Paja con doble visión

Gilhooley · #1 29-04-2016, 20:12

VISIÓN I

Una vez más había decidido alquilar unos minutos de placer con Ana. Me la había recomendado hacía unos meses un colega de hábitos en la certeza de que, conociendo mis gustos, me iba a encantar dado su espectacular y curvilíneo físico. Sin embargo, debo reconocer que, a pesar de su indudable atractivo físico, desde el primer momento me sedujo su sincera simpatía y su saber estar en todo momento. Al principio me sentía un poco acomplejado comparando mi físico ya caduco con su atrayente y rubia lozanía pero una vez que se quitaba sus taconazos parecía que el mundo cambiaba y Ana se hacía accesible. La llamé para quedar con la habitual anticipación y concreción por mi parte, lo cual no parecía molestarle.

De los sucesivos encuentros que habíamos tenido habíamos conseguido un cierto feeling y libertad para pedir lo que nos podía apetecer a cada uno en cada momento. Ese día no habíamos acabado del habitual e impresionante morreo inicial se me ocurrió decirle al oído que quería que me hiciera una paja, a lo que ella contestó con un “vale” pleno de complicidad y sin aparentar sorpresa alguna. En escasos segundos me había bajado los pantalones y me estaba tocando la polla por encima del calzoncillo al tiempo que me susurraba al oído las provocaciones que sabía que me gustaban. Empezó pasándome la palma de la mano por toda ella que empezaba a crecer y posteriormente a acariciarme con sus uñas lo cual acercó la erección a su culmen. Metió las manos por debajo llegando hasta tocarme los huevos. Haciendo uso de esos dedos me arrancó prácticamente el calzoncillo al tiempo que miraba con esa mirada de deseo que tan bien conocía y que me ponía a cien.

En escasos instantes me había quitado toda la ropa y me había tumbado al borde de la cama. Ella se quitó lenta y provocativamente el body negro que llevaba, mostrando su espectacular y curvilíneo cuerpo, y diciéndome de forma retadora: ¡A ver lo que aguantas que no he desayunado todavía! Se puso de rodillas al borde la cama y me cogió la polla mirándola con una mirada llena de provocación. Al mismo tiempo que me masajeaba la polla de arriba abajo pasaba la lengua por el glande que cada vez se ponía más brillante y explosivo lamiéndome hasta los huevos y el perineo. El manoseo cada vez era más fuerte y rítmico. En un momento dado me la cogió con las dos manos dándome unos chupones tremendos a la punta de la polla. Ella parecía estar también excitada y sin dejar de meneármela se empezó a tocar su coño sintiendo en pocos segundos su peculiar y excitante chapoteo.

Con su gran experiencia, Ana debió intuir que iba a aguantar poco y me dijo: córrete cuando quieras …quiero toda tu leche en mi cara. Acercó su cara a mi polla sin dejar de tocarla en el momento que exploté llenándola de semen gran parte de su cara. Ana no se limpió y sacando la lengua introdujo en su boca gran parte de él. La abrió enseñándomela y me dijo: es la primera vez que tengo un desayuno semejante, al tiempo que se tragaba todo…

Finalmente, y sin quitarse los restos de semen de la cara, me dijo: quiero que seas mi servilleta. Y se acercó a besarme restregando por mi boca todos los restos de una paja maravillosa.
De vuelta a casa y, como siempre me pasa después de una experiencia sexual espléndida, decidí escribir sobre esos momentos con Ana sin imaginar tan siquiera sus pensamientos.

VISIÓN II

Había aprovechado la primera hora de la mañana para hacerme la manicura mientras me peinaban. Ahora, relajada, me observaba las uñas recién pintadas, perfectas, brillantes, intentando dilucidar si cogía el teléfono o lo dejaba sonar y ya devolvería luego la llamada.
Me alegré enseguida de haber descolgado al tiempo. ¿Ana? Era Luis. Le noté la voz ansiosa, como cada vez. A pesar de ser cliente mío desde hacia tiempo seguía poniéndose nervioso cuando me llamaba. Eso siempre me hacia sonreír. Me producida muchísima ternura.

