Hola foreros. Acabo de contestar a donseco, bueno, esta mañana, que tiene problemas con el callejero de Puertollano, y eso me da pie a contaros la segunda parte de mi relato en el que estaba sólo a las duras y los aciagos (como decían los antiguos, o mi abuelo, sin ir más lejos, al que daba gusto oírle narrar sus vivencias o sus pensamientos) se sucedían procesionalmente. Pero no hay mal que cien años dure... (ni cuerpo que lo resista, todos calvos) y eso me salvó el día.

Estaba en el momento en que, después de marrar con Elena y Lorena, que ya es mucho de por sí, y sin más preámbulos, que los tenéis en el relato anterior sobre Elena, como dice Fer Calamaro, estando con Alicia, cagué y me fui. A eso se resume mi estancia con ella que, de veras, no se merece por su cuerpecito menudo y su figura bien proporcionada y porque ella no tiene culpa que el aire acondicionado esté estropeado o de que el que sí funciona tenga debajo un sofá que también está estropeado (y además, con mi volumen, que por muy fuerte que esté, soy una persona gruesa, por decirlo finamente, no era cuestión de hacer probaturas y acabar desbaratando lo que aparentaba sostenerse a duras penas (Ya tenía bastante por ese día y creo que Sara tuvo en cuenta el posible desenlace).

Pero yo no me doy por vencido así como así, soy demasiado polemista y cabezón, aparte de llevar las neuronas y la libido fuera de toda contención. Y me viene a la cabeza Sofía, bueno, me viene a la cabeza... la tenía dentro de mí desde que vi sus fotos en mundo anuncio ([Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ])
-perdonadme si no sé poner bien el Link, me he limitado a copiar y pegar, estoy seguro que con el tiempo y la ayuda de los magníficos veteranos que nos deleitan y ayudan y el resto de los foreros podré daros algo más rico visual y prácticamente.

No lo dudo un instante, me pongo en contacto con ella y lo primero que le pregunto es si, de verdad, las fotos son suyas... Y es que - dirigíos al Link que os he puesto - ¿acaso se puede ser más bella? De pies a cabeza es una proporción dirigida directamente al deseo: la primera foto, un remedo de cómo me encontré por primera vez con Laura, para dejarte sin palabras; esos hombros dulces que te llevan sin remisión, a través de esos brazos acaramelados a esas manos pequeñas que te conducen hacia donde se encamina tu pasión. Esas manos que te muestran que sólo necesitas mirarla para que deje deslizar la prenda que deja entrever toda la hermosura que enciende tu fuego ya permanente. Y ese ombligo, otro hoyo de placer, que quizás por ello las mujeres se hacen destacar con pedrerías y metales para llamar la atención de que es un punto que no se debe dejar pasar ni de disfrutar. Es el vínculo a la vida y, por ello estás irrigado por conexiones que van más allá del cerebro. No os lo dejéis nunca, vale la pena emplear su tiempo antes de llegar al pozo de nuestra enajenación donde los perfumes y la complejidad resuelven la cantidad de oportunidades que nos da.

Y esto me lleva a la segunda foto, es para darte algo: y salvo la composición, magnífica, de su pelo bien negro confundiéndose con el fondo gris marengo, los guantes de noche Hilda, éstos rojos a juego con el resto del conjunto, ya de por sí sugerentes, sin dejarnos llevar de la famosa escena en que Rita Hayworth, hecha una diosa al sentirse la atracción de todo el que la admira, se desnuda ante las miradas, con gusto, provocación y placer, con sólo quitárselos; resaltan ese torso de senos perfectos con una areola ajustada que permite extender el placer desde un pezón abotonado listo para aceptar todo tipo de volutas táctiles. El gesto tenso, estirando levemente el collar de casi no soportar tantas ganas de seducir y entregarse no sólo a las miradas. ¡Oh! ¡cuánta voluptuosidad!, pero no acaba ahí, ¿cómo no encenderse con esas caderas potentes como todo ese cuerpo, esos muslos, esos hombros, ese cuello y esas piernas?

Claro, va a más, porque dos tenues hilos rojos soportan la levedad de un tanga calado que cubre, dejando adivinar un pubis depilado del todo o casi, que gusta de una manera o de otra, imaginando deleites y suspiros. ¡Qué acierto de composición! porque la filigrana de la pulsera entona adecuadamente con la del velo púbico, y en su tono dorado, no plateado, no desvía la atención del foco idílico a donde nos abismamos apasionadamente. Foco de amor, de entrega absoluta, del que nos es imposible desviarnos, avocados por esa flecha que nos lo indica. Vértices, el nuestro, de una cabeza hinchada con plieges de acoplamiento y el suyo con más pliegues aún, como sábanas, para cubrir con calidez el secular principio de hospedaje.


