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Hacía tiempo que la veía anunciada y al final me decidí a probar suerte. La llamé, confirmé la cita y me presenté en el piso. Es una madurita de unos 40 años, sudamericana creo (no es muy habladora) aunque no es la típica mulatita, tiene la piel clara, es rubia, rellenita, con tetas y culo grandes y algo de barriga, que en las fotos se tapa habilmente. El piso es normal, algo viejuno pero adecuado. Ella se presentó con un picardías rojo y me invitó al baño. Lavadita de rigor mientras ella preparaba la cama, le pago 40 pavos por la media hora y al lío. Me tumbo en la cama, ella se baja el picardías para enseñar las tetas, que las tiene naturales, pero el picardías se lo dejó en la cintura y estuvo casi toda la relación con él. Me hizo una mamada sin goma no muy hábil, la verdad, y al poco se puso a cabalgarme. Como decía que tenía las tetas sensibles y le molestaban al botar, enseguida pasamos a perrito. Por cierto, griego no hace. Estuvimos a perrito casi todo el tiempo. Me pareció bastante sosa y desganada, y le noté cierto olorcillo del alerón, sobre todo cuando estuvimos en misionero, al que tampoco le puso mucho interés, se movía menos que un portero de futbolín, sólo se tocaba un poco las tetas de vez en cuando y ya. Creo que la próxima vez iré a Mérida, a ver.
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