Luis venia de manera periódica. El no lo sabía pero yo le intuía. Sentía que de alguna manera estábamos conectados. Me había levantado pensando en él... Mi sexo le reclamaba....antes de colgar noté la humedad en mi clítoris con un leve espasmo de placer.

En cinco minutos estaba en mi apartamento y me duché sin entretenerme a desayunar. Con la destreza que te otorgan los gestos cotidianos, en un movimiento rápido me recogí mi larga melena evitando así que el agua me arruinara el peinado. Caliente, caía en cascada entre mis piernas, me arquee cerrando los muslos en un impulso placentero, con la respiración agitada me enjaboné minuciosamente resistiendo la tentación de masturbarme. Estaba excitadísima, me aplique el chorro usando la alcachofa, aprisionándola con la parte alta de los muslos. Deje que el agua masajeara con fuerza el botón carnoso. Sentía que podía correrme en cualquier momento y decidí alargar la espera, saboreando y alimentando la intensidad del próximo orgasmo que ya intuía en el cercano encuentro.

Me puse la colonia que sabia le gustaba... Unas gotas en el cuello, una gotita en el escote y una gota final sobre el sexo.
Acaba de ponerme el body negro de encaje que a él le excitaba tanto, le tuve que abrir sin pintar porque llego antes de su hora, eso era algo que normalmente me ponía de mal humor, pero Luis era uno de mis consentidos...antes de abrir me calcé rápidamente los zapatos negros de tacón altísimos y finos que siempre dejo al lado de la puerta.
Me miré un instante en el espejo del recibidor y me gusto la imagen que veía. El algodón finísimo de la lencería se pegaba como una segunda piel, el dibujo de encaje en el pecho permitía que se trasparentasen los pezones rosados, el pecho, firme y generoso amenazaba con desbordarse, en un gesto de infantil pudor me subí el tejido tapándome algo el escote.
Los zapatos carísimos y nuevos coronaban mis pies potenciando mi estatura...me di un rápido aprobado y voltee la puerta para permitirle el paso.

Con un hola y una sonrisa de complicidad comencé a besarle allí mismo. Le besé como hacía casi siempre, sabía que le gustaba que loenalteciera así, nada más entrar, recorriendo su boca con mi lengua, buscando su cuerpo con mi cuerpo, frente a frente a través de la ropa.
Hundí un instante mi nariz en su cuello, aspirando su aroma. Me gustaba su olor. No era especialmente guapo, de hecho no era guapo. Cincuentón, con unos kilitos de más. Una incipiente calvicie amenazaba su ego desde hacia tiempo, pero tenía algo que me ponía, no sé, su olor, es forma suya de vestir tan clásica y esas manos regordetas y calientes superdotadas en dulzura.

Con los tacones puestos le sacaba casi la cabeza. El resultado era que su boca quedaba a la altura de mis pezones. Goloso, los mordisqueó ligeramente por encima del tejido, le agarré la cabeza con las dos manos para que no retirara su boca. "Sigue" le exigí, y Luis obedeció diligentemente.

Le quité el abrigo en un rápido movimiento y lo colgué en el perchero de la entrada. Después en un lascivo y estudiado gesto adelantando la pelvis ofreciendo mi pubis, cuando alzó la mano derecha para tocarlo le retuve con una sonrisa y le insté a quitarse el traje.

Chasqueé los dedos como si tuviera prisa. Dominándole. Noté su sorpresa. Normalmente todos nuestros encuentros se habían desarrollados dentro de un marco de mas dulzura, menos urgentes, menos exigentes, pero hoy la excitación previa me hacia desearle con una intensidad inusitada y me sentía más sexual que sensual. Quería caña…

Supongo que para igualar mi tono autoritario y medirse conmigo se quitó lentamente la chaqueta mientras pensaba qué hacer. Sonriendo se acercó. Me puso una mano en la nuca, con firmeza y susurrando me dijo: "hoy quiero que me hagas una paja".
Me excitó su tono. Me gustó que entrara en el juego y sobre todo me encantó la posibilidad de manejar y dominar su juguete.

"Vale" le dije divertida.

