En el autobus de la pista

hector1 · #1 02-04-2016, 12:08

Puff, otro viaje de trabajo. Estoy cansado y estresado. Necesito una semana de descanso. Bueno, falta poco para las vacaciones veraniegas. En fin, Facturé mi equipaje y, tras un paseo por las tiendas de chucherias del aeropuerto, accedi hacia la puerta de embarque. En los minutos de espera, me siento, abro el portatil, divago por internet, y al levantar la vista me quedo petripificado ante la hembra que tengo delante de mi: una mujer de unos treinta y tantos, morena de melena lisa y larga, con gafas de sol, un vestido vaporoso blanco ajustado, con las largas y bien contorneadas piernas cruzadas, coronadas con una sandalias de aguja, de esas de tiras negras que dejan ver perfectamente los pies de uñas pintadas de rojo sangre. A su lado un hombre, que por la cara de aburrimiento y mirada vacía, al cual ella se dirijía constantemente en tono aburrido debía ser el marido. Y a su otro lado dos zagales, una niña de unos 12 años, con cara pizpireta, dandole fogosamente al movil, y un chavalin de unos 8 años, con cara de granuja, que no para de decirla cosas y hacerla funcir el ceño. En conjunto, una tía buena con cara de mala hostia rodeada de su familia.

Yo hace semanas que no mojo acosado por el trabajo, y mientras sigo divagando en mi portatil no puuedo dejar de dirigir miradas furtivas a la tía, cada vez que veo esas sandalias rellenadas por esos pies y esos tobillos me recorre algo por el cuerpo que me hace sentir incómodo.

El momento de embarcar. No hay finger y hay que bajar hasta la pista para tomar un autobús. Entramos en él en tropel; la familia se pone de pié a un lado de la zona de las puertas y yo me situo cerca de ellos, mejor dicho, cerca de la tía. No paran de entrar pasajeros y aquello se pone de bote en bote. Yo me veo impelido por diferentes fuerza sexternas hacia la mujer. Hasta tal punto que me quedos situado a su espalda, con mi cuerpo a escasos centímetors de su espalda. Entran algunos pasajeros mas y al final todos los que estábamos de pie estams practicamente pegados unos a otros, asi que los mencionados centimetros se quedan reducidos a cero. El autobus arranca. En el tirón que da mi bragueta sufre un restregón por el trasera de la mujer. Los niños a su lado, el chaval me empieza a mirar con curiosidad. El padre sigue con la mirada perdida en la pista que aparece a través de una ventanilla. El autobús se mueve, y mis bajos se trestrigan con los vaivenes por el culo de la tia. Yo miro de reojo al crio, a ver este que ve. ¿Por qué no me quita la mirada de encima?. Mi cara está a escasos milímetros de la melena de la madre, huele bien, a fresco, a crema perfumada tras el champú.

Me estoy empezando a pooner duro, y a sentir bien. De repente el autobús se para, hace algode calor. Yo a pesar de que no hay movimientos, sigo masajeandomela contra le culo de la tia, ella a su vez empeizo a notar que empieza a mover ligeramente sus nalgas con un movimiento de arriba a abajo, como si abriera y cerrara el ano, contra mi paquete ya claramente abultado, a la vez que exclama: ¡Uff, que calor!. El marido la mira poor un instante. El niño no para de mirame, a pesar de que por fortuna el aángulo no le daja ver la posición de mi paquete respecto al culo de la mujer. A mi me empiieza a subr un calor, que me hace sudar. Noto que subrepticimente la morena a bajado la mano que tiene libre, (la otra va asida a la barra del techo del autobus), y la pone cerca de mi bragueta. La empieza a mover rozándome como el que no quiere la cosa.

