| adan1975 |
18-02-2014 22:37 |
Kamila Bustamante
Una pedazo de brasileña de 1,80 cm con curvas y completa de todo. Llegué muy nervioso. quería una gran enculadora. Nada de mamadas y mover mi paquete. Quería sumisión. Y así fue. Pedí el servicio de una hora. Ella me ofreció una peli para relajar y me dio el primer beso. Yo le dije que de peli nada. Entonces empezó a masajearme la polla. Le dije que sin prisas. Nos seguimos besando, de pie. En esto que me lance hacia su polla. Mi mano la busco debajo de un trikini negro muy sugerente. Empecé a masajearlo y ella se fue directa a mi culo. Lo agarro fuertemente y de ahí me empezó a meter los dedos por el culo. Con furza. ummm que placer. "ponte a cuatro patas".-mi primera vez...pensé. Era mi fantasía.Alta de hermosas facciones. Pechos inmensos y ese miembro tan grande... "Agacha la cabeza" Yo obedecía y añadía, sí mi reina.
Me la metió despacio y hasta dentro. Empezo a bombear. De cuando en cuando se la sacaba y escupía mi agujero. de nuevo la metía. Las embestuidas eran rápidas e indoloras. La sacaba y de nuevo, vuelta a empezar. De repente me agarró por la cintura y empezó a embestir con golpes duros y secos. Al principio un golpe seco depués de varias embestidas. Poco a poco se fueron multiplicando esas embestidas secas y duras. Sentía que se metía hasta mis entrañas. Me puso boca a arriba. Abrí mis piernas institintivamente cuánto pude. Me la metió de nuevo. Mis piernas intentaron abrazar su cuerpo. No me dejo. Doblo mis rodillasque quedaron a la altura de mi boca. Acercando su cara, me susurraba "te estoy violando". Esta vez me daba embestidas una tras otras. rompiendo mi culo. <Mi polla reventaba y yo gritaba de placer. Grité hasta que pude. Pues tapó mi boca y sigió rompiendome. Cuando ya no podía mas de placer, me dijo que me haría un regalo por bien que me había portado. se sentó encima mía y empezó a masturbarse. Poco a poco fue acercando su polla a mi cara, y finalmente explotó en mi cara. Me dijo que eyaculara en sus tetas. Lo hice. Lamí mi semen. Y empezamos a besarnos. Era deliz¡cada, la delicadeza en persona. Muy dulce. Nada que ver con la pantera que había cumplido mi fantasía. Educada, graciosa, amable. Un encanto. Volveré a repetir...
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