Con las uñas recorrí su polla por encima del calzoncillo. Apretando un poco más le dije con autoridad que la quería grande y dura. Mirándole a los ojos y sin dejar de recorrer su polla cada vez con más intensidad le dije bajando el tono y arrastrando un poco las palabras que la quería caliente y que quería sentir como crecía hasta que la piel no diese más de sí. Me apetecía verla tan tensa que no quedara más remedio que metérmela en la boca para ensalivarla lentamente.

Le oí gemir y eso me excitó un poco más. Le arranqué prácticamente el calzoncillo y seguí acariciando la verga inhiesta ya, recorriendo las venas marcadas que le daban un aspecto nudoso. Paseé las uñas por los huevos apretando apenas. No llegué a bombearla. La sentía crecer en la palma de mi mano. Palpitaba. Metí mi dedo índice en su boca y después mojado con su saliva lo paseé haciendo circulitos lentos por el glande rojo y brillante que ya me hacia los honores.

Me quité el body para estar tan desnuda como él. Solo me dejé los zapatos. Retándole, le dije con como si fuera una travesura " A ver lo que me aguantas que hoy no he desayunado todavía".

Dediqué unos instantes a pasar la lengua tranquila por su polla. Arriba, abajo, lamiendo sus huevos y vuelta a subir, lentamente, excitándole , disfrutando de mi propia humedad, apretando los muslos, paladeando su glande caliente , sintiendo mi clítoris arder y escuchándole gemir. Comencé a tocarme.
Acompasé los vaivenes de las dos manos, la derecha en su sexo, la izquierda en el mío. Metía su polla entera dentro de mi boca. Chupar esa cabeza jugosa me estaba volviendo loca. Oleadas de placer se enroscaban en mi vientre mientras imprimía más presión a sus genitales. Succionándosela entera y sin dejar de tocarme supe por su respiración que estaba a punto de correrse. Le absorbía apretando los labios y cuando su respiración exaltada me indico que se corría me acaricié con más firmeza hundiendo dos dedos en mi interior.
A las puertas de mi orgasmo retiré la boca y bombeando solo con la mano, dejando mi cara a la altura de su miembro le dije con voz ronca "córrete cuando quieras , quiero toda tu leche en mi cara".

Explotó como me esperaba, con un chorro potente y viscoso que me regó la cara en oleadas calientes y que me catapulto a mi propio orgasmo.
Me corrí mirándole, ahogando un grito, arqueada sobre su cintura y mientras los últimos espasmos de placer no habían desaparecido aún me pase la lengua atrapando la lefa que no había acertado a entrar en mi boca, tragué y me incorpore diciéndole " quiero que seas mi servilleta" y me levanté besándole, restregándole los restos de una paja maravillosa.

slaveman · #2 02-05-2016, 11:11

Original manera de presentarlo, mola

cyranodemadrid · #3 05-05-2016, 16:07

Muy bueno y excitante relato.
Sobre todo la parte de la Visión II. Has sabido darle un enfoque diferente, hasta femenino, diría yo, con eso de tacones altísimos en zapato carísimo. Efectivamente parece escrito por dos personas.
Enhorabuena.
¡Ah! Ya nos darás los datos de la susodicha. Que a mí me ha puesto

Gilhooley · #4 08-05-2016, 20:36

Muchas gracias Cyrano por tu opinión. La verdad es que al final uno no sabe qué es lo mejor en los relatos, si la imaginación que los genera, o las realidades que pueden provocar.

Quijoblanco · #5 29-05-2016, 13:33

Original, sensual, erótico, excitante y digno de ser sólo el primero de otros sucesivos.
Los esperamos con interés.

AntonioSexNavas · #6 19-12-2016, 16:01

Muy bueno! esa doble visión que a veces se nos pasa por alto, pero que es igual de morbosa o más! enhorabuena!

Yeruti Masajes&Relax · #7 28-03-2017, 12:34

Hola Gilh! Aunque no diga nada que sepas que me encanta leer todos tus obras !! Aunque tenga poco tiempo libre jeje!! Besos

Gilhooley · #8 08-04-2017, 00:47

Gracias Alex, pero mis relatos no pueden ser calificados como obras...Me gustaría que las criticases y que incluso me dieses alguna idea...

JayMC · #9 21-04-2017, 12:40

Mis felicidades, muy buen relato, esperando a que haya más!!!

Paja con doble visión

No llegan a obras...