Mienntras el conductor habla por radio: no encuentra el avión. Joder, y yo en estas. Empiezo con mi mano libre a pasarla como el que noquiere la cosa por el culo de la tia, por fuera, a traves del vestido. Noto el borde de encaje de la braga. Entonces, ante la insistencia del masaje que la tia me está dando a la entrpeirna, decido jugármela. La meto la mano por debajo de la falda y la empeizo a sobar el culo. Noto quee la tia se aprieta mas a mi y me empieza a apretar suavemente el escroto. No puedo mas, y decido jugármela, me bajo la cremallera de la bragueta y la coloco mi polla contra sus nalgas. Ella jadea un poco, el marido la dice: “si, hace demasiado calor en este autobus”. Algun pasajero empieza a bromear con que hemos perdido el avión. El conductor sigue perguntando por radio. Entonces yo la muevo el slip de la braga a un lado y la empeizo a pasar mi pene por la raja que separa ambas nalgas. Ella gime un poquito. La niña se vuelve, y la dice: mamá, ¿qué te pasa?, ¿te molesta el calor?. Y sigue mirando al movil. Yo estoy a ountoo de reventar, tengo mi cara pegada contra su fresco y sedoso pelo, Que bien huele. Ella me mete la mano por el hueco de la bragueta y me acaricia los huevos. Entonces yo penetro mas el glande por entre las posaderas y noto el orificio de su culo. Empiezo a escarbar mientras la sobo las nalgas. Una corriente me recorre todo el cuerpo, estoy sudando. La miro de perfil que guapa es, que buena está lastima no poder sobrala las tetas tambien. Hago mas presión, mi pene parece que puede con su ano, está entrando por él. Yo respiro hondo con mi abdomen paa relajarme y no fastidiarla. Sigo apretando, joder, que buena está, que culo, que piernas, y mi polla ya ha entrado en dos tercios por su ano. Entonces, empiezo como un poseso a hacer la biela. Ella gime, el marido la mira. ¿Quieres que bajemos? ¡Estas muy sofocada!. Ella niega con un movimiento de cabeza. Yo ya la he penetrado el culo, la bombeo, lentamente, noto el cuello de mi glande como es abrazado mas y menos, con ese caliente y humedo tubo, cuyo borde tropieza suavemente con la cabeza de mi pene en cada sacudida. Es una sensación suprema. De repente noto que la tia se está coorriendo, me está poniendo el pantalón perdido, es un goteo continuo. Yo la ponngo la mano sobre el bajo de su coño, y la noto empapapada. Entonces no puuedo mas, y estallo, pero en el momento en que mi leche la va a fluir por el ano....El conductor abre las puerta. El avión estaba allí. Me meto la polla dentro del pantalón de una sacudida, pero la pierna de la tia está empapada de un liquido blanco, y mis zapatos mojados de algo pegajoso e incoloro. El niño nos mirá y dice: “Mamá por qué este señor y tu estais mojados?”. Y la niña grita: ¡Ay. Que se me ha caido el movil a ese charco. Que asco!.

Unknows · #2 14-04-2016, 03:38

un tanto aburrido, me ha costado llegar al final, la narración en primera persona no ayuda mucho.

gladia2 · #3 17-04-2016, 00:45

Me ha gustado tu relato compañero Hector1,a ver si te animas y nos cuentas que sucedió en el vuelo con destino a .....
Gracias por el relato.

marcoantonio55 · #4 17-04-2016, 05:42

Cita:

Iniciado por hector1

Puff, otro viaje de trabajo. Estoy cansado y estresado. Necesito una semana de descanso. Bueno, falta poco para las vacaciones veraniegas. En fin, Facturé mi equipaje y, tras un paseo por las tiendas de chucherias del aeropuerto, accedi hacia la puerta de embarque. En los minutos de espera, me siento, abro el portatil, divago por internet, y al levantar la vista me quedo petripificado ante la hembra que tengo delante de mi: una mujer de unos treinta y tantos, morena de melena lisa y larga, con gafas de sol, un vestido vaporoso blanco ajustado, con las largas y bien contorneadas piernas cruzadas, coronadas con una sandalias de aguja, de esas de tiras negras que dejan ver perfectamente los pies de uñas pintadas de rojo sangre. A su lado un hombre, que por la cara de aburrimiento y mirada vacía, al cual ella se dirijía constantemente en tono aburrido debía ser el marido. Y a su otro lado dos zagales, una niña de unos 12 años, con cara pizpireta, dandole fogosamente al movil, y un chavalin de unos 8 años, con cara de granuja, que no para de decirla cosas y hacerla funcir el ceño. En conjunto, una tía buena con cara de mala hostia rodeada de su familia.

Yo hace semanas que no mojo acosado por el trabajo, y mientras sigo divagando en mi portatil no puuedo dejar de dirigir miradas furtivas a la tía, cada vez que veo esas sandalias rellenadas por esos pies y esos tobillos me recorre algo por el cuerpo que me hace sentir incómodo.

