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Entrevista a una lumi española.


Hola foreros, llevaba tiempo pensando en entrevistar a una, y lo suyo me ha costado, primero me he tenido que gastar bastante pasta con "la elegida" pues no me valía cualquiera.

Tenía que ser española, independiente (sin engaños) con foto real (primero la busqué para mi goce y disfrute) y que lleve poco tiempo ejerciendo (eso a saber si es verdad... como mienten tanto... )

La chica es buena persona, ha tenido mil nombres en sus anuncios pero siempre ha ejercido en la misma región (prefiero no poner públicamente dónde)

Ella sabe que voy a publicar aquí, de ahí que respete lo que me ha pedido: ninguna foto, ningún dato, lo único un nombre ficticio, Amanda. Española, 34 años, aproximadamente 1.60 de estatura, grandes pechos naturales acordes con un cuerpo que se queda en un término medio: ni delgada ni gorda. Una chica que no resalta demasiado de cualquier otra, vamos. Que la ves por la calle y no te fijas especialmente en ella, digo yo.

Me recibe en su casa igual que en el resto de encuentros, pero en lugar de subir a su cuarto (vive en en un dúplex) nos quedamos en el salón.

La decoración de su casa revela mucho de ella: sencillez. Apenas tiene figuritas ni cuadros en las paredes. Preside el salón una televisión enorme de al menos 75".

"Es mi compañera" dice riendo "paso muchas horas aquí metida sola, a la espera de clientes, soy muy casera en realidad" cuenta.

Nos sentamos uno frente al otro en una mesa, abro el portátil y comenzamos.

¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a ésto, Amanda?

A.- No puedo decirte un tiempo exacto. Digamos que empecé hace tres años a ejercer en periodos cortos de tiempo, aún viviendo con mis padres, para salir de allí. No tenía dinero, pocas posibilidades de tener una estabilidad laboral buscando trabajos normales, y un buen día se me ocurrió. Podría decir que he estado un año sumando meses, ejerciendo de forma discontínua.

¿Cómo fue tu primera experiencia? ¿Dónde? ¿Cómo fue ese primer anuncio, ese lanzamiento a éste mundillo?

A.- Antes de lanzarme consulté anuncios de otras chicas e intenté huir de lo común... una mañana me levanté y me hice una foto desnuda en mi habitación, tenía un espejo grande de cuerpo entero. Evidentemente me corté la cabeza jaja, no es que me tapase la cara, tampoco quería que se me viese el pelo, estaba muy paranoica, en fin que puse el anuncio ofreciendo "masaje con final feliz" por 100 euros, precio cerrado dispuesta a no negociarlo jamás (ilusa de mí) sin tiempo límite. Sólo atendía por whatsapp (al vivir con mis padres no podía dar informaciones, como es lógico por teléfono) y aunque me llamaban jamás lo cogía aunque en ese momento estuviera sola. A mi primer cliente tuve que ir a buscarlo.... SI, FUI A BUSCARLE a su pueblo y follamos en mi coche. Era un señor de casi 60 años que estaba muy cortado debido a mi juventud, al contraste, yo tenía de aquella 32 años.

¿Pasaste miedo?

A.- ¡Mucho! Era invierno, llovía y tenía que ir a un pueblo muy escondido... arriesgándome a que fuera un vacile, a que fuese alguien que me conocía, no sé... llevaba preparadas mil posibles respuestas, era un pueblo de esos en mitad del monte, una carretera horrible!! Por suerte todo salió bien. Es que el señor aquel no tenía coche, o eso me dijo, el caso es que mi primera experiencia no fue ni mala ni buena, me llevé mi dinero y punto. Mis primeros 100 euros. Llegué a casa y me senté a cenar con mis padres, contenta de tener dinero para alguna de mis cosas y que no tuvieran que ayudarme más. Fue el comienzo.

¿Y después?

A.- Después de aquel señor supe que no debía ir por ahí con mi coche a buscar a nadie y menos usarlo como lugar de encuentros... así que empecé a mirar hoteles. Yo no tenía dinero como para alquilarme un piso ni nada similar... de todas formas me asustaba tener un sitio concreto y más aún meterme en un sitio con otras chicas (y que pudiera reconocerme algún conocido... mucho miedo) Así que empecé a poner en mis anuncios que la cita iba a ser en un hotel. Al ser temporada baja por 30 euros había muchos, así que yo seguía con mi tarifa de 100 euros sin tiempo límite pero prescindiendo de 30 euros así que mi ganancia real eran 70 euros, que tampoco estaba mal (pensaba yo) partiendo de que no tenía nada.

¿En serio los clientes aceptaban irse a un hotel, con lo poco discreto que es eso? Especifica un poco más...