Pero todo esto sólo estaba en mi mente. La realidad me hacía chocar con otras cuestiones, prosaicas pero, en ese momento, a tener en cuenta: casi 40 grados a la sombra y el trayecto debo hacerlo en moto. El apremio es de vértigo pero el carro de Helios escupe auténtico fuego; no me va a dejar pasar sin cobrarse su tributo y contando con el que debo dar luego, pergeño que el pago puede resultar excesivo (en una auténtica operación I+D, nunca se puede asegurar el resultado final). La prudencia me guía y resuelvo darme un tiempo de respiro. ¿Pero quién respira con esta desazón?


A las 8:30 estoy en camino, he salido media hora más tarde de lo que le he dicho a Sofía; me da repelús salir a abrasarme; voy todo lo más deshabillé que puedo, el aire caliente, a esta hora de estertor de la tarde, ha amainado su fogosidad y más que abrasar me enciende, a ello le acompaña la visión de la basta llanura manchega que cabalgando mi hierro me hace sentir lleno, por todo lo que me exalta, sintiendo mi piel abrazada por ese aire caliente y el objetivo que me anima. Me ha dado la dirección: - Calle de Pablo Neruda. Hay un aparcamiento de motos justo al lado y una cabina de teléfono un poco más allá, en la plaza. Al igual que me ha confirmado la realidad de las fotos y su criterio de que nunca se debe engañar, en contra del criterio de muchas compañeras suyas que argumentan que una vez que hemos llegado ya no nos vamos y aceptamos lo que se nos muestra, como irremediable. Ni ella ni yo estamos de acuerdo con ello. Piensa, como yo, que el hecho de sentirnos engañados puede frustrar un relación que hubiera podido ser óptima. El gato por liebre no funciona. Luego me lo relató con más detalle.


No se hace larga la singladura por el mar de la llanura manchega, el acicate del encuentro con una mujer soberbia es suficiente para fantasear durante el recorrido, sus pechos, esos botones que lo adornan, esos muslos turgentes capaces de apretar hasta asfixiar o retener la sangre de un miembro
acoplado, obligado a permanecer hasta que se le dé permiso. Y ese sexo... locura, puta locura a la que luego mencionaré.


He llegado y con una pregunta a tiempo no he tenido dificultad alguna de encontrar el nido amoroso. Ya sólo falta una llamada y saber el piso y la puerta correspondiente. Llamada, voz dulce de la panameña y me deshago de placer con su susurro. Estoy a 60 metros del clímax (perdonad, una observación: no os equivoquéis de timbre, aunque los letreros del portero automático se prestan a que se produzcan, y ciertamente es fácil; si los miráis con detenimiento veréis el porqué) . Y no es para menos porque una chica bien joven de 1,68 de altura, con tacones que la hacen más estilizada y esbelta de lo que ya es, te abre la puerta con una sonrisa y un beso de bienvenida. ¡Guau!, no hay sorpresas; bueno, sí, porque siempre se teme lo peor, es preciosa, tiene un cuerpo para adorar y un culo tan perfecto, tan en consonancia con esas caderas de las fotos que no nos han dejado ver esa parte de su anatomía tan apetecible. Y que también está disponible. Ya me había puesto al corriente de las tarifas: empiezan desde 30 euros 15 min, 40 e. 20 min. 50 media hora, y fuera de mi previo presupuesto acuerdo 70 por tres cuartos de hora, sin ningún tipo de chalaneo.


Pero lo primero es ponerme adecuadamente, le pregunto por el cuarto de baño, muy pequeñito, que da a un patio interior también pequeño, un bañera que se ajusta más a un polibán, con tres mamparas estrechas que la cierran, con las que me estuve chocando permanentemente mientras me duchaba a conciencia (Ni pensar posibles juegos amorosos en aquel hueco.) Olí las esencias que allí se mostraban, una de un cierto olor a coco que resultaba muy sugerente y atractiva por no ser empalagosa ni excesiva como otra de ese cariz que alli estaba con su multiplicidad de olores naturales de fresas nardos y demás, de una intensidad agobiante. Me decanté por una suave, de olor muy genérico a limpio, sin estridencias.
Ya estoy casi terminando cuando ella y su precioso tanga se presentan a llevarme una toalla limpia de baño, que aún así no me agrada su olor, y me seco con la de aseo que tiene un olor a piel fresca que me embarga. No es momento de desfallecer. Salgo y me conduce a una habitación con una cama bien amplia, quizás 1,50, pero empequeñecida por el exceso de mobiliario, un armario grande en su lado izquierdo y una cómoda de estilo antiguo por sus decorados, tambien de tamaño generoso, dejando un estrecho paso a ambos lados y un fondo bien amplio, desguarnecido rematado en cortinas altas y grandes que no dejan pasar la luz, pero hay suficiente iluminación para ver todo lo que tan perfecta anfitriona te ofrece.


