Zoe
Sé que no es una expe en toda regla, pero creo que si merece la pena contar lo que me paso con esta lumi en una fecha muy cercana. Su nombre de guerra es Zoe y su teléfono 681152658. Tenía la tarde un poco aburrida y pensé en llamarla, pues hace tiempo que me tenía intrigado y con ganas de hacerme un I+D. Y sí, teneis razón, los tiempos no están para realizar muchos I+D, con la prima de riesgo, la subida del IVA, la gasolina y el largo etc que todos sabemos y que como es lógico nos afecta sobre todo a nuestros vicios y nuestro mayor vicio son las lumis. Total la llamo a las 19:40 horas, tiene una voz muy dulce y educada y me dice: “Lo siento cariño pero a las 20:00 horas tengo un cliente, pero si quieres me llamas a las 20:10 y si no viene te acercas” . Bueno pues para otro día será, pensé. Ni me había metido en el coche cuando recibo una llamada perdida de ella, le vuelvo a llamar pensando que quizás había hablado con el siguiente y había postergado la cita. Pues no, me dice que si estoy cerca que vaya, que puede que se retrase. Me dice que esta en la Avenida Gasteiz, y cuando este en tal número que la llame y me da el piso.
Bueno, estaba cerca y tiro para allá, a las 19:50 le llamo y me dice “ya estas abajo o estas aparcando”. Ya estoy abajo, contesto y me dice ahora mismo te abro, me cuelga y no dice el piso. Un minuto esperando y cuando ya me iba, me abre pero sin decir nada. Otra vez a llamar y me dice el piso. Cojo el ascensor y llego a la puerta, no hay movimiento y estoy dos minutos en la puerta esperando que se abran los toriles, y se abren pero la de los vecinos y salen tres abuelas enjoyadas que me lanzan una mirada de : otro que viene de visita a las vecinas. Cogen el ascensor y a continuación cojo yo el otro, cuando estoy bajando me vuelve a llamar que donde estoy. Sé que en ese momento tendría que haber acabado con esta aventura, pero siempre hay algo que te motiva a descubrir algo bueno. Otra vez para arriba y cuando llego le llamo directamente a la puerta, me recibe de calle, supongo que recién llegada con un pantalón corto y un short, puede ser la de las fotos pero hace unos años, de cara no es fea pero tiene unas labios excesivos para mi gusto. Entre 35-40 años, ahora esta rubia (no como las fotos) y con unas uñas largas y de color azul (me llamo la atención).
Ay señor, por fin estoy dentro, acabaría allí mi aventura , pues no. El piso es un dúplex, con unas escaleras que suben a los dormitorios. Me abre, entro y a los pocos segundos de estar con ella y darle dos besos, se escucha que arriba se abre una puerta y que empiezan a bajar otra lumi y un cliente. Me coge por el brazo y me mete en la cocina, allí hay una pizza empezada y dos cacerolas con lentejas y patatas con chorizo. Me dice que no le había dado tiempo a comer y se había comido mientras yo subía un plato de lentejas (mejor mientras espera en la puerta de entrada), pero que lo que le gustaba de verdad eran las patatas a la riojana que preparaba muy bien su compañera. Cuando estábamos en estos momentos tan íntimos en la cocina y cuando parecía que “el de las escaleras se había ido” y por fin podríamos empezar hablar de nuestro tema, suena el móvil que tiene en el pantalón corto, son las 20:00 horas. “Si cariño, ya estás aquí”. Le dijo por abajo que no hay problema que yo me voy, ya habrá otro día con más suerte. Sigue Zoe con el del otro lado del teléfono. “Es que no llegue todavía a casa, estoy al lado en una bar y ahora subiré” “Que tú también estás en el bar que hay al lado de mi piso, pues date una vuelta de cinco minutos para que yo suba y no nos encontremos con los vecinos, me lamas y te abró”. Para finalizar y antes de irme del piso me dice que le haga el favor de abrirle una lata de cerveza, que con las uñas largas y azules no puede. Cuando la abro al lado de la puerta, sale la cerveza con fuerza y cae algo al suelo y parte a mí. Estaba claro que no era mi día, me fui a casa y no intente en el resto de la noche hacer nada más.
Yo ya sólo pensaba en salir de allí, analizar todo lo que me paso en veinte minutos y tomarme una cerveza para recuperar el sentido y llegar a la conclusión que tantas cosas no pueden pasar sin estar gafado.
En definitiva, tenía ganas de conocerla pero no pudo ser, ni será porque se me han quitado las ganas. Zoe es madurita, no esta mal físicamente pero es un desastre con su agenda, no me parece muy seria. En su servicio me quede con las ganas de poder contaros una buena experiencia, la verdad que iba mentalizado que iba a tener una buena sesión. Otra vez será.
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