Kit de supervivencia del putero

Abro mi segundo hilo en Spalumis; hilo quizá surrealista (ya me iréis conociendo).

Algo que no debe faltar en la cartera o agenda telefónica de un buen catador de putas es un número suficiente de direcciones y teléfonos de cara a tener alternativas frente a los plantones. De hecho, el pasado viernes tuve mi primer plantón (paliado sabiamente por mi previsión, si bien tuve que gastar en un taxi para ir de un puterío al otro). Pero bueno, nada nuevo os estoy descubriendo.

Otra cosa útil en el kit es una mochilita o bolsa con una camiseta de repuesto, especialmente para el verano cuando no se lleva ropa extra. Lo digo porque una vez jugando con la lumi a embadurnarla de crema o aceite y tal, el frasquito acabó volcándose y derramando toda la porquería sobre mi camiseta, que andaba tirada por el suelo, y tuve que volver a casa apestando a Nivea o Johnson's.

A lo que voy:
Supongo que entre los puteros de este foro habrá un elevado número de verdaderos devotos de la lencería. Y claro, en la foto salen con lencería acojonante, por teléfono te dicen que te van a recibir casi como en el desfile anual ese que hacen de supermodelos... hasta que llega uno a la puñetera casa y se le presentan todas con un tanga y un sujetador más propios de ir a hacer aeróbic que de calentar a un tío que viene con un nudo en el estómago.
Y bien: ¿nunca habéis pensado en llevar vosotros mismos la lencería que queréis que se ponga la dama?
Yo sí... ¡pero lo que no me atrevo es a comprarla!

Ir a una tienda o grandes almacenes a adquirirla directamente me da mucho corte, pero mucho. Y adquirirla contra reembolso... joder, es que si alguien de mi familia lo abre por error o no viene correctamente empaquetado y sellado... ¡qué bochorno!
También pensé en comprarla en un sex-shop, pero todos los que conozco están en zonas muy concurridas donde suele pulular gente que conozco (y que además me encuentro día sí y día también) y además qué cojones: es que los sex-shop son todo lo contrario a la discreción que buscan tíos como yo.
Bueno, supongamos que me decido a comprar la lencería... ¿qué talla cojo? ¿para tías de 1,60 o de 1,65? ¿1,75? ¿1,70?
Eso sí, el día en el que me decida... la envuelvo en papel de regalo para que en caso de que me la pillen en casa, o en el hipotético caso de que en un lugar público tenga que hacer frente a un registro policial inesperado, pueda tener la salida de que es un regalo que le voy a hacer a una amiguita o rollete que me ha salido... Por supuesto, acabada la sesión con la lumi la lencería se vuelve conmigo a casa... bien envuelta.

Vaya historias... pero estas cosas no pasarían si las chicas no mintiesen al potencial cliente para engatusarle. Porque si yo tengo una fantasía obsesiva con los corsés y con los ligueros, por enfermiza que parezca, tengo derecho a que se me satisfaga si lo acuerdo y pago por ello.