¿Nos "amoldamos" los clientes?

El título me ha quedado rarito. A ver si lo explico bien.

Soy cliente desde hace trece años y siempre he actuado bajo las mismas condiciones:
- Soy diurno. Me encanta por la mañana, me gusta por la tarde y nunca lo he hecho por la noche.
- Siempre con profesionales o en casas de nivel medio-alto pero sin llegar al lujo.
- Cuando empecé, en las casas buenas el servicio mínimo era una hora. Con la crisis empezaron a hacer medias horas. Yo ya me había acostumbrado a ser de un solo tiro sin prisas y desde hace unos años contrato 45 minutos.

Las poquísimas veces que he estado con chicas más baratas (solo 2 veces) me pareció algo triste, cutre, eran poco atractivas. Estoy acostumbrado a un cierto nivel y las mujeres que no llegan a él no me interesan nada. Nunca he estado con orientales (no me atraen nada) ni con callejeras. Tampoco voy a clubs.

Solo dos veces he estado con scorts carísimas y aunque estaban tremendas no me pareció que valiera la pena. La relación calidad/precio no compensa.

En fin que noto claramente que estoy ya muy adaptado a mi modus operandi. Me resultaría casi imposible ser cliente fuera de mis horarios, mi nivel, mis costumbres...Incluso físicamente me atraen las mujeres que están buenas sin exagerar, es mi liga.
Muchas veces tengo la experiencia olvidándome por completo de la hora y al acabar miro el reloj y veo que he clavado los 45 minutos.

¿Os pasa lo mismo? ¿Es solo cosa mía? ¿Soy demasiado cuadriculado? ¿el cliente acaba incorporando unos ritos?

Yo no sé si los ritos los incorpora el cliente o es la propia profesional la que va guiando la "cita" para acomodarla al tiempo pactado.

A mí me da tiempo de sobra a echar un buen polvo en el servicio de media hora, aunque a veces se me hace una experiencia un poco brusca. Luego lo pienso y me digo, ¿qué más da? ¿es que voy a estos sitios a hacer amistades? Pues eso.

A veces contrato servicios de una hora y suelo echar dos polvos. En alguna ocasión, con profesionales especialmente relojeras, sólo he podido echar uno largo. La experiencia se hace más relajada pero considero que no vale la pena desde el punto de vista económico. Creo que si se paga el servicio de una hora, la profesional debe añadir minutos "de cortesía" para echar el segundo polvo relajadamente, sin prisas. Pero no siempre ofrecen estas atenciones.

Mi conclusión es que lo más eficiente es contratar media hora si lo que se quiere es follar only. Si lo que se busca es otra cosa, quizá no deba ir uno de putas a encontrarla por que esto sirve para lo que sirve y nada más.

En cuanto a tu opinión sobre el lumerío... la comparto plenamente: aunque a mí sí que me atraen las profesionales de alto nivel o escorts, considero que el precio que cobran por servicio no compensa. Por otro lado, las chicas que están por debajo de un nivel digamos medio - alto... lo siento, no son para mí. Por las mismas cuestiones que planteas en tu comentario. Aunque puedo entender que sí sean válidas para otros clientes, ojo.

Mi experiencia es casi calcada a la del colega " cebollo " no es que seamos cuadriculados somos metódicos y tenemos las cosas claras eso no evita que alguna vez quieras aventurarte y probar sitios o lumis que no conozcas y casi siempre no te salen bien.
Yo tengo un ramillete de 6 o 7 señoritas de un nivel medio en cuanto a servicio higiene,limpieza y sitio, suelo contratar 1,30h y me encuentro muy cómodo con esta forma de putear, tengo lumi-amigas y otras con implicación, porque cambiar y si me va mal alguna vez cambio y hasta otra.
Respeto a todos los colegas y su forma de ir de lumis, pero cada uno tenemos nuestras costumbres.
Gracias

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El Piadoso

Me pasa lo mismo, es mas de un tiempo hasta ahora ya no hago cosas nuevas y parece que me he vuelto un poco monótono y de ir a lo seguro y siempre a las mismas horas y pisos-agencias o independiente de tarifa media/alta.

Saludos.

El putero de Pavlov es tan metódico que acaba asociando todo el ritual con el placer sexual. Acaba disfrutando del trayecto, le excita escuchar el nombre de la calle, le da morbo llamar para reservar.

En la primera casa a la que fui asiduo me pedí siempre lo mismo (trinaranjus de limón) que desde entonces me parece la bebida más erótica del mundo.

Los detractores de la prostitución se horrorizan de que sea algo frio y planeado, sin espontaneidad, sin dejarse llevar y sin mirar el reloj. A mi, sin embargo, es casi lo que más me gusta.

Nunca fui impresionable, siempre he sido más o menos exigente pero esto se ha radicalizado con ser cliente. Cuando has tenido buenas experiencias y te has cepillado a mujeres jóvenes y bellas, las civiles del montón se vuelven invisibles. No tienen ningún interés.

Creo que hay lumis para todos los gustos y que no hay nada malo ni en ir solo por sexo ni en ir buscando cierta implicación y juego erótico. Lo que hay que tener claro es que esto es un servicio en el que compramos lo que queremos y ellas nos dan lo que queremos pero una vez se acaba el servicio se acabo la ilusión comprada.

Es curioso pero, si quitamos "sin mirar el reloj", creo que se podría aplicar esta descripción perfectamente a las relaciones sexuales en una pareja estable cualquiera a partir del segundo o tercer mes de relación: frías, planificadas, sin espontaneidad, sin dejarse llevar... por obligación o por rutina, reiterativas, mecánicas, desapasionadas, etc.

Hay que ver como nos engañan con el cuento del sexo.

Yo creo que es que nos hacemos mayores. Perdemos algo de chispa de cuando empezábamos en esto.

Yo al contrario suelo ir a clubs porque suelo improvisar mucho cuando me escapo. Ir a otro sitio me supone anticipar una cita, llamar para quedar, ver donde está... Y me lleva un trabajo de busqueda de información y de víctima previo. También es que es peculiaridad mía que yo nunca he ido a un piso a pedir un paseillo, siempre pienso, y sino me gusta con que jeta me voy. Ya llevo bastante tiempo sin acudir a un piso o independiente, cuando me apetece o me pilla bien me voy a un club a ver lo que hay, muchas veces me tomo la consumición y me voy sin más.

Leyendo veo que claramente si, me he acomodado, ya estoy mayor.

Una de las mayores virtudes de los clubes, sin duda. Poder ir, mirar y no sentirte obligado o precipitado a subir. Es de hecho el unico tipo de visitas que sigo practicando aunque sin llegar a apetecerme subir desde hace mucho tiempo.

Yo, la verdad, no me amoldo. Voy buscando experiencias nuevas, más tiempo o menos, probando otros rollos, inventando planes distintos. Sí que es cierto que en plan de independientes de nivel medio o medio/alto, o de pisos, y contrastadas en el foro, me tira. Pero a veces he hecho I+D y me ha salido bien. Y luego me divierte probar en clubes, con experiencias buenas y otras malas o incluso catastróficas. Me pasa cuando tengo un calentón tras comidas o celebración con alcohol. Y no me importa que esas veces no salga todo redondo. Sigo buscando, y descubriendo cosas, y chicas, y juegos,...

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"Ella sabe lo que el hombre espera sin haberlo aprendido
y él encuentra un sentido al enigma que no le dejaba existir"