A.- A ver... yo no vivía en ninguna ciudad y escogía alguna posada que me quedase cerca, máximo a 20km. Eran citas cerradas y concretas, a una hora en ese sitio, yo llegaba y esperaba al cliente (en todas había alguna cafetería)... yo iba vestida de calle normal, me pedía un café y me sentaba a esperar. El cliente hacía lo mismo... yo no resrvaba ni adelantaba dinero de la habitación. Quedaba en la cafetería por si no le gustaba o algo... como siempre era un sí, me daba el dinero de la habitación, yo la reservaba en el momento y subíamos. No le decía ni media hora ni una hora... me fue bien en algunas citas, en las que una vez que tenía a un cliente la habitación ya estaba amortizada y podía atender a más. Entonces sí que ganaba dinero!! En unas horas que le dedicaba por la tarde (vamos a poner... de 4 a 8-9) podía sacarme como poco 300 euros. O 400... en dos días llegué a conseguir 700 euros. Eso sí que era vida, pero como todo lo bueno, acabó.

¿Por qué acabó?

A.- Me acababa quemando. Las mañanas las dedicaba a ir al gimnasio, a ayudar a mi madre... y a atender a ratos whatsapp de clientes conectada al whatsapp web. Atendía a ratos por la mañana, y por la noche sobre todo. Me escribían muchísimo y me pedían muchísimas fotos las cuales cuando veían luego pasaban y yo entendía que sólo querían masturbarse. Al estar pendiente del teléfono (llevaba dos, el personal y el que usaba para tales fines) no atendía tanto a mi vida personal y eso era difícil... si una amiga me decía de quedar tenía que inventarme excusas. De cara a la galería yo no tenía ningún trabajo.
Tuve que inventarme uno para acallar a padres y demás: dije que trabajaba cuidando a un señor mayor las horas que dedicaba a ejercer, pero eso era un problema. Todos los días a la misma hora salía de casa, tanto si tenía alguna cita concertada como si no... me iba a tomar algo a un bar y allí atendía al whatsapp de mi teléfono "puteril". La gente me miraba raro... una chica sola en una cafetería, pegada a un teléfono, durante horas... pidiendo un café, otro, que si una tostada... sin hablar con nadie.
Los días que hacía bueno paseaba pero al final me hice clienta habitual de una cafetería en la que podía sentarme discretamente, buscaba la mesa más apartada, la terraza, en fin, donde llamar la atención lo menos posible.
Era duro. Siempre tenía miedo, miedo a encontrarme con algún conocido que me preguntase qué hacía allí sentada, sola.
Y mucho miedo a quedar con algun cliente, que éste me conociera o sólo pretendiera reírse de mí. Por otro lado estaban las llamadas insistentes... yo tenía puesto en el anuncio que no se me llamara, pero ya sabes... la gente o no lee o se pasa por el forro lo que pone.

Y entonces cambiaste de táctica...

A.- Comprendí la necesidad que tenía de ofrecer un lugar concreto. Así que comencé a alquilar un apartamento turístico... por días. Era un sitio muy discreto pero mal situado: lejos de las ciudades principales. Aun así los días que lo alquilaba era porque ya tenía clientes, pero eso también se acabó. Al principio iba bien... así que decidí alquilarlo por un mes entero. Estuve a punto de perder dinero... y ahí fue donde me vi obligada a negociar la tarifa, a rebajar a 50 euros por media hora... y ni por esas gané lo que esperaba. Llegó el verano, encontré un trabajo "digno" y me olvidé de la prostitución un tiempo.

¿Cuánto tiempo?

A.- Julio, Agosto y medio Septiembre jajaja. Poco tiempo pero se olvida tan fácil... trabajaba de camarera en un restaurante a pie de playa. Fue tan liberador... mal pagado, de lunes a domingo, por suerte sólo en horario de comidas. Por muy cansada que estuviera o duro hubiera sido el día, cada día daba gracias de poder ganar dinero sin mentir a nadie, de poder decir con la cabeza bien alta dónde trabajaba... de vivir tranquila.
Ahorré todo lo que pude y más... y como cada año la esperanza de encontrar otro trabajo después... esperanza que muere al pasar los meses, la temporada baja/muerta otra vez.

Y volviste a ello, está claro... ¿cómo fue?

A.- Me costó más que empezar.Pero por suerte decidí echarle valor a ciertas cosas, como a ir de cara con la dueña de una posada, decirle a lo que me dedicaba y preguntarle si no le importaba... fue muy amable conmigo, muy comprensiva, le expliqué la forma que tenía de trabajar (citas previas, horario diurno...) y ella en mí vio una oportunidad de ganarse algo en temporada baja. Así fue como pude ir todos los días al mismo sitio, tanto si había quedado con clientes como si no, allí me sentaba a esperar, aunque era raro que no llevase ya cliente concertado. Estuve así unos dos meses... hasta que volví a alquilar otro apartamento, por otro mes, en otro lugar.

¿Y fue mejor?

