último contrata a un chico que es un poco más barato. Le gusta chupar y que se la chupen, dar y recibir. El coste suele rondar los 700 euros la sesión de 2 horas.
Luis: a este le da por la comida. Le gusta que la chica
mastique la comida y cuando ya la tiene bien ensalivada la echa en un plato y Luis
se pone a comer. Bien pensado es una forma de ahorrar energía moviendo la mandíbula. Su plato favorito son el plátano y los yogures, pero no hace ascos a casi ningún alimento. Cualquier cosa que la chica mastique será de su agrado.
Manolo II: a este le gusta que la chica se lo folle poniéndose un consolador de goma de esos que se ajustan con un cinto. Pero curiosamente no le gustan los tíos, ni que se la meta un tio. Le gusta que le sodomice una mujer.
¿Es de vuestro agrado alguna de estas
prácticas?