El momento de embarcar. No hay finger y hay que bajar hasta la pista para tomar un autobús. Entramos en él en tropel; la familia se pone de pié a un lado de la zona de las puertas y yo me situo cerca de ellos, mejor dicho, cerca de la tía. No paran de entrar pasajeros y aquello se pone de bote en bote. Yo me veo impelido por diferentes fuerza sexternas hacia la mujer. Hasta tal punto que me quedos situado a su espalda, con mi cuerpo a escasos centímetors de su espalda. Entran algunos pasajeros mas y al final todos los que estábamos de pie estams practicamente pegados unos a otros, asi que los mencionados centimetros se quedan reducidos a cero. El autobus arranca. En el tirón que da mi bragueta sufre un restregón por el trasera de la mujer. Los niños a su lado, el chaval me empieza a mirar con curiosidad. El padre sigue con la mirada perdida en la pista que aparece a través de una ventanilla. El autobús se mueve, y mis bajos se trestrigan con los vaivenes por el culo de la tia. Yo miro de reojo al crio, a ver este que ve. ¿Por qué no me quita la mirada de encima?. Mi cara está a escasos milímetros de la melena de la madre, huele bien, a fresco, a crema perfumada tras el champú.

Me estoy empezando a pooner duro, y a sentir bien. De repente el autobús se para, hace algode calor. Yo a pesar de que no hay movimientos, sigo masajeandomela contra le culo de la tia, ella a su vez empeizo a notar que empieza a mover ligeramente sus nalgas con un movimiento de arriba a abajo, como si abriera y cerrara el ano, contra mi paquete ya claramente abultado, a la vez que exclama: ¡Uff, que calor!. El marido la mira poor un instante. El niño no para de mirame, a pesar de que por fortuna el aángulo no le daja ver la posición de mi paquete respecto al culo de la mujer. A mi me empiieza a subr un calor, que me hace sudar. Noto que subrepticimente la morena a bajado la mano que tiene libre, (la otra va asida a la barra del techo del autobus), y la pone cerca de mi bragueta. La empieza a mover rozándome como el que no quiere la cosa.

Mienntras el conductor habla por radio: no encuentra el avión. Joder, y yo en estas. Empiezo con mi mano libre a pasarla como el que noquiere la cosa por el culo de la tia, por fuera, a traves del vestido. Noto el borde de encaje de la braga. Entonces, ante la insistencia del masaje que la tia me está dando a la entrpeirna, decido jugármela. La meto la mano por debajo de la falda y la empeizo a sobar el culo. Noto quee la tia se aprieta mas a mi y me empieza a apretar suavemente el escroto. No puedo mas, y decido jugármela, me bajo la cremallera de la bragueta y la coloco mi polla contra sus nalgas. Ella jadea un poco, el marido la dice: “si, hace demasiado calor en este autobus”. Algun pasajero empieza a bromear con que hemos perdido el avión. El conductor sigue perguntando por radio. Entonces yo la muevo el slip de la braga a un lado y la empeizo a pasar mi pene por la raja que separa ambas nalgas. Ella gime un poquito. La niña se vuelve, y la dice: mamá, ¿qué te pasa?, ¿te molesta el calor?. Y sigue mirando al movil. Yo estoy a ountoo de reventar, tengo mi cara pegada contra su fresco y sedoso pelo, Que bien huele. Ella me mete la mano por el hueco de la bragueta y me acaricia los huevos. Entonces yo penetro mas el glande por entre las posaderas y noto el orificio de su culo. Empiezo a escarbar mientras la sobo las nalgas. Una corriente me recorre todo el cuerpo, estoy sudando. La miro de perfil que guapa es, que buena está lastima no poder sobrala las tetas tambien. Hago mas presión, mi pene parece que puede con su ano, está entrando por él. Yo respiro hondo con mi abdomen paa relajarme y no fastidiarla. Sigo apretando, joder, que buena está, que culo, que piernas, y mi polla ya ha entrado en dos tercios por su ano. Entonces, empiezo como un poseso a hacer la biela. Ella gime, el marido la mira. ¿Quieres que bajemos? ¡Estas muy sofocada!. Ella niega con un movimiento de cabeza. Yo ya la he penetrado el culo, la bombeo, lentamente, noto el cuello de mi glande como es abrazado mas y menos, con ese caliente y humedo tubo, cuyo borde tropieza suavemente con la cabeza de mi pene en cada sacudida. Es una sensación suprema. De repente noto que la tia se está coorriendo, me está poniendo el pantalón perdido, es un goteo continuo. Yo la ponngo la mano sobre el bajo de su coño, y la noto empapapada. Entonces no puuedo mas, y estallo, pero en el momento en que mi leche la va a fluir por el ano....El conductor abre las puerta. El avión estaba allí. Me meto la polla dentro del pantalón de una sacudida, pero la pierna de la tia está empapada de un liquido blanco, y mis zapatos mojados de algo pegajoso e incoloro. El niño nos mirá y dice: “Mamá por qué este señor y tu estais mojados?”. Y la niña grita: ¡Ay. Que se me ha caido el movil a ese charco. Que asco!.

Muy bueno el relato y ahora te falta decirnos que pasó cuando te despertaste del sueño 😂😂😂😂😂