A.- Mejor para mi, desde luego. En aquel lugar gané mucho dinero comprendiendo la importancia que tenía de seguir una rutina... todos los días me iba allí, tenía cosas, comida, ropa, en fin todo lo necesario para pasar la tarde, pues como seguía viviendo con mis padres, no prestaba servicio a partir de las 8 o 9 de la noche. Repito que seguía viviendo con un miedo atroz a dar cualquier paso en falso y ser descubierta. Negociaba 50 euros media hora aunque por suerte algunos elegían una y ahí no les ponía límite. Para mí era mejor acostarme con los menos hombres posibles. Sólo tuve alquilado aquel apartamento un mes y tuve suerte de encontrar trabajo "digno" mucho antes.

¿Y tu entorno jamás supo nada?

A.- Nunca me pilló nadie, nunca di con un cliente que fuera conocido pero acabé contándole a dos de mis amigas a lo que me dedicaba... no podía callármelo, esa vida... pensaba que me iba a quedar sin amigas pero no fue así. Las dos se mostraron comprensivas y comencé a compartir con ellas algunas de mis experiencias. Ninguna de las dos ha ejercido nunca, ni lo hará, no se lo recomendaría a nadie, la verdad.

¿Por qué no lo recomendarías?

A.- Porque es muy duro y hay que valer... hay que tener la cabeza fría, siempre, porque hay que mentir todo el tiempo, porque dos pueden saberlo pero el resto no. Por la familia... es duro volver a casa y sentarse a cenar con ellos sabiendo que llevas en la cartera dinero que ganas follando. No es la vida que tus padres quieren para ti... tampoco es la que soñabas. La prostitucion en realidad es algo que no se elige, puede que no te obligue un chulo ni una mafia, te obliga la necesidad, la precariedad laboral, el no querer ser una carga para otros...

¿Te han agredido alguna vez? ¿Alguna mala experiencia?

A.- Al contrario de lo que mucha gente piensa, no es un mundo tan marginal. La gente tiene una imagen distorisionada acerca de ésto. A mi me han faltado más el respeto en otros trabajos "dignos" eso te lo aseguro. En hostelería suele ser común que te traten mal. Que te griten, incluso a mí me han llegado a empujar o a lanzar objetos con la excusa de la presión, del estrés... De prostituta yo esperaba esas y cosas peores... las temía y sabía que corría un riesgo que jamás ha sido real. Ningún cliente me ha agredido ni insultado a la cara. Por whatsapp hay mucho "valiente" pero tampoco puedo destacarlo. Simplemente alguno me insultaba por no querer pagar mi tarifa y yo negarme a rebajar...

Y sin embargo ahora tienes tu casa... alquilada. Creo que al final te ha ido bien ¿no?

A.- Sinceramente, no he podido alquilar ésto gracias a la prostitución... sino a la suerte que tuve de encontrar trabajo de más duración que del consabido "julio y agosto"... el año pasado pude trabajar desde Abril hasta mediados de Septiembre. Y ahorré todo lo que pude con idea de alquilarme algo estable, fuera de la zona donde ejercía siempre la prostitución. Siempre he sabido que estoy en cierto modo "condenada" a ejercer y que mantener ésta casa no iba a ser tarea fácil... no quise auto- engañarme soñando con trabajos que sé que no hay fuera de temporada alta... pero vivir sola me ha traído grandes ventajas, como la de poder pasar del Whatsapp, atender llamadas... todo es más rápido. Más cómodo. Más eficaz... reconozco que no siempre presto servicio en mi casa, a veces alquilo apartamento barato en otro lugar... tengo vecinos y no quiero que se enteren, por eso a veces atiendo fuera de mi casa durante semanas...

Para finalizar... ¿cómo te ves dentro de un año?

A.- ¡Igual! Puedo tener un trabajo que no sea de puta, pero el sueldo no me va a llegar para mantenerme sin pasar apuros. Se acerca la temporada alta y sé que si quiero tendría trabajo pero me estoy planteando seguir con ésto, viajar fuera de mi región a ejercer... por otro lado está la libertad, para ganar 1200 euros por ejemplo de camarera, tendría que trabajar todos los días (con suerte, libraría uno a la semana, de lunes a domingo) como poco 12 horas... sin embargo de puta puedo ganar ese dinero en una semana!! y sin estar las 24 horas. Todo depende de las horas que le quiera dedicar, y puedo elegir qué días sí, y qué días no, estar libre los fines de semana.

Está claro que no piensas echarte un novio...

A.- (ríe) ¿para qué uno si puedo tener unos cuantos? jajaja tengo clientes habituales que ya son "como de la casa", mantengo una vida social alejada del mundillo y me considero una mujer libre... podría estudiar algo que me permita tener trabajos mejor remunerados o que al menos no me exploten. ¡No sé si eso existirá en España! Pero desde luego el objetivo que tuve al empezar a vender mi cuerpo era mejorar, y he mejorado, y quiero seguir mejorando.


La entrevista finaliza y quiero pagarle por el rato que me ha dedicado. Se niega y me dice que ella por hablar no cobra pero que si quiero un polvete... tentado estoy, pero quiero mantener mi amistad con ella y no la veo muy por la labor hoy. Se ha tomado "el día libre"... cómo la envidio, joder...
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Etiquetas
entrevista, espaÑola, lumi


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