Y aquí empieza la ensoñación, en el estrecho pasillo, yo mirando hacia el cabecero de espaldas a un potente ventilador grande, de pie, igual que nosotros pero Sofía besándome a su altura, besos para despertar la sensibilidad, continúa generosa con mi boca, su lengua me la da sin escatimar hasta dónde se puede llegar, aunque no fueran apasionados eran realmente con lenguas en pugna por dar y recibir placer, yo participaba en la misma medida pero no era cuestión de quedarse allí, nos comemos a besos el uno al otro, es intenso con un fragor de respiraciones entrecortadas por el deseo, y en esto que me desnuda de la única prenda que me había dejado y continúa recorriendo mi cuerpo con besos y toque largos o cortos de lengua hasta la piernas, entreteniéndose por donde sabe que está la sensibilidad humana. Hace el recorrido inverso, se deshace del sujetador y se muestra orgullosa de sus posesiones, naturaleza viva que exhibe enhiesta sus pezones sin artificio alguno. Se aprieta a mí y me masajea con ellos besándome. Es el delirio, todo mi cuerpo está receptivo desglosando cada secuencia de sus caricias, de sus besos. Ella lleva la voz cantante y yo me dejo llevar, no hay pausas y a veces sólo puedo besar sus hombros, enjugar su pelo y masajear sus preciosas tetas, si me inclino hasta donde puedo en actitud de adoración, porque ella no para de tomarme como una posesión.


Pierdo la noción del tiempo y así perdido me dice que me tumbe, no sé si quiere que me ponga contra el colchón o mirándola a ella. Estoy en sus manos. Y una vez que se ha despojado, a su vez, de su única prenda, se riega generosamente el sexo y pone mi mano derecha en él, invitación que acepto con un masaje de menos a más, recorriendo sus labios, frotando arriba y abajo alrededor de su clítoris sin llegar a él. Me parece que estoy interpretando una sinfonía como la que me despliega. Me chupa los huevos, ¿o me los moja? no sé, porque la sensaciones empiezan a confundírseme, y yo me empiezo a abrirme camino con los dedos, primero uno, luego dos y finalmente tres a por ese agujero que gorjea o chapotea, me recuerda el sonido de las escenas de squirt; aumento la intensidad frotando sus cavidades por dentro, haciendo hincapié en el centro de mismo, noto su interior al que me entrego y al que trato de acariciar en distintos puntos. Ella no me deja ni respirar, se ha liado a conciencia con mi sexo y más parece una pelea de gallos que un encuentro amoroso. Desisto de la postura que me permite llegar a todo su interior para combinar mis dedos en el culo, el clítoris y la vagina, hago distintas combinaciones hasta que me encuentro controlando los dos agujeros y el botoncillo que también la hacen enloquecer a su vez. Yo me estoy dando al máximo y ella se me ha entregado con lujuria; ¿vale la pena seguir conteniéndose? Me desato, me dejo llevar por sus jadeos cada vez más intensos y trato de acompasarme al punto en que ella no pueda más y se entregue, ¿pero quién primero? Ella no va a desistir has ta que yo me vaya y yo quiero que también me lo dé, esto es un frenesí, no hay remedio, ¡a muerte! Y se cumple el clímax esperado, cansancio, sudor, que no es sólo mío, jadeo, estremecimientos sin causa aparente, no le he indicado nada porque no puedo decir nada. Ella se repone antes que yo y así se lo comento, sin apenas hilo de voz ni resuello. Se echa encima de mi sin moverse, yo la abrazo con intensidad, queriendo sentirla y que me sienta. Un abrazo es como sentirse acogido por todo aquello que te falta y a uno, y a ellas especialmente, nos llena esa expresión de acogimiento.


Ya repuesto, si es que ello es posible, me deleito acariciándola suavemente y empezamos a charlar interesándonos el uno por el otro. Le comento si quiere que hable de ella en este foro, no hay inconveniente alguno, salvando, por supuesto, la consabida prudencia en ciertos datos. Y en eso me entretengo un rato para daros cumplida información: el griego lleva un suplemento, que no comparte a medias con la dueña del piso, por lo que queda fuera de tarifa, ya sabéis. Por lo demás, acepta propuestas, sin que ellas supongan malos o desagradables comportamientos hacia ella. Siempre que el trato sea correcto vale todo. Hablamos de un foro, .com, en Huelva, (no he conseguido verla en ese foro, soy parco en estos manejos, pero sí de un forero de Spalumi que le da un ocho, aunque no esté de acuerdo, porque es de diez) donde ha estado anteriormente con éxito, por las críticas del mismo y los comentarios de la gente que ha repetido con ella. Ya os comenté de ella sobre su sinceridad. Tiene lo que tiene, ni más ni menos; -No soy una tetona, con pechos grandes, ni soy entrada en carnes, hay personas a las que esas constituciones les gusta porque cada cosa tiene su morbo (con estas palabras) y se puede disfrutar de una manera o de otra según cada uno. Pero yo no miento por atraer a una persona. Lo que tengo lo muestro aquí y en los anuncios y lo doy con generosidad, para la gente que viene con ganas de ser agradada, y que yo trato de que se vayan contentos. Un mensaje bien explícito de intenciones.


Sólo me queda añadir algunos detalles que me parecen interesantes: su nariz pequeñita, bien formada, sin ser chata, con sus diminutos orificios, sus orejitas bien pegadas a las sienes como pequeñas caracolas, una delicia para perderse entre tanto recoveco, una boca carnosa que permite desplegar unos dientes bien regulares y blancos y unos ojos grandes, oscuros enmarcados con unas ojeras naturales que le dan ese aire de pakistaní al estilo de Benazir Bhutto, a algunos este detalle les puede parecer que afea sus bellos rasgos, pero se equivocarán si pretenden desgajarlo del conjunto, pues es lo que da profundidad a sus ojos. Y puedo seguir con sus muñecas, sus pies, su nuca... pero os lo dejo para que os recreeís y descubráis por vosotros mismos tanta belleza como se os despliega. Que lo disfrutéis. Un saludo.

Acabo de llegar, día de fiestecilla tranquila , he visto a Jose Tomas - ni fu ni fa- y a la pantoja no la he visto. He leido los seis primeros parrafos de tu relato, y dejo el nudo y el desenlace para mañana; yo para escribir tanto necesitaría dos meses.
Intuyo, que te viniste contento, con cariño ...
Salud.

Telefono: 678 855 217

Fotos:

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Socio Fundador y Presidente de la AIPOS - Asociación Internacional de Puteros Orgullosos de Serlo
y Miembro de Honor de "Puteros sin Fronteras"

"La vida es como una novela, no importa que sea larga, sino que esté bien narrada" Lucio Anneo Séneca
"Que no nos cierren el bar de la esquina" J.R.M.Sabina
"Yo soy un pirata bueno" Ramón Melendi Espina

Buenas madrugadas, muy bueno NND, terminé de leer tu relato hace unos días y tenía pendiente este comentario.
Buen estilo una mezcla entre Perez Galdós y Almudena Grandes , cuando empezaba, Ay! aquellas edaes de lulu... Pues que me ha gustado bastante y que me ha puesto tambiem cachondo ( tras varios días sin meter)...
Si señor, cada cual a su forma y a su modo.
Con cariño.
Salud.

Hola foreros, de nuevo con vosotros, pero para pediros que contéis vuestra experiencia , aunque sea un escueto muy bien, un pcha, fatal o yo qué sé, pero decid algo.

Este hilo se abrió con mi experiencia; tengo sabido que habéis pasado por allí muchos foreros y no hay más comentario que el mío. Comprendo que si hubiera suficientes como para decir ¿y qué más añado, si lo han dicho montones de veces y de distintas maneras? no os moviese a dar una información; porque de eso se trata, de aportar vuestra información, no de hacer literatura o poesía, bueno, si es así, pues mejor; pero lo importante es vuestra experiencia, contada someramente o como queráis.

Ánimo foreros, yo y todos estamos interesadísimos en saber cómo os ha ido. No seáis sólo chupópteros y dadnos un poco de vosotros que, por muy poco que sea, siempre es mucho